Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lee ya las noticias de mañana

El coro de Espiel y Las Niñas de la 'Koski' destacan en una fría sesión de semifinales

Coro 'La tierra de la alegría'. | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

0

Tercera función de semifinales y muchas incógnitas sin resolver. Las agrupaciones saben que la final del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas se acerca y sacan su artillería. Sin embargo, la sesión del domingo dejó interrogantes sobre cuáles se perfilan como los justos candidatos para llegar a la final. Las agrupaciones 'Qué bien bailan las hijas de Putin' y el coro 'La tierra de la alegría' fueron los grupos que más levantaron al público en una sesión que vivió la última actuación de las chirigotas infantiles.

Así, la función la inició la agrupación 'Los auténticos superhéroes' cuyo primer pasodoble lo dedicó al tipo variado en el que se transformaron sus componentes, aquellos superhéroes anónimos que nos rodean día a día: una azafata de vuelo, un marine, un médico o una ama de casa. Con el segundo pasodoble hicieron mención al acoso en la escuela, letra que ya cantaron en preliminares. Tras la chirigota infantil fue el turno de 'El Reino de Cronos', una comparsa que en su primer pasodoble trató uno de los temas que más ha explorado el Carnaval: el mundo de la droga. Su segunda letra sirvió para darle un tirón de orejas a todos aquellos que fomentan la televisión basura y a quienes la ponen en marcha mientras la sociedad observa impasible cómo los jóvenes huyen al extranjero en busca de trabajo.

La sesión del domingo fue también la ocasión del cuarteto 'Pesadilla en España', que llevó a semifinales del Concurso de Córdoba el mismo repertorio que ya hiciera en Cádiz. No obstante, sí presentó algún guiño nuevo y un cuplé inédito sobre todo aquello que hace un padre “por la amenaza de los moritos, que quieren el Califato de Andalucía para ellos solitos”. Así, al Gran Teatro llegó la rocambolesca cena que Alberto Chicote le propone al dueño del restaurante. Si han visto el pase de este cuarteto en la ciudad gaditana, ya saben cómo acaba. Bueno, o tal vez no. Chicote le pidió al jurado del Concurso un día más para intentar hacer del restaurante una empresa fructífera. ¿Qué pasará?

Al cuarteto le siguió la comparsa 'La misteriosa' que en su primer pasodoble emitió una dura crítica que se convirtió en un “tú a tú” entre el autor y otro carnalavero de la ciudad. “Tu ego ha sacado de ti lo peor, cordobés, autor de una comparsa [...] Vengo a decirte cuatro cositas que el caimán al final no cantó. No te creas que se olvidan tus rencores, tus envidias y esas palabras que en un pasodoble soltó tu boquita [...] Di, quién te miente y te dice ”chaval, que tu comparsa no tiene rivales“ y que sobre todo es original. Cuando te enfadas le tiras pa Cádiz, le cantas coplillas de marca blanca y envidiosas del gran Taleguilla [...]”. Tras estas letras, su segundo pasodoble también se transformó en una crítica, esta vez a todos los autores, pidiendo que todo lo que se escriba “salga del corazón y sin mirar el dinero”.

El ojo avizor de la noche vino de la mano de las agrupaciones 'Los vigilantes' y 'Bigilansiah 24'. Las gaviotas que todo lo ven y todo vigilan cesaron el vuelo para recriminarle a Canal Sur que su programa, Yo soy del sur, no es el fiel reflejo de lo que es Andalucía. “El patrimonio de todo andaluz no es sólo del sur, el que canta sevillanas”. Sin bombo, caja, platillos ni guitarra. La voz, desnuda. Así sorprendieron 'Los vigilantes' con su segundo pasodoble, uno de los momentos más especiales de una fría noche. La agrupación decidió cantar, así, una bella letra a “tantas y tantas voces sin nombre porque son las que hacen grande a este Carnaval”. A la “voz que más importa, que es la de del pueblo y la afición que huye del fanatismo”. La chirigota 'Bigilansiah 24' hizo reír al público durante todo su pase, sobre todo en cuplés y popurrí. A la lucha incansable de una ama de casa dedicó su segundo pasodoble, al que precedió una primera letra dedicada a aquellos falsos patriotas, a los hipócritas, a los de la bandera e himno que dejan de serlo al defraudar. “Una patria está en su gente y no en una bandera, ni en un himno, ni en la legión ni en un rey”.

La Chirigota de las Niñas, 'Qué bien bailan las hijas de Putin', realizó un pase a la altura del que ya desarrolló en preliminares: realmente bueno. Estas bailarinas rusas de corazón demostraron de nuevo que, a pesar del idioma, saben cómo ganarse al público: con un desparpajo y una gracia que bien lejos está de Rusia. Bueno, y también con una espléndida vocalización en todo el repertorio que permitió que las letras se entendieran a la perfección. De agradecer. Tras la presentación, dedicaron su primer pasodoble a la “inhumana” situación por la que pasa Europa, con clara alusión a la guerra en Siria y a los refugiados.

Su segundo pasodoble relató la historia de un niño enfermo de cáncer, que se convierte en protagonista a través de una carta escrita por él mismo. La escribe un niño de cuatro años. Historias de superación. El primer cuplé lo dedicaron a la diferencia entre los actores y las personas de carne y hueso (“flipo con las pelis de espionaje [...] Se pegan 14 tiros, 23 navajazos, patadas y puñetazos. Con todo esto nunca se muere. Yo es que me doy con una silla en el dedo pequeño y caigo en coma”). En el segundo cuplé, las bailarinas rusas contaron al respetable cómo fue el parto de su hijo el mayor y los 120 puntos que les tuvieron que dar. Bueno, “si llega a ser Pedro Funes con sus amigos llegan a estar todavía poniendo y quitando puntos”.

El Coro de Espiel, 'La tierra de la alegría', convirtió el Gran Teatro en un trocito de África. Destacable fue su segundo pasodoble en el que resaltó la belleza de Córdoba. Que escuchen todos aquellos que vienen a la ciudad califal a cantarle a Cádiz. “Yo no estoy en contra del gaditano ni su compás ni del sevillano que a Cádiz quiere piropear pero aquí tenemos esquinas con otros aromas y otros sabores”. De nuevo, a estos africanos sólo les bastó la música y el baile para transmitir todo lo que sienten. ¿Para qué pedir más?

Etiquetas
stats