Antonio Arenas: “Son más peligrosos el sida o la gripe, pero lo que se lleva es el coronavirus”
Si esta entrevista fuera una película, tendría un título muy alleniano: Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el coronavirus y tuvo la suerte de poder preguntar. Y la suerte, además, de que quien respondía fuera Antonio Arenas, catedrático de enfermedades infecciosas de la Facultad de Veterinaria de Córdoba y una de las personas que más sabe del Covid-19, pues forma parte, junto a la jefa del servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del hospital Reina Sofía, Inmaculada Salcedo, del Grupo de Vigilancia del Coronavirus en Andalucía.
Una advertencia a los aprensivos: Ésta es vuestra entrevista. La idea era ir más allá de los titulares en unos momentos en los que el miedo y la irracionalidad se viralizan mucho más rápido que el coronavirus. Hay informes que muestran que, dada la rapidez a la que se propagan los bulos, la verdad casi no tiene ninguna oportunidad. En cambio, y afortunadamente, la ciencia sí que tiene su oportunidad frente a la rapidez con la que se propaga el coronavirus actual -ya podrán ver que esto no es nada nuevo-.
Así que, casi al mismo tiempo en que se confirmaba el primer caso de coronavirus en Andalucía -del que no se pudo hablar por desconocimiento-, Antonio Arenas nos abría la puerta del Colegio de Veterinarios de Córdoba, del que es presidente, para calmarnos a nosotros y, de paso, a nuestros lectores.
Seguramente, la entrevista que sigue a continuación tiene pocas oportunidades de imponerse frente al directo de un reportero con una inútil mascarilla en la puerta del Hospital Virgen del Rocío. Pero igualmente hay que intentarlo.
PREGUNTA. Evidentemente, vamos a hablar del coronavirus, porque es el tema que está sobre la mesa en estos momentos. Pero antes me gustaría que me sitúe sobre cómo se llega a ser un experto en este tipo de enfermedades desde el punto de vista sanitario-animal.
RESPUESTA. Bueno, el hecho de alcanzar y sacar por oposición una cátedra requiere de muchísimos años de estudio e investigación, de preparación y de docencia en muchas enfermedades.
P. Como la que nos ha traído aquí.
R. Correcto. Los coronavirus no son unos virus extraños en absoluto. Ahora parece que todo el mundo conoce el coronavirus, pero lleva desde los años 30 del siglo pasado provocando enfermedades conocidas en los animales. Vamos, que sepamos. Lleva muchísimos más años. Entonces, son bastante conocidos. Claro, éste es una especie nueva y, por lo tanto, se desconoce muchas cosas que puedan ser. Pero en líneas generales van a ser muy similares a los de otros coronavirus, porque no les queda más remedio.
Es decir que, pueden ser, no sé, vamos a decir: Si estamos hablando de primates, pues muy parecido a un gorila, a un orangután o a un humano. Es decir, compartimos muchas de las características. Y eso es lo que le ocurre a este virus, que es un virus nuevo, procedente de otro virus también, que está presente, según estudios que se han hecho, en otros animales, concretamente en murciélagos, y pues de alguna forma son virus capaces de adaptarse y de mutar muy fácilmente. Y eso es lo que hace que de lugar a la presentación de nuevas especies de virus.
P. ¿A usted qué es lo que le atrae de las enfermedades infecciosas? ¿Qué hay en ese mundo que le lleve a estudiarlo?
R. Bueno, es que es un mundo apasionante y en el momento en que empiezas a conocerlo un poco, para las personas que somos inquietas en el conocimiento, pues lógicamente te atrae más. Y, precisamente, el mundo de las enfermedades infecciosas es uno de los más complejos y a la vez más bonitos que hay. Hay que tener en cuenta que aparecen, o conocemos, no es que aparezcan… Conocemos una enfermedad nueva todos los años. Al menos una. El año pasado, no sé si estarías al tanto, pero apareció una enfermedad nueva que es la mixomatosis de la liebre. Y generó un revuelo importante en el mundo de la conservación y en el mundo cinegético, donde tuvo mucha relevancia. A la opinión pública le llegó menos. Bueno, y el año anterior o hace dos años apareció el zica, que era un virus prácticamente nuevo. Y el virus de crimea-congo.
