Último fichaje: el Córdoba ya tiene a su capellán
Ya hay capellán en el Córdoba. Después del abordar los fichajes en el mercado de invierno, el club blanquiverde pensó que no estaría nada mal -dada su compleja situación en la clasificación- contar con una ayuda espiritual para levantar al equipo. El presidente, Jesús León López, solicitó en una reunión en el Palacio Episcopal la designación de una figura que sirviera para “mantener los valores de antaño y cultivar las relaciones con el Obispado”.
La institución eclesiástica ha dado respuesta. A través de sus canales oficiales ha anunciado hoy el nombramiento por parte del obispo, Demetrio Fernández, del sacerdote Antonio Jesús Morales Fernández como capellán cordobesista. Uno más para la causa de la salvación.
Se trata de un presbítero joven, de 38 años de edad, con diversos cargos en el seno de la Diócesis. Es actualmente Vicario Judicial, Vicecanciller del Obispado de Córdoba, párroco de Nuestra Señora de la Fuensanta y miembro del Colegio de Consultores y del Consejo del Presbiterio. Una notable hoja de servicios para un último fichaje de un club que está en un momento clave de la temporada, con seis partidos en el horizonte y el objetivo de la permanencia a tiro.
Si gana el próximo partido en León, el panorama se aclarará y el club saldrá de los puestos de descenso después de seis meses. En otro desenlace nadie quiere pensar entre los muros de El Arcángel, donde hay sobredosis de fe. Y en ese contexto aparece el capellán, que llega después de León solicitara el mes pasado a Demetrio Fernández que ayudara “en la medida de las posibilidades, a que el equipo consiga la permanencia en la categoría”.
En la visita institucional, el presidente del Córdoba estuvo acompañado de miembros de su consejo de administración -Diego Molina, Antonio Romero Campanero, Magdalena Entrenas, Joaquín Zulategui y Manuel Garrido- y del director general deportivo, Luis Oliver. Demetrio Fernández recibió por parte del presidente del Córdoba un obsequio especial: la camiseta del equipo personalizada y con el número 33 -“la edad de Cristo”, según dijo el club en un comunicado- y un balón firmado, además de una invitación a asistir a un partido de Liga.
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