Quim Araujo también cruza la puerta de salida

El centrocampista catalán Quim Araujo ha dejado de pertenecer a la plantilla del Córdoba, que ha anunciado su desvinculación y le ha deseado suerte en el futuro a través de un comunicado. El jugador, de 31 años, ha intervenido en un total de 17 partidos en la última temporada, siendo titular en los cuatro últimos. El catalán ha estado integrando el grupo en las primeras sesiones a las órdenes de Enrique Martín Monreal a la espera de resolver su marcha. El Cartagena es su nuevo destino en Segunda B.

Joaquim Araujo Delgado (Barcelona, 1988) termina una nueva etapa en su trayectoria deportiva. El mediocentro fue uno de los fichajes que completó la entidad califal en el vertiginoso final de mercado invernal del curso 17-18. Su nombre se incluyó en la larga lista de refuerzos que cerró Luis Oliver, entonces director general deportivo, tras la llegada de Jesús León a la propiedad del conjunto blanquiverde en sustitución de Carlos González. El objetivo era una permanencia que entonces parecía imposible y que finalmente se consiguió. Y el catalán participó en ella, aunque sin el protagonismo de otros integrantes de aquella brigada de salvación.

Suyo fue uno de los goles que anotó el equipo dirigido por José Ramón Sandoval al Almería (2-0), ante el que se consiguió un valioso triunfo en la antepenúltima jornada de Liga. Luego se selló la permanencia con triunfos en Reus (1-2) y ante el Sporting (3-0). Más allá de aquella acción, Quim Araujo intervino de manera esporádica en el cuadro califal durante sus primeros meses en el mismo. Apenas disputó siete encuentros en el tramo definitivo de la 2017-18, en parte porque varias dolencias físicas le impidieron ser de la partida. Su presencia en el conjunto blanquiverde fluctuó también según las etapas.

La mejor fue la de Curro Torres, que le conocía de su etapa en el Valencia Mestalla. El hispano alemán contó con él desde el principio, pero ante los malos resultados del equipo terminó dejándole postergado. Con Rafa Navarro tuvo actuaciones muy esporádicas, adaptándose a distintas posiciones sin llegar a destacar en ninguna. Se diluyó en la intrascendencia, como la mayoría de sus compañeros en un Córdoba al que abandona después de dos cursos intensos: una permanencia épica y un descenso bochornoso.