La satisfacción incompleta de un capitán inconformista
Abel Gómez, que no deja de ganar peso dentro del Córdoba, se queda con la sensación amarga de no aprovechar las ocasiones para vencer en La Victoria
Cuando no se alcanza el triunfo siempre es importante que al menos no se esfume la posibilidad de sumar. Un punto sabe a poco si se hacen méritos suficientes como para que sean tres los obtenidos. Pero a veces la fortuna no sonríe. Al Córdoba le sucedió en Jaén, donde la madera evitó por dos ocasiones el gol. Por si fuera poco, se quedó en nada un penalti. Quizá por ese motivo, el paladar del capitán blanquiverde notó ese sabor agridulce que deja el empate cuando se tuvo cerca la victoria. La satisfacción de Abel Gómez no fue completa. El equipo de Villa estuvo bien sobre el terreno de juego y se presentó batallador ante un rival que tiró de la intensidad, pero faltó poner el broche final.
El sevillano, que asume su nuevo rol dentro del vestuario y gana cada vez más peso sobre el césped, se quedó con esa sensación de que se escaparon dos puntos, pues no en vano fue el Córdoba el que gozó de las mejores ocasiones para marcar. “La sensación es que nos teníamos que haber llevado los tres puntos”, indicaba tras el encuentro para añadir que “el equipo ha peleado para ello, ha tenido las ocasiones y al final no ha sido así, por eso nos vamos un poquito decepcionados de no conseguirlo”. Es un discurso ambicioso, que evita quedar en el terreno del conformismo que tanto se ha dado por estos lares en los últimos años.
Ni siquiera es válido el recuerdo de que el rival, en este caso el Real Jaén, también dio guerra y pudo llevarse el gato al agua cuando al Córdoba le tocaba frenar sus muchas acometidas, aunque sin crear demasiado peligro. “Ellos, jugando en casa, la verdad es que en algún apuro nos han puesto, pero creo que ocasiones claras no nos han creado”, apuntaba Abel, que además quiso destacar el esfuerzo del equipo de Villa en el césped La Victoria: “El equipo ha peleado bien, ha trabajado bien, ha creado esas dos ocasiones de gol (las que terminaron en el larguero de la meta defendida por Toni García) y el penalti, pero hemos tenido mala suerte y por eso nos queda mal sabor de boca”.
A pesar de esa ambición necesaria para buscar el crecimiento continuo, el capitán del conjunto blanquiverde sabe de la importancia de que al menos no se escape el botín mínimo. En algún momento apareció el fantasma del gol postrero recibido en Ipurua y se puso todo para evitar un disgusto parecido. “Nos pasó en Éibar. Creo que cuando se plantea el partido así y no has sido capaz en 89 minutos de ganarlo no hay que perderlo tampoco al final”, arguyó en este sentido el centrocampista. Ahí tocó ensalzar el trabajo de los califales, puesto que “el equipo, incluso con diez al final, ha estado perfecto, hemos defendido a muerte y eso es una de las claves de que el equipo esté encajando tan pocos goles”.
No obstante, no deja de ser positivo el hecho de que la portería quede a cero y se mantenga el cartel de equipo menos goleado de la categoría, algo que ya no comparte el Córdoba con ningún otro conjunto. Es un buen motivo para estar satisfecho, como también lo es el nivel de respuesta del cuadro califal a la exigencia planteada por el adversario. “Ellos le han metido mucha intensidad al partido y el equipo ha respondido bien. Creo que sabíamos perfectamente que ellos le iban a meter mucho ritmo y nosotros hemos estado a la altura”, afirmaba después del choque en La Victoria. De esta forma, Abel acabó contento con el nivel del equipo, aunque la felicidad no fue completa por la imposibilidad de sumar tres puntos que podrían haber alzado a los de Villa al ascenso directo.
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