Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Rafa Lozano dice adiós a Tokio sin sucesor en el podio olímpico

Rafa Lozano, en el centro, antes de un combate en Tokio

Rafael Ávalos

0

Todavía no tiene sucesor. Y eso que él trabaja desde hace tiempo para encontrarlo. Después de 21 años, continúa como el último deportista español de la disciplina en subir al podio. Aunque esta vez queda cierta sensación de injusticia, de que se tuviera que haber logrado de no ser por determinadas decisiones desde fuera del cuadrilátero. En cualquier caso, Rafa Lozano, uno de los grandes referentes de la provincia a nivel internacional, dice adiós a Tokio sin sumar a la lista de medallistas olímpicos del país tras su nombre. Ocurre después de una competición en diversas categorías en que la presea estuviera muy, pero que muy cerca. De hecho, a un combate quedan hasta dos de los boxeadores del combinado nacional de la disciplina, en cuyo cuerpo técnico se encuentra integrado el Balita.

La ilusión de alcanzar una medalla, que al inicio lo era de lograr alguna más, terminó para España y para Rafa Lozano como preparador el pasado martes. Entonces, cayó en cuartos de final Gabriel Escobar. El madrileño vio rota su aspiración de asegurarse al menos el bronce en la modalidad de peso mosca al caer ante Saken Bibossinov, de Kazajistán. El combate se resolvió a los puntos y ahí surgió la polémica, al entenderse que el dictamen de los jueces no fue justo para con las prestaciones del español en el ring. Tuvo que olvidarse de la medalla a las puertas de la misma después de superar a Ramón Nicanor Quiroga (Argentina) y Daniel Asenov (Bulgaria) en las rondas de dieciseisavos y octavos, respectivamente, y de manera muy clara además.

También supo a injusticia la decisión desde fuera del cuadrilátero en el último combate de Emmanuel Reyes. El cubano nacionalizado español se enfrentó en cuartos de final de la modalidad de peso pesado a su compatriota Julio de la Cruz, que le superó a los puntos. Abandonó el pupilo de Rafa Lozano muy enