José Antonio Luque: “La Semana Santa de Córdoba suena a vida”
José Antonio Luque (Lucena, 1959) ha sido pregonero de la Semana Santa y del Carnaval de Córdoba, de dos mundos supuestamente antagónicos pero que como él mismo dice tienen en común una cosa clave: “que son vida”. Luque, la voz de la Semana Santa de Córdoba por sus 25 años al frente de Paso a Paso en Canal Sur Radio, es un hombre de consenso, querido y con una legión de seguidores. Si no, es difícil imaginar que una misma persona pueda poner de acuerdo al Carnaval y a la Semana Santa.
José Antonio Luque es de Lucena, aunque su acento, como hombre de la radio clásica, es neutro, castellano y muy vocal. En los estudios de Canal Sur en Córdoba se mueve como pez en el agua tras unas cristaleras donde con apenas una mirada se comunica con sus técnicos de sonido. Le ocurre lo mismo en la calle, donde pese a su discapacidad es difícil imaginar una procesión de Semana Santa sin su micrófono anaranjado.
Hoy es difícil entender la Semana Santa de Córdoba sin su programa, Paso a Paso, el único que retransmite en directo todo lo que ocurre a partir de esta misma tarde en la ciudad. Es como si el pinganillo se hiciese tan inherente a estos días como los costaleros, los nazarenos o hasta los tambores y cornetas. Como si formase parte ya de la Semana Santa de Córdoba, como un elemento imprescindible.
PREGUNTA. 25 años.
RESPUESTA. Parece mentira. Bueno, pues sí. 25 años. Un buen día, al director general de Canal Sur Radio de entonces, Luis Baquero, recién creada emisora, se le ocurre poner en marcha un programa de cofradías en toda la cadena. Era un proyecto para toda Andalucía. Nace el mítico Llamador de Sevilla, que tiene un prestigio enorme, y en cada provincia le ponemos el nombre que consideramos oportuno. Los onubenses le ponen El Llamador de Huelva, en Jaén el Nazareno, en Málaga Bajo palio... En Córdoba, Canal Sur se creó en la Feria de Mayo de 1989, que entonces se hacía en los Jardines de la Agricultura. Se tuvo entonces el buen criterio de colocar un estudio móvil en la Puerta de Gallegos, por lo que todo el mundo que iba a la Feria se encontraba con la radio nueva. Fue un exitazo. Cuando terminó la Feria se quedó allí el quiosquillo mientras se terminaba la obra en Gran Capitán, donde instaló la radio posteriormente. Recuerdo aquello con una ilusión tremenda, porque estuve en ese pequeño cogollito que puso en marcha la nueva emisora autonómica. Aquel año no hubo tiempo para radiar la Semana Santa en Canal Sur. Pero al año siguiente sí que se puso en marcha el programa. Lo pone en marcha Rafael Cremades, que es quien se encargaba del magazine de mañana, A pleno Sur. Yo hacía entonces un magazine de tarde que se llamaba Entretiempo. Ese primer año de programa de Semana Santa no participé en las retransmisiones. Pidió Luis Vaquero que hiciéramos un programa durante toda la Cuaresma, que empezara el Miércoles de Ceniza, que fuera diario y que culminara con las transmisiones de la Semana Santa. Ese primer año me ocupé de hacer un reportaje cada día, una entrevista, a los pueblos. En 1991 Rafael Cremades se marcha a Sevilla, me encargo de A pleno Sur y consecuentemente de Paso a Paso. Esa fue mi primera Semana Santa. En rigor, yo llevaría 24 años haciendo Paso a Paso.