P. O el brote de listeriosis de este verano, y la peste porcina africana, también.
R. Sí, vamos viendo y efectivamente todos los años hay algo. Es decir, que el mundo de las enfermedades infecciosas, aparte de apasionante, bonito, etcétera, pues es muy activo.
Desde el 2002 hasta ahora han aparecido tres coronavirus completamente distintos
P. ¿Y qué papel ha jugado a nivel antropológico? ¿Cómo han afectado históricamente los brotes infecciosos a la propia humanidad?
R. Muchísimo. Claro, al desarrollo de muchas especies… Hay un ejemplo que es muy clásico, que es el del lince. La crisis del lince con la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica del conejo. Es decir, una especie como es el lince ibérico, que estaba absolutamente adaptada en sus hábitos alimentarios a comer conejos, pues en el momento en que decae el conejo, la especie queda incluso al borde de la extinción. Y ahora mismo está habiendo más porque se están gestionando montones de recursos para promocionar la salud del conejo y consecuentemente la del lince. Hay muchos ejemplos de eso.
P. ¿La Universidad de Córdoba es un referente en este tipo de estudios?
R. Sí, sí. Nosotros estamos a un nivel bastante alto. Ya lo decía el rector hace unos días, que la Universidad, en el ámbito agroalimentario, y lógicamente las enfermedades infecciosas tienen mucho que ver con la alimentación, con el bienestar de los animales y de las personas, estamos a un nivel muy alto. Nosotros aquí tenemos unas líneas de investigación y llevamos trabajando muchísimos años en este ámbito y a un nivel bastante bueno. Yo, por ejemplo, tengo seis sexenios de investigación. Un sexenio es una medida de la calidad de investigación que se realiza. Y en mi departamento, pues muchos tenemos bastante buen nivel.
P. ¿Y se trabaja de la mano del propio sector ganadero?
R. Por supuesto, es que no puedes olvidarte del sector ganadero. Decía antes, por ejemplo, una de las organizaciones más antiguas que hay, que es la Organización Mundial de la Sanidad Animal, la OIE, surgió a principios del siglo pasado, en el año 1918, creo que fue, como consecuencia de una gran epidemia de peste bovina en Europa, importada de África. Llegó a los puertos holandeses, a través de ganado infectado de esta enfermedad, y se murió casi todo el ganado vacuno que había. Y eso generó una crisis alimentaria tan grande en Europa que los países decidieron que esto no podía ocurrir y que había que poner coto y control a las enfermedades para evitar que ocurriera otra vez. Se conoce como la peste de los pequeños rumiantes. Y en la actualidad esta organización se encarga de establecer las medidas de control de esas enfermedades a nivel de control.
P. Poco se ha hablado de los efectos del coronavirus en otros animales, más allá de los murciélagos.
R. Es que hay muchas enfermedades. Mira, el ganado porcino tiene varias coronavirosis: la gastroenteritis transmisible porcina, la diarrea epidémica porcina, la coronavirosis entérica porcina… Es decir, que tiene muchos. Uno de los problemas más acuciantes en los terneros, y aquí tenemos una importante cabaña en Los Pedroches, es la diarrea de los primeros días, que está producida bien por rotavirus, bien por coronavirus. Coronavirus entérico, y es muy frecuente. En el campo está a la orden del día. No es que sea una cosa extraña.
Bueno, las aves tienen también una enfermedad… La primera enfermedad por coronavirus que se diagnosticó de todas, en el año 1932, fue la bronquitis infecciosa aviar. Ésta es una enfermedad enormemente frecuente en las gallinas. En animales jóvenes y en adultos. De hecho, se da con muchísima frecuencia y hay que utilizar las vacunas para sacar adelante la producción. Es decir, hay muchas enfermedades, muchísimas, en animales.
El mundo de las enfermedades infecciosas es uno de los más complejos y a la vez más bonitos que hay
P. Por coronavirus.
R. Por coronavirus, efectivamente.
P. Claro, pero la clave está en la transmisión al humano.
R. Claro. En este caso en concreto, lo que ocurre es que ha habido un salto. Los coronavirus tienen unas características genéticas que son muy particulares. Les pasa como a los virus de la gripe. Son virus de naturaleza ARN (ácido ribonucleico) y no tienen ningún sistema de control de su realización. Es decir, que cuando comienzan a multiplicarse, no tienen ningún sistema de control en la replicación de su ARN, con lo cual surgen muchos fallos. Al carecer de ese sistema de control que no tienen estos virus, surgen fallos que son mutaciones, en definitiva. Hablamos de mutaciones que, en la gran mayoría de los casos, no van a ningún sitio.
Por ejemplo, vamos a poner por caso lo más probable que ha pasado con este virus, y que es lo que ha pasado con otros muchos. Es un virus que está en los murciélagos. ¿Por qué está en los murciélagos? Pues porque la etología de los murciélagos es bastante promiscua. Ellos viven todos juntos, en colonias, se revuelcan unos con otros… Entonces eso genera que el contagio sea muy fácil. Si hay doscientos murciélagos arriba y otros doscientos abajo y alguno defeca u orina encima le cae al de abajo. Y ellos están acostumbrados. Ese es su sistema.
Eso es una cosa. La otra es que los murciélagos tienen un sistema inmunitario bastante extraño también. Lo mismo que son los únicos mamíferos capaces de volar, también tienen otras características, como que su sistema inmunitario tiene muy inhibido uno de los principales procesos en la inmunidad primaria, que es la inflamación. Que es que, independientemente de que un individuo se vea infectado por un agente patógeno, el que sea, evidentemente, lo primero que pone en juego, antes que nada, son una serie de mecanismos de defensa inespecífica. Es decir, que al momento sabe su sistema inmune que ese es un agente extraño, patógeno. E inmediatamente pone en juego una serie de mecanismos y el principal de todos es la inflamación. Está la fagocitosis por un lado, pero sobre todo la inflamación.
P. ¿Y la inflamación qué hace?
R. Pues aumenta la temperatura y a la gran mayoría de los agentes patógenos no les viene bien la temperatura. No están acostumbrados. Aumenta el flujo de sangre en la zona y, por lo tanto, la llegada de gran cantidad de células. Éste es uno de los mecanismos fundamentales.
Conocemos al menos una enfermedad nueva todos los años
P. Y los murciélagos carecen de él.
R. No es que no lo tengan, sino que lo tienen muy atenuado. Entonces, no existen prácticamente inflamaciones en los murciélagos y, por lo tanto, la capacidad que tienen de generar el virus es enorme. De las quinientas y pico especies de coronavirus que se conocen, cuatrocientas y pico están en los murciélagos. Es decir, que ellos lo generan. ¿Qué es lo que ocurre? Claro, el problema está en que alguna especie interfiera en la epidemiología de los murciélagos. En el momento que llega esa especie, comienza a tener contacto con una gran cantidad de virus. Y a lo mejor alguno engancha en esa especie y, si lo hace es porque son muy propensos a tener fallos genéticos y a dar especies nuevas. Alguno engancha, pero lo normal que ocurra es que no pase nada y que con el tiempo se para y no pasa nada. Pero, de las miles de veces que ocurre esto, alguna vez sí puede ocurrir que llegue a esa otra especie.
P. Pero igual la clave es qué otra especie le engancha.
R. Sabemos que con el SARS (Síndrome respiratorio agudo grave), que ocurrió en el año 2002. Tú serías joven...
P. 18 años tenía.
R. Bueno, no tan joven.
P. En el año 2002 hubo un brote gordo de un síndrome respiratorio igual que éste. Era más peligroso porque la tasa de letalidad era más alta. Y yo recuerdo que teníamos que explicar lo que era el SARS. ¿Qué es lo que ocurrió? Pues ahí la especie, digamos intermedia, fue una especie de jineta, un mamífero vivérrido carnicero, la civeta de las palmeras. Esa fue la especie intermedia en el caso del SARS. Pues en el momento en que pasa a una especie genéticamente más cercana a la humana y tenemos mucho contacto con ellos, puede pasar que no pase nada. Es decir, yo puedo tener mucho contacto con la civeta y que no pase nada, pero también que se reciban miles de andanadas de virus y en una de ellas enganche uno de esos virus. Entonces ahí se da un salto de especie. Y cuando eso ocurre la cosa cambia. Porque eso significa que el virus tiene potencial zoonósico, que se llama.
