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Hasta siempre, Sandoval

Sandoval, emocionado tras el partido del Córdoba ante el Sporting que supuso la salvación | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Volantazo en la dirección técnica. Sandoval no sigue al frente del Córdoba, con el que logró el milagro de la salvación en un final de campeonato para el recuerdo. Ya es oficial. El Córdoba lo ha hecho público a través de un comunicado. “El Córdoba Club de Fútbol, por la presente, anuncia que José Ramón Sandoval no va a ser el entrenador de la primera plantilla la próxima temporada. La decisión ya ha sido comunicada al técnico, que cumple su contrato el próximo 30 de junio. Desde la entidad blanquiverde se agradece el trabajo desarrollado por él y su cuerpo técnico durante el tiempo que ha durado su vinculación con el club”, indica la entidad.

La directiva del club que preside Jesús León ha optado por cerrar el capítulo del madrileño al frente de la entidad -con un éxito incuestionable- para arrancar desde cero con un proyecto de sello propio. El adiós del entrenador de Humanes era un secreto a voces desde pocas horas después del partido ante el Sporting de Gijón. Con el trabajo terminado, el club quitó al velo a los planes que tenía en la carpeta para forjar la nueva estructura deportiva. Discrepancias económicas -y también deportivas- impidieron un acuerdo que se intentó en varias reuniones con León, Oliver- director general deportivo blanquiverde-, Juanma López -agente del técnico- y el propio Sandoval exponiendo sus posturas. No hubo entendimiento.

José Ramón Sandoval tiene ya su nombre escrito en la memoria colectiva del cordobesismo por un puñado de buenas razones. La principal, liderar desde el banquillo la resurrección de un equipo que era un verdadero cadáver, sin pulso ni argumentos que presentar en la pelea por una salvación en la que todo el mundo le daba por descartado. De hecho, el de Humanes accedió al cargo cuando ya habían pasado tres colegas: Carrión, Merino y Romero. Ninguno consiguió unos números capaces de sostener las pretensiones de continuidad del equipo, que se convirtieron en el objetivo prioritario en cuanto se descartó el inicial de pelear por los puestos altos, forjado sobre el colchón de humo de una pretemporada muy vistosa -pleno de triunfos en los amistosos- y varias apuestas en el mercado de fichajes que fueron un fiasco.

El Córdoba remontó 13 puntos más un average -el del Nàstic-, que eran los que marcaban la distancia con la permanencia, en una escalada formidable. Nunca en su historia había logrado escapar de la quema estando tan lejos de la línea salvadora. En las 16 jornadas en las que lo dirigió el madrileño, el Córdoba sumó 32 puntos, 13 más que en las 26 anteriores. Sandoval llegó a El Arcángel para agarrar a un Córdoba que tenía solo 19 puntos y estaba a 11 de la permanencia. El madrileño nunca había perdido un partido de debut en un banquillo en su trayectoria profesional. En el estreno en El Arcángel, ante el Granada, los suyos perdieron por 1-2 tras encajar un gol en los últimos compases. Una bofetada sonora para arrancar. Ahí, el equipo tocó fondo.

En la siguiente semana, otra vez en casa y ante el Valladolid, se produjo la catarsis. El equipo encajó un gol en el último suspiro de la primera parte y se vio castigado por un penalti en la segunda parte. Lo que pudo ser el 0-2 y el hundimiento total se convirtió en una acción que ha quedado grabada en todos los que la vieron. Pawel Kieszek paró el penalti y al final los cordobesistas lograron remontar (2-1), una sensación que no experimentaban desde hace meses. Revivieron. El equipo y también la afición, que llenó El Arcángel en todas las jornadas hasta el final. “Esto lo hacemos por ellos”, dijo Sandoval, que no perdió oportunidades de piropear la entrega de los hinchas en una situación que parecía irreversible. “Su comportamiento es emocionante, nos llevan de la mano y no nos han dejado caer”, dijo el madrileño.

Llegó una racha de triunfos y el Córdoba de Sandoval empezó a llamar la atención. El Lorca y el Sevilla Atlético estaban ya descolgados mientras que los blanquiverdes, que durante un mes completo fueron colistas, reverdecían de la mano del técnico y de los fichajes invernales, con actuaciones vitales de hombres como Aythami y Reyes. El Córdoba acabó ganando 10 de los 16 partidos, saliendo de la zona descenso en la penúltima jornada con un gol agónico de Aythami en Reus (1-2). Después de más de siete meses en la parte fatídica, el Córdoba dependía de sí mismo en la última jornada. Necesitaba ganar al Sporting de Gijón y lo consiguió con rotundidad: 3-0. Ahí se cerró la consecución de un éxito nunca visto.

Además de hacer números propios de un candidato al ascenso a Primera División, Sandoval logró frenar una sangría en defensa -el Córdoba era, con creces, el más goleado de la división- y potenciar la producción en ataque en torno a la figura de Sergi Guardiola. El de Jumilla finalizó el curso con 22 goles firmados. El Córdoba batió un récord histórico en su trayectoria en las categorías profesionales, encadenando 17 jornadas seguidas marcando gol. Fue, además, el único de los 122 conjuntos que componen el mapa futbolístico nacional que no terminó ningún partido con empate a cero. Diversión -y sufrimiento- no faltaron. Ahora comienza una nueva etapa en la que faltarán piezas maestras de la maquinaria anterior. Todo está por hacer. Y el sustituto está al caer. Todo apunta al almeriense Francisco Rodríguez, ex del Lugo.

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