El mundo cofrade cordobés consideró que la radio era ya casi como una cofradía más
P. ¿Sólo 24 años informando de Semana Santa o antes ya te picaba el gusanillo?
R. Antes de Paso a Paso no creas. A la Semana Santa me han llevado mis raíces de mi pueblo, de Lucena, y me ha llevado la radio. Yo estaba antes en Antena 3 Radio y allí empezamos no a hacer un programa específico sobre Semana Santa, pero sí a prestar atención. Eso es lo que me acercó a la Semana Santa de Córdoba que yo no conocía bien: no era una persona vinculada a cofradías ni nada de eso. Fue un encargo profesional. Y a mí me encanta la radio. La radio se alió con la Semana Santa y se creó una simbiosis muy bonita que me hace muy feliz año tras año. Como ocurre también con otras manifestaciones culturales, como el propio Carnaval, del que también fui pregonero. Fíjate que Paso a Paso me llevó a pregonar la Semana Santa de Córdoba del año 2005. Un auténtico privilegio. El mundo cofrade cordobés consideró que la radio era ya casi como una cofradía más. Éramos la cofradía de la radio, la que une a todas las cofradías. Para mí fue un privilegio y una gozada.
Si estás en la calle con el pinganillo vas a vivir una Semana Santa multiplicada
P. ¿Cómo era la Semana Santa de 1991 y cómo ha cambiado?
R. Ha cambiado, claro. Era una Semana Santa en la que comenzaban a surgir misterios, en la que había cofradías que se refundaron y comenzaron, poco a poco, a tener pujanza. Esa aventura tuvimos nosotros el privilegio de compartirla a través de la radio. Un Paso a Paso que desde el planteamiento de Luis Vaquero quiso primar los sonidos. Entendemos que la Semana Santa suena de maravilla. Cuando se nos plantea radiar la Semana Santa, créeme que no veía demasiado futuro: ¡la Semana Santa! ¡Si todo es lo mismo! No os podéis imaginar cómo suena la Semana Santa. Y para eso hay que bajar al ruedo de la Semana Santa, que es la calle, que es colocarte cerca de la trabajadera. Ahí es donde descubres la magia que tiene el sonido de la Semana Santa. En nuestras primeras transmisiones cometíamos un error. Durante varios años estuvimos en la calle Claudio Marcelo, en una casa que ya han derribado, entrañable. En el piso de un matrimonio: Angelita Caballanes y Rafael Herencia. Ahí nos dejaban un balcón. Desde allí nos asomábamos con invitados y comentábamos la Semana Santa. Pero cuando vino Luis nos dijo, no, no, no. Hay que bajarse del balcón. Hay que estar a pie de calle. La gente quiere vivir como suena la Semana Santa. Y eso nos ha hecho disfrutar de experiencias extraordinarias. Tú puedes estar en la calle viendo la Semana Santa, y si tienes el pinganillo la perspectiva es completamente diferente. El micrófono tiene el privilegio de poder colarse donde tú no puedes llegar. El micrófono te está ofreciendo una perspectiva sonora inaudita. Por ejemplo, entrada de la Hermandad de la Esperanza. Eso la gente lo vive, pero no escucha la voz del capataz. Ese ambientillo, esa magia, queda ahí recogida en la radio. Por eso es tan especial. Hombre, si estás en el hospital, si estás en casa y no puedes salir, si estás trabajando, vas en el taxi... evidentemente la radio te lo lleva todo. Pero si estás en la calle con el pinganillo vas a vivir una Semana Santa multiplicada.
P. ¿Y cómo suena la Semana Santa de Córdoba?
R. La Semana Santa de Córdoba suena a vida, a ilusión, suena a pluralismo... Fíjate que hay personas que se declaran abiertamente agnósticas...
La Semana Santa es vida. A vida pujante, suena
P. Y ateas.
R. Y ateas. Y están en la calle viendo la Semana Santa. Y tú te sorprendes. Algo tiene la Semana Santa que es capaz de embrujar a todo tipo de público. Yo que trabajo en la radio todo el año, hay un montón de gente que a mí me relaciona con la Semana Santa. “Hombre, el de Paso a Paso”. Pero bueno, si estamos en verano. No, no. El de Paso a Paso. La Semana Santa, insisto, suena sobre todo a vida. Te decía lo del pluralismo: somos muy de echarnos a la calle. Te lanzas, hueles el azahar, te encuentras con la gente, con la maravillosa bulla que te envuelve. Eso tiene un atractivo muy especial. Y la gente lo busca. Yo terminaba mi pregón invitando a la gente a disfrutar del triunfo de la vida. Ahí jugaba de la ambivalencia de lo que para un creyente significa esa vida perdurable, y para el no creyente es que al final todo el mundo cree en la vida. Y la Semana Santa es vida. A vida pujante, suena.