Eso pasó en el SARS. Y ahora, tiene que venir otro cambio, y es que sea capaz de establecer un mecanismo de transmisión entre humanos. Y eso es lo que ocurrió en el SARS también. Entonces, si te das cuenta, tienen que pasar una serie de circunstancias para que un virus que está inicialmente en una población de murciélagos llegue a establecerse en un ciclo de transmisión interhumana.
P. ¿Y esas circunstancias son aleatorias o hay algo que las propicia?
R. La mayoría de las veces son aleatorias.
De gripe llevamos cuatro pandemias
P. Qué guapo.
R. Sí, la mayoría de las veces son aleatorias porque eso es bioquímica pura. Ese salto de especie. Se conocen perfectamente cuáles son los receptores del virus del SARS, cuáles son los receptores del virus de otro que hubo entre medias en el año 2014, que es el MERS (Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio). Y ese es muchísimo peor, porque la tasa de letalidad que tiene es un 40 o un 50%. Es decir, es altísima.
P. Pero se contagia con menos facilidad, entiendo.
R. Claro, afortunadamente, la capacidad de contagio es menor. Pero tiene una tasa de letalidad más alta. Eso tiene también su historia. Eso se conoce también por los virus de la gripe, que ahora si quieres hablamos.
P. Así que tenemos el SARS, el MERS, y ahora éste.
R. Si te das cuenta, desde el 2002 hasta ahora han aparecido tres coronavirus completamente distintos. Y todos ellos procedentes de la misma fuente y todos ellos con un intermediario. En el caso del MERS ha sido el camello y en este último caso, al parecer, es el pangolín.
P. Todo apunta a ello.
R. Sí, porque el pangolín es una especie que tiene mucha tradición en la medicina china y hay mucho paso de importación de pangolines. Y los paran en las fronteras. Los que cogen en las fronteras les hacen una analítica y desde el 2017 se están recogiendo pangolines con coronavirus, todos ellos muy similares al COVID-19. Así que probablemente este virus lleve funcionando varios años, pero únicamente ha podido contagiarse de manera efectiva a los humanos hace poco.
P. Aunque mucha gente lo asemeja a la gripe común, a mí si a algo me recuerda es a la gripe A. Quizá porque aquel brote coincidió con mis primeras prácticas como periodista.
R. Sí, el virus de la Gripe A… A ver, la diferencia es que los virus de la gripe tienen su genoma segmentado. Con lo cual, cuando dos virus distintos coinciden dentro de la misma célula, inmediatamente lo que se hace es como una coctelera y sale un virus que no tiene nada que ver con los anteriores. Es decir, que el sistema es distinto. Éste lo que va es mutando en unos antígenos que tiene, la corona, de ahí que se llame coronavirus. En el caso de la gripe, vamos a decirlo de una manera gráfica: sale un virus que tiene los pantalones de su madre, la blusa de su padre, el sombrero de su padre y los zapatos de su abuela. Sale una cosa totalmente distinta, que no tiene nada que ver con los anteriores.
Pero, desde una perspectiva mediática, el virus de la gripe ha tenido dos puntos de vista distintos. Uno de ellos, la influenza o la gripe aviar, zoonósica. Es decir, los virus de la gripe zoonósicos, que son virus aviares y que, de alguna manera infectan al hombre y generan un cuadro mortal. Prácticamente. Una mortalidad altísima. Y después existen otros virus de la gripe que tienen transmisión entre humanos y que no tienen tanta trascendencia. Son los virus H1N1 de los que hablamos. Cuando la opinión pública asimila que la gripe aviar tiene una tasa de mortalidad del 80% y que los virus de la gripe tienen una capacidad de transmisión impresionante… Pues cuando juntas esas dos cosas, la gente se lleva las manos a la cabeza.
No se nos ocurre ir por la calle con las mascarillas puestas aunque estamos teniendo una epidemia importante de gripe
P. Esa es otro tipo de coctelera.
R. ¡La pandemia, que viene la pandemia!
P. Ya llevamos encima unas pocas pandemias.
R. De gripe llevamos cuatro pandemias, en concreto. La de 1918, la mal llamada gripe española; la del 57 o 58; la del 68, que es la de Hong Kong; y la última que es la H1N1. La gripe A. Esas cuatro epidemias. La primera fue muy mortal. La segunda algo menos. La tercera algo menos y la gripe A se creía todo el mundo que iba a ser (levanta las manos y resopla).