P. Aunque el protagonista de la Semana Santa acaba muriendo al final.
R. Bueno, pero esta es una historia de la que conocemos el final. Por eso, el Domingo de Ramos la gente está ya disfrutando de la Resurrección. Esto es un drama que termina bien. Y tú te sabes ya el final. Entonces, estás disfrutando del final de un drama aún con él delante. Está clavado en la Cruz, lo están azotando. Sí, pero triunfa.
P. Me ha gustado eso de los sonidos.
R. Tenemos un patrimonio tremendo de sonidos. Tenemos la buena costumbre de hacer un resumen de sonidos el último día. Y eso queda ahí. Luego van pasando los años. Te pongo un ejemplo. Anoche mismo en el programa estábamos hablando de la acción social de las cofradías. Viene un cofrade de la Hermandad del Nazareno a explicarnos su acción social. Y nosotros trufamos el programa con esos sonidos. Aparece de pronto una anciana, contándonos su experiencia con muchísima ilusión. Curiosamente, el invitado era su hijo. Y la señora había muerto hacía unos meses. Y nos decía: vengo a la radio y me encuentro con mi madre, que me sigue enamorando. La magia de la radio. Y eso es gracias a ese patrimonio de sonidos.
Aquí sí que hay sonidos que son peculiares y netamente de Córdoba
P. ¿Eres capaz de distinguir el sonido de la Semana Santa de Córdoba del sonido de otras semanas santas?
R. A veces cuesta trabajo, por que parece que la Semana Santa suene un poco igual. Pero aunque suene igual, es como una obra de teatro que se representa y vas en días diferentes. La ves y dices: es la misma obra pero no idéntica. Cada día tiene una magia especial. Aquí sí que hay sonidos que son peculiares y netamente de Córdoba. La Hermandad de Ánimas suena como en ningún otro sitio. El tambor por la Judería del Cristo de la Cruz en el Vía Crucis no lo puedes escuchar en otro sitio. El crujir de la madera del paso de madera del Nazareno suena a Córdoba. A lo mejor la levantá de un palio sí que es parecido. No obstante, creo que sí que se podría distinguir el sonido de cada Semana Santa.
P. Esa radio de primeros de los 90 y la que tenemos hoy con el Twitter, las nuevas tecnologías...
R. Mira, la radio de principios de los 90 se convertía en imprescindible. La gente llevaba el pinganillo por la calle por que disfrutaba y además por que no tenía otra referencia en directo para escuchar la Semana Santa. Curiosamente, y aquí lo digo públicamente, no termino de entender porqué otras radios no dan la Semana Santa de Córdoba en directo. No lo entiendo. El colocarse a vivir la radio en directo... Nosotros, haciendo eso, éramos un elemento de una utilidad tremenda. Imagínate un día de lluvia. ¿Quién te dice a ti si la cofradía sale o no sale? Puedes tener el programa de mano, pero ¿quién te dice a ti lo que está pasando en ese momento, salir, no salir? Fíjate, a mí se me han dado casos de hermanos que me han llamado y me han preguntado: “José Antonio, ¿salimos?”. (Risas). Pero bueno. Esa tremenda responsabilidad te la colocaban sobre tus hombros. En aquella época, no tenías redes sociales, no tenías internet para poder llegar rápidamente a las páginas de meteorología. Suponían que la gente de la radio teníamos información privilegiada o intuición privilegiada.
Hay veces que uno se pregunta, ¿seremos necesarios? ¿tendremos que acabar con esta aventura porque con una app ya puedes seguir la Semana Santa en directo? Pero no