P. Sí, aquello lo recuerdo como algo muy potente.
R. Recuerdo que compraron los gobiernos un montón de Tamiflú y de no sé cuánto, y después ha habido que tirarlo todo. Porque las medidas de contención de la enfermedad funcionaron. Es decir, el tú a tú, cuando se para, es lo más efectivo que hay. Las enfermedades infecciosas, su característica principal es esa, que son transmisibles. Si no son transmisibles se mueren. Y claro, la gente estaba con la gripe A tan concienciada que se lavaba las manos, que no tosía, en fin… Se tomaron una serie de medidas que fueron eficacísimas y es lo que puede pasar aquí. El tema es que nos tenemos que acostumbrar a eso. Si nos acostumbramos a una serie de medidas de autoprotección llegaremos a controlar la epidemia de una manera muy eficaz.
P. Casi que lo que más ha mutado desde entonces hasta ahora es la capacidad de multiplicarse los mensajes. La psicosis entonces solo llegaba a través de los medios de comunicación y ahora hablamos de redes sociales y tu mismo móvil, a través de WhatsApp.
R. Efectivamente. Hay que utilizar las redes sociales para comunicarse de una manera efectiva con la población. Estamos diciendo: Vamos a poner el teléfono de Salud Atiende. Pero llama por teléfono uno de cada 100, mientras que las redes sociales estamos todo el día mirándolas. Es decir, si desde la administración se da una información adecuada, que no sea fake, que ese es el problema ahora mismo, una información fácil, sencilla, y la hacemos. En ese momento vamos a tener a la gente muy informada sabiendo que es lo que no debe hacer. Porque lo que debe hacer, más o menos lo saben todos, pero lo más importante es saber lo que se debe hacer. Y es una de las medidas que hay que hacer, potenciar la información veraz desde la administración sanitaria hacia la sociedad.
P. Porque el protocolo sanitario ha mejorado en estos años.
R. Claro.
P. Pero sin embargo la psicosis ahora mismo parece la mayor de la historia.
R. La psicosis es enorme.
En temas de salud todo lo que sea tapar es perjudicial
P. Bueno, puede tener su parte buena, también. Eso que hablábamos de hacer que la gente se vuelva ultrahigiénica.
R. Más de la cuenta. Es decir, ahora uno de los mensajes que queremos lanzar desde Unión Profesional Sanitaria es que no se utilicen mascarillas.
P. Por eso te quería preguntar yo.
R. Claro. Que no se utilicen a no ser que tengas una enfermedad respiratoria. En ese caso, lo normal es que lleves tu mascarilla porque es una manera de proteger a los demás de la infección. Por ejemplo, si yo tuviera un proceso respiratorio e hiciéramos la entrevista, te avisaría y me pondría mascarilla. Eso es normal. Pero si no estás en un proceso infeccioso, ¿para qué te vas a poner una mascarilla? O eso, o que estés cuidando a una persona que esté enferma. No hace falta que sea el coronavirus. Vale con cualquier proceso respiratorio. Una influenza, una parainfluenza… Cualquiera de ellos. Bueno, es una manera de impedir que él te contagie a ti y de que haya una reinfección porque a lo mejor yo soy resistente.
Ahora, sí es muy bueno la higiene personal. Lo que ha sido siempre. Lavarte bien las manos. No hace falta si quiera desinfectarlas. Es decir, tú y yo nos damos la mano, pues es conveniente que cuando terminemos te laves las manos, no le haces daño a nadie. ¿Desinfectante? No hace falta. Si te lavas bien no hace falta la desinfección. Otra cosa es que tú estés en un sitio donde no haya donde lavarte las manos. Entonces debes llevar tu toallita o tu solución hidroalcohólica y ya está. No tienes problema.
P. ¿Una mascarilla va a evitar que yo contraiga el coronavirus?
R. Es que si no estás a más un metro no necesariamente.
P. La imagen que se da es que con que te soplen te contagias.
R. Qué va, ni mucho menos. La gripe es mucho más transmisible que el coronavirus. Bastante más. Es decir: si en un coronavirus la capacidad infectante es 1, el virus de la gripe es 4. Vamos no es una cuenta matemática. Pero la gripe es muchísimo más infectante que el coronavirus y no se nos ocurre ir por la calle con las mascarillas puestas aunque estamos teniendo una epidemia importante de gripe.