P. ¿Y era así?
R. No más información que llamar al Instituto de Meteorología. Pero eso entonces no lo hacía el común de la ciudadanía. Lo hacíamos nosotros. Entonces, te investían de una responsabilidad tremenda. Hasta el punto de que nos llamaban a nosotros los hermanos. ¿Salimos? Y qué te digo yo, amigo. Pues no lo sé. Le decía el pronóstico y ya ellos decidían. Hoy ocurre al contrario. Llegas hasta a mantener un coloquio con los hermanos porque fulano ha visto en tal página el pronóstico tal. En fin. Se ha democratizado todo. Posiblemente ya no seamos tan útiles. Verás, puedes tener un seguimiento a través de una app de cómo van las cofradías. Hay veces que uno se pregunta, ¿seremos necesarios? ¿tendremos que acabar con esta aventura porque con una app ya puedes seguir la Semana Santa en directo? Pero no. No. El programa lo componemos un equipo muy reducido de gente. Somos cuatro profesionales y uno es cojo. Pero llegamos a todos los sitios. Somos gente enamorada de la Semana Santa y de comunicar la Semana Santa. Tenemos a Rafael Fernández, que es un cofrade y un magnífico compañero para hacer la radio. Tenemos a un Miguel Ángel de Abajo. Hemos tenido a un David Luque Peso. Hemos tenido a un Jesús Reina, que ahora está en Granada. En la producción al principio a Ángel Vázquez... Te hablo de muchas generaciones. Somos pocos, haciendo una escaleta para que no haya huecos y podamos estar siempre transmitiendo. Ahora es más difícil por cuestiones laborales, pero tuvimos momentos dulces con transmisiones que arrancaban a las 15.00 de la tarde y acababas a las 3.00 de la mañana sin parar, sin que haya un hueco.
Toda Córdoba forma parte del equipo de Paso a Paso. Hay una complicidad en la gente tremenda. Me he sorprendido. Una vez había una piña humana por lo que era imposible llegar al paso. Yo he aparecido y milagrosamente, como Moisés cruzando el Mar Rojo, se abre la masa
P. ¿Eso cómo se hace?
R. Y con estos medios. Por que como te digo somos lo que somos. Pues eso se hace como vosotros hacéis Cordópolis. Yo siempre me digo, ¿cómo pueden cuatro compañeros estar permanentemente contando la actualidad y que tú la tengas al momento? Pues eso se hace con entusiasmo, creyendo en lo que estás haciendo y que te guste mucho la información y el periodismo. El periodismo cofrade y radiofónico se hace así: marcas una escaleta con una columna vertebral, que es la carrera oficial. Allí me siento siempre con un grupo de contertulios. Alguno de ellos son ya casi clásicos, por que nos han acompañado desde hace mucho tiempo. También contamos con gente joven. Y ese pequeño grupo lo que hace es mantener con su conocimiento, con su experiencia, sus anécdotas, la transmisión en esos momentos en que no priman los sonidos. Y mientras tanto, en la actualidad Miguel Ángel de Abajo, Rafael Fernández y Quique Saint Gerons, están en un determinado punto. Y siempre, el planning de transmisiones hace en cada momento hace que siempre haya algo que contar. Es como un carrusel en un programa de deportes. Así, el oyente vive lo que está pasando en ese momento. Y la columna vertebral sujeta todo aquello desde la carrera oficial. Desde allí vamos dando paso. En la carrera oficial la capacidad de transmitir sonidos es menor, aunque también se capta, por que estamos a pie de calle, no en un balcón. Tocamos el paso con la mano si queremos, aunque allí no te puedes meter por la propia reglamentación de la Agrupación de Cofradías. Y luego contamos con algo muy importante: toda Córdoba forma parte del equipo de Paso a Paso. Hay una complicidad en la gente tremenda. Me he sorprendido. Una vez había una piña humana por lo que era imposible llegar al paso. Yo he aparecido y milagrosamente, como Moisés cruzando el Mar Rojo, se abre la masa. La propia gente te mete dentro del paso, cuando ven el salvoconducto que es el micrófono anaranjado de Canal Sur. Que es Canal Sur, no un tío caradura. Esa colaboración de la gente, de la Policía Local (muchas veces llegamos con la furgoneta de la Unidad Móvil), crea una complicidad que te hace trabajar estupendamente. Nunca te ponen pegas. Hombre, siempre tienes anécdotas. Pero en general, la complicidad es tremenda. Y eso es lo que te permite llegar a tiempo. Anécdotas: Yo me he llegado a caer, físicamente. Mi movilidad está cada vez más reducida por mi polio, pero ha habido momentos en que me he caído físicamente, y he seguido radiando porque no he llegado al suelo. La propia gente, como un tentetieso, me ha puesto de pie.
P. Casi te sacan en procesión (risas).
R. Sí, gracias a la propia gente. Imagino que es por la propia complicidad de que muchos de ellos están escuchando lo que está pasando. ¡Esto lo estamos oyendo!
P. Hay pocos programas de radio que tú puedas ver en directo como Paso a Paso.
R. Claro, tú lo has dicho. Se está viendo la Semana Santa. Procuramos que la narración no sea un pestiño. Contamos lo que pasa y el micrófono lo está captando. Entonces la gente dice: es que lo estoy viendo.
P. ¿Qué audiencia tiene Paso a Paso?
R. En la radio somos muy descuidados para eso. Yo no te puedo hablar de miles de oyentes en concreto, pero tengo otras referencias. Por ejemplo, cuando llueve. Se te frustra el plan. Alguien se tiene que venir al estudio y abrimos el teléfono: conviértase usted en reportero. Y el teléfono no para. Hay un momento en el que el técnico dice voy a cortar. Eso es audiencia. Cada una de esas llamadas implica que detrás hay muchísimas más gente siguiendo el programa. Igual como te decía con la gente que te reconoce como el de Paso a Paso. Y te reconoce el cofrade y también algunas personas que te quedas, ¿y a esta mujer le interesa la Semana Santa? No te cuadra, en absoluto. O en los pueblos. Mucha gente nos sigue desde la provincia. Ve la Semana Santa de su pueblo y a la vez se asoma a la de Córdoba.
Vete a saber qué va a ocurrir con la segunda puerta en la Mezquita Catedral. El mundo cofrade está cantando victoria
P. ¿Te imaginas tu columna vertebral en el Patio de los Naranjos en vez de en la carrera oficial de Las Tendillas?
R. A lo mejor el año que viene, a ver qué ocurre con la polémica y los conflictos con la puerta. Ahora estamos abiertos a un periodo de alegaciones que puede variar todo. Imagina que tras esas alegaciones resulta que no se puede abrir. Vete a saber qué va a ocurrir. El mundo cofrade está cantando victoria. Yo me incluyo no por que forme parte del mundo cofrade individualmente si no por que el programa ya es parte. No sé qué va a ocurrir. Pero ya son 23 las hermandades que hacen estación de penitencia en la Mezquita Catedral. Hay días, como el Martes o el Viernes Santo que son como serían. Nosotros, esos dos días, decimos que tenemos las dos carreras oficiales. Unos estamos en Claudio Marcelo y otros están en el Patio de los Naranjos. Es una doble carrera oficial. Imagino que no será complicado. Tenemos una pequeña espina cuando se hizo el Vía Crucis Magno. Y este año la Magna Mariana puede ser un experimento para ver cómo puede ser una gran procesión de pasos por la zona. Nosotros no estuvimos en directo. Estuvimos allí por supuesto. Por cuestiones de programación, no era Semana Santa pero Canal Sur fuera de tiempo no se pudo conseguir el espacio para transmitir. La gente allí nos iba preguntando y no se podía creer que no estábamos en directo. Entonces pensaba, dentro de poco estaremos en directo aquí pero con la nueva carrera oficial.
P. No acabo de verla todavía. Han sido tantos años en las Tendillas.
R. Ten en cuenta que esos 25 años de los que estamos hablando, la carrera oficial ha estado donde ha estado. Y nosotros nos hemos movido poco. Empezamos en el balcón de Angelita y Rafael Herencia. Desde allí las veíamos entrar en carrera oficial. Muchos compañeros me han preguntado: ¿Porqué no nos vamos a Las Tendillas? No, no. Nos gusta el lugar en el que ves las procesiones llegar.