P. La sensación es que estamos acostumbrados a la gripe. Y, aunque haya sido bastante potente este año, no nos ha llegado informativamente. Ni siquiera la campaña de vacunación, a pesar de que las autoridades sanitarias insisten en ello. Sin embargo, ahora se corre el bulo de que una mascarilla te protege del coronavirus y se agotan las mascarillas.
R. Efectivamente. Pues eso es así.
(Con la peste equina) se echaron las manos a la cabeza porque no podían ir caballos a la Feria y al Rocío
P. Y a lo mejor le estás haciendo más daño a un tipo con alergia.
R. A quien la esté necesitando. Imagínate: Estoy malo, tengo un poco de tos y ahora está indicado que me ponga una mascarilla. Voy a la farmacia a comprar. Y ahora resulta que no tienen. ¿Qué pasa? Y al mismo tiempo hay muchos con la mascarilla puesta para nada, tontamente. Y muchos que la necesitan que tienen que irse al centro sanitario para que le den una mascarilla. Es irracional.
P. Sin querer entrar en su papel como asesor del Grupo de Control en Andalucía, tal y como me ha pedido, sí le pregunto a nivel mundial: ¿Están funcionando bien los mecanismos de freno del contagio?
R. Sí. En unos sitios mejor que en otros. ¿Por qué? El problema que tiene el coronavirus es que ahora mismo estamos luchando contra una capacidad de viajar de la gente impresionante. ¿Quién nos iba a decir que la zona de la Lombardía, donde había algunos casos, pues que la gente se iba a dispersar de la manera en la que se ha dispersado? Tenemos ahora mismo 8 o 9 casos en España y todos a raíz de Italia -La entrevista se produce antes de que se confirme el primer caso de infección por coronavirus local en Sevilla-. ¿Por qué? Bueno, de alguna manera se ha pensado que Italia no era peligrosa y teóricamente no lo era hasta que han aparecido los primeros casos allí. Esto es muy difícil de combatir. Tú no puedes decirle a una persona que no viaje o que no vuelva a su casa. Es muy complicado. Es uno de los principales handicap que tiene ahora mismo el control de la enfermedad.
P. ¿Pero se actúa de manera coordinada?
R. Sí. La Organización Mundial de la Salud ha lanzado una serie de protocolos que las autoridades sanitarias de los distintos países, en la medida que pueden… No es lo mismo la calidad del servicio sanitario en España que en Marruecos. Entonces, la enfermedad seguramente aquí evolucione de manera distinta a otros países. Fíjate en Irán. Con el tema que tienen tan gordo allí. La tasa de mortalidad allí es altísima porque la gente no acude a los servicios sanitarios, no le echan cuentas y entonces cuando llegan están en las últimas. Con lo cual es muy difícil.
Aquí una persona en el momento en que se ve un poco afectado acude inmediatamente al médico y éste hace un triaje y detecta si ésa es una persona de riesgo o no. Si es de riesgo, inmediatamente es diagnosticada y convenientemente es tratada. Eso influye mucho en la enfermedad, en la epidemiología y en la patología. Eso es importante. El hecho de que, bueno, de alguna manera, los servicios sanitarios tienen mucho que ver. Entonces, los protocolos lanzados por la OMS son bastante claros y los países, en la medida de sus posibilidades, los están aplicando.
P. ¿También en el caso de China?
R. Pues mira… Digamos que lo que ellos han dicho lo han gestionado a las mil maravillas. Lo que ellos han dicho. Si hay más... cómo no lo sabemos…
El turismo tiene mucho que ver con la dispersión de las enfermedades
P. Pero eso tampoco lo sabemos de Italia.
R. Bueno de Italia sí. Italia es más permeable a la información que China. Lo que pasa es que en Italia ahora mismo están buscando cuál es el caso cero porque todavía no han dado con él.
P. Me sorprende que pensamos por defecto que Italia es más permeable que China, cuando Italia también tiene muchas cosas en juego en estos momentos. Bueno, es cierto que han cancelado todo un carnaval de Venecia.