Echo de menos la transmisión en que empezabas a las 15.00 de la tarde y acababas a las 3.00 de la madrugada
P. Pero, ¿dónde se disfruta más? Todo el mundo me dice que en carrera oficial no.
R. No. En carrera oficial no. Si tienes un problema de movilidad, si eres una persona mayor disfrutas, por que te sientas y las ves todas. El gran espectáculo de la Semana Santa. De la primera a la última no pierdes detalle. Pero eso sí, la magia de los que amamos las cofradías... Yo me lo planteo de la siguiente forma: las voy viendo salir, luego me busco el lugar donde me gusta, si procede me voy un rato a carrera oficial, luego a otro punto y finalmente a la entrada. Ese es el planning del cofrade. La persona mayor o no tiene energía para todo eso... Nosotros en Paso a Paso lo hacemos todo. Ni empezamos en carrera oficial ni terminamos en carrera oficial. Aunque lamentablemente se va estrechando el tiempo del que disponemos. Echo de menos la transmisión en que empezabas a las 15.00 de la tarde y acababas a las 3.00 de la madrugada. Esa sí que era completa y no perdías detalle de nada.
P. ¿Qué tiempo tenéis ahora?
R. Ahora varía. El Domingo de Ramos empezaremos con el Amor en el Triunfo y terminaremos cuando la Esperanza pase por San Andrés. 12.00, 12.30. Hora en la que todavía uno tiene muchas ganas de seguir retransmitiendo cofradías. Pero...
Cada lugar tiene su matiz, tiene su encanto. Tiene su aquel el ir buscándolas
P. Tampoco es tan pronto. Ya es muy de noche.
R. Sí, ya es de noche, pero tienes la magia de que te dé el solazo y pases calor viéndola salir, y luego te tengas que poner ya la rebeca o la chaqueta viéndolas entrar. Ahí aparece la sensación esa del jartible. Si ya la has visto: No. La has visto en este sitio, pero cada lugar tiene su matiz, tiene su encanto. Tiene su aquel el ir buscándolas.
P. Eso de jartible...
R. Eso es muy del Carnaval.
En Semana Santa, la gente se lo pasa bien
P. Gran parte del Carnaval pasa luego directamente a la Semana Santa.
R. Muchísima gente. Por eso yo no entiendo la dicotomía que se quiere plantear entre Carnaval y Semana Santa de la que yo soy una rara avis, por que yo he sido pregonero del Carnaval y de la Semana Santa. La gente que no es de Córdoba me pregunta cómo es posible eso. Sí, por que en ambos casos se da lo que te digo: el triunfo de la vida, las ganas de echarse a la calle, de encontrarte, de reírte, de encontrarte, de pasarlo bien. En Semana Santa, la gente se lo pasa bien. Sale con sus amigos, se toma sus tapitas... Está disfrutando. El creyente ve que se está haciendo una catequesis plástica de su fe y el no creyente, jó, qué espectáculo cultural, que bordados más magníficos... La Semana Santa pone en la calle un patrimonio cultural y artesano que está dando de comer a un montón de gente, cuidado. Si no fuera por la Semana Santa, qué sería de los bordadores, los tallistas, los imagineros, gente que trabaja la cera... Es un yacimiento de empleo permanente.
P. Pero también es folclore.
R. Claro. Es un folclore tremendo. Folclore que no tiene porqué estar reñido con la religiosidad más profunda. Una santo triste es un triste santo. No se trata de eso.
P. Pero hay muchos que exigen que la Semana Santa sea así.
R. Qué pena, ¿verdad? Pero yo creo que no. La Semana Santa, desde la alegría más profunda, te lleva a pasarlo bien.
Vamos a centrar todo lo cofrade en la Semana Santa, vamos a disfrutar, y luego lo pillamos con más ganas
P. ¿No crees que a veces se peca un poco de jartible con todo lo que rodea a la Semana Santa, con procesiones fuera de Pascua...?
R. Decía Luis Baquero, el que puso en marcha la programación cofrade, cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento. En una palabra, vamos a centrar todo lo cofrade en la Semana Santa, vamos a disfrutar, y luego lo pillamos con más ganas. Esa dispersión al jartible de la Semana Santa igual le gusta, pero no sé. Me parece que se pilla con más ganas a una hermandad, salvo por momentos muy especiales, la ves en Semana Santa. Este año por ejemplo es un año especial para la cofradía de los Dolores y va a estar en la calle cuatro veces en muy poco tiempo. Bueno, se la ha echado de menos en la Magna del año de la Fe.
P. En los 90, la Semana Santa no era tan masiva.
R. Había gente en la calle también. Ese concepto de la bulla no creo que haya variado mucho.
No hay tanta gente, lo dicen los que vienen a los programas, que se ponga una túnica de nazareno y haga estación de penitencia como teóricamente habría que hacerlo
P. ¿Y el fenómeno fan de la Semana Santa?
R. Ahora hay un fenómeno fan entre la gente joven. Hay mucha gente joven que ha nacido al calor de la Semana Santa en un buen momento. La gente de los 90 venía de un periodo en que se pasó regular. En los 70 se empezó a resurgir en Córdoba con muy pocas hermandades. Cuando la Semana Santa se consolida y empieza a estar de moda aparece una nueva generación que nace enamorada de ella. Te encuentras a niños que saben de Semana Santa... son auténticas enciclopedias vivientes. Esos nenes van a seguir de jóvenes y crean ese fenómeno fan. Pero no hay tanta gente, lo dicen los que vienen a los programas, que se ponga una túnica de nazareno y haga estación de penitencia como teóricamente habría que hacerlo: de nazareno.
P. ¿Porqué?
R. Bueno, por que al final, en esa moda que tú comentabas, llama más la atención ser costalero o toda la bulla. Imagina si la gente joven farda o liga en su pandilla. Al margen del sentimiento religioso, que no lo voy a negar, hay un hecho sociológico de la pandilla, del grupo, del fuerte, del guapo. Y lo otro es mucho más sacrificado. Muchos hermanos se quejan de que si levantas los cubrerrostros son niños. Ese es un privilegio que tiene Paso a Paso. La gente eso no lo ve, pero nosotros, en las entradas nos colamos en las iglesias. Y vives ese espectáculo, cuando se levantan los capirotes. Y dices, pero si esto es una chiquillería. Claro, no hay tanta gente mayor.
P. Quizás las cofradías deberían adaptarse a ese cambio sociológico.
R. Quizás. Pero eso está ahí. Y la radio y lo ve y la radio lo cuenta.
P. Y la radio lo cuenta con tu voz, que es la voz de la Semana Santa de Córdoba. Yo creo que el sonido de la Semana Santa de Córdoba es la voz de José Antonio Luque.
R. Y la de Rafael Fernández, y la de Miguel Ángel de Abajo...
P. Pero la tuya es la que sobresale.
R. Bueno, yo soy el coordinador del equipo y como soy tan charlatán el que habla más. Los técnicos me dicen: cállate ya, José Antonio. Cállate un poquito, hijo.
Nunca llegué de manera natural a tener el seseo lucentino
P. No sé cómo lo haces para que no se te escapen las eses de Lucena.
R. Por que cuando llegué a la radio entré por el canon clásico, de que si no castellanizabas no entrabas nunca. Además, me he criado en Córdoba. Nunca llegué de manera natural a tener el seseo lucentino. Te cuento una anécdota: uno de los momentos más bonitos de mi vida fue dar el pregón aracelitano en 2013. Eso es un orgullo para cualquier lucentino. Me ofrecieron el pregón porque me escuchaban en Paso a Paso. En Lucena, el pregón lo da un año un lucentino y al año siguiente uno de fuera. Y a mí me invitaron como el de fuera. Claro. Cuando aparecí y en pregón empecé a desgranar lucentinismo, la gente decía, pero este tío quién es. Ustedes no lo sabían, pero yo soy de Lucena. En mi época, si no castellanizabas no podías trabajar en la radio.
P. Y ahora sí. Ahora esto está lleno de acento andaluz.
R. Ahora es todo lo contrario. Pero ya me he acostumbrado y me cuesta. Si no articulo bien, es como si no estuviera en la radio.
P. No serías tú.
R. No sería yo. Cuando llegué a la radio y trabajaba con Ángel Abellán me decía, qué bien se le entiende. Al margen de voces bonitas, qué bien se le entiende. Y a mí no se me entendía por que no articulaba bien. Entonces, ha sido un trabajo de esfuerzo personal para conseguirlo. Pero ahí que estar ahí para que la gente te entienda. Por que la radio es el sonido, pero es la palabra. Tienes que enganchar a la gente con la voz.
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