R. Efectivamente. Por eso mismo. Pero bueno, allí en Italia, igual que aquí, las autoridades pueden intentar tapar. Pero se ha demostrado por activa y por pasiva que en temas de salud todo lo que sea tapar es perjudicial. Se ha visto con todas las crisis. Con las Vacas Locas pasó. Con todas las crisis que ha habido, lo mejor desde un punto de vista político es la transparencia: decirle a la gente lo que hay, decirle qué es lo que se sabe, decirle qué es lo que no se sabe, decirle qué es lo que se tiene que hacer y qué es no que no tiene que hacer. Entonces, Italia no ha ocultado sus casos.
P. Me llama la atención la cantidad de muertes que ha habido en ese país en base a la cantidad de afectados. Da la impresión de que tienen que aparecer todavía muchos más infectados para ponerse en una tasa equivalente a la de China.
R. No lo sé. No necesariamente. Depende mucho de si la confundes con otra enfermedad respiratoria. Es que si el triaje no es bueno, si la preparación del triaje no es bueno, puede dar lugar a que se retrase mucho el diagnóstico. Eso sí te lo puedo decir: Aquí en Andalucía todos los hospitales tienen ya la técnica de diagnóstico. Es decir, que si te toman la muestra y no te descartan otra enfermedad respiratoria, inmediatamente te hacen las pruebas en el mismo hospital. Antes estaban solamente el Virgen de las Nieves y el Virgen del Rocío, pero ya se ha extendido a todos los hospitales, con lo cual, en un momento determinado te detectan si estás infectado o no. Aunque, al ser una enfermedad de declaración obligatoria, lógicamente, pues el diagnóstico oficial tiene que hacerlo el Instituto de Salud Carlos III, el Centro Nacional de Microbiología, en Madrid.
P. ¿Cómo es el proceso?
R. Pues tú detectas una muestra positiva aquí, comienzas a tratarla como positiva, pero la das como dudosa y la envías a Madrid para que confirme. Aunque los profesionales lo saben de sobra e inmediatamente haces control sobre la enfermedad. Y ya Madrid lo confirma. Y para entonces ya tienes al enfermo debidamente controlado o bien en casa o en el Hospital. Eso ya depende de la gravedad. Hay muchísimos casos, el 80 o el 90% de los casos no requieren hospitalización. Tú te vas a tu casa. Te metes ahí, te pones a ver la tele con tu mascarilla y evitas contactar con tu población de riesgo y ya está.
Hay que utilizar las redes sociales para comunicarse de una manera efectiva con la población
P. ¿Le ha sorprendido que se haya cancelado todo un Carnaval de Venecia?
R. Yo cuando explico las enfermedades infecciosas hablas de la importancia que tienen. Hablas de la importancia médica, que la gente pueda morirse o tener enfermedades graves; hablas de la importancia epidemiológica, porque pueda tener mucha trascendencia, mucha difusión por distintos países; hablas de la importancia zoonósica, es decir que pueda transmitirse entre diversas especies, incluido el hombre; hablas de la importancia económica, que es una de las más gordas.
P. Esa variable es hoy la clave, a mi entender.
R. Por ejemplo, cuando hablo de la importancia de muchas enfermedades, explico que el SARS tuvo una repercusión de más de un 1% del PIB de la zona de Oriente Medio por entonces. Hombre, ahí hay países con unas economías potentes, como China, Taiwán, Corea del Sur, etc. Un 1% de esas economías supuso mucho en el caso del SARS, y estoy hablando del año 2002.
Y la otra importancia que digo, a parte de todas las que he mencionado, es la importancia social. ¿Por qué? Porque los medios de comunicación tienen mucho que decir y hacen mucho en pro y en contra de las enfermedades. Y digo de la importancia social porque, por ejemplo, cuando se dio el caso de la peste equina, hubo un brote aquí en Andalucía, y se echaron las manos a la cabeza cuando se dijo que no podían ir caballos a la Feria de Sevilla y al Rocío. No te puedes hacer a la idea de la que se lió. Y no era una enfermedad que afectara a las personas. Y eso es porque tiene importancia social.
P. Me lo puedo imaginar desde luego.
R. Y queda otra. La importancia de tipo sentimental. Hace dos o tres años no pudo ir la Hermandad del Rocío de Sevilla al Rocío con los toros porque tenían tuberculosis, no sé si te acuerdas de eso.
P. No lo recuerdo. Ese mundo me pilla lejos.
R. A mí también. Pero oí la noticia. Mira por donde, el toro con una tuberculosis y no puede ir, y se echaron las manos a la cabeza. Y lo que te decía de una importancia sentimental viene a cuento de que yo he visto, por ejemplo, a una ganadera llorar porque había que sacrificar su ganado. Es decir, que las enfermedades infecciosas tienen muchas perspectivas.
P. Sí, van mucho más allá de los titulares. Detrás de los titulares están las personas.
R. Así es.
P. Entiendo, por tanto, que usted vería bien por ejemplo cancelar eventos como la Semana Santa.
R. Sí, sí. Claro. De hecho se ha cancelado la Feria de Barcelona, el Carnaval de Venecia. Así que una Semana Santa…
Las enfermedades infecciosas tienen mucho que ver con la alimentación, con el bienestar de los animales y de las personas
P. No había pasado hasta ahora, que es lo que me sorprende a mí.
R. No, no había ocurrido hasta ahora. De todas maneras, si no ocurren casos, no tiene por qué. Si no ocurren casos… Es que lo que ha pasado en Venecia y en Milán es que ha habido un brote importante y actualmente no se sabe hasta donde llega. No se sabe la magnitud que tiene y por eso, creo que con buen criterio, las autoridades italianas han dicho de cortarlo.
P. Viendo lo rápido que parece expandirse este coronavirus ¿Tiene sentido en estos momentos dedicar fondos a aislar a la población?
R. No tiene sentido aislar a la población, creo que lo que hay que hacer en estos momentos es actuar con absoluta normalidad.
P. ¿Y dedicar esos fondos a buscar una vacuna no?
R. Sí claro. Depende, porque ya hemos visto y sabemos que muchos de estos coronavirus son autolimitantes. Es decir, que la experiencia que hay es que muchos de ellos son autolimitantes. ¿Qué este sea capaz de mantenerse durante más tiempo en la población? No lo sabemos, tenemos que dejar pasar el tiempo. ¿Que se establezca como una enfermedad endémica? Es posible. En ese caso sí hay que buscar la vacuna. Pero si el coronavirus pasa no es necesario ni buscar la vacuna.
P. ¿Sabemos en cuánto tiempo se va a conocer bien este coronavirus?
R. Pues nunca. Vamos a poder saber cosas, conforme vaya pasando el tiempo y se vayan recopilando datos. Sobre su transmisión, sus tasas, cuáles son los receptores que tiene, cuál es su genealogía. Vamos a saber mucho sobre la resistencia o no a determinados factores medioambientales, a productos químicos, de sus mecanismos patogénicos. ¿Pero saber de él? No.
P. Lo que sí sabemos es que el coronavirus no es el fin del mundo.
R. No. Seguro que no. Es mucho más peligroso el sida o la gripe. Pero mediáticamente lo que se lleva es el coronavirus.
P. Puede usted pegarme un estacazo. Estoy dispuesto a llevármela por todos mis compañeros.
R. No, no, no. Si es que yo creo que… Es necesario y además hoy es imparable. Un mundo sin periodismo hoy en día no sería mundo.
P. En mi descarga puedo decir que la tranquilidad que yo tengo en estos momentos respecto al coronavirus nace de las mismas fuentes periodísticas que la psicosis de otras personas.
R. Efectivamente. Depende de la prensa que mire uno, así te informas bien o así te informas mal. Así estás tranquilo o así estás atacado. Esa es la diferencia. Hombre, yo sí pienso, y esto es una opinión personal y más viniendo como presidente de un colegio profesional en el que miramos mucho la deontología profesional, que el periodismo debería cuidar más la deontología profesional.
P. Va a quedar por escrito: Estoy muy de acuerdo.
R. Sí, hombre. Es que hay muchos periodistas que publican sin ningún tipo de remordimiento interno. Simplemente por el hecho de vender. Eso, deontológicamente no es correcto.
P. Le puedo asegurar que ese virus también se contagia rápidamente.
Aquí en Andalucía todos los hospitales tienen ya la técnica de diagnóstico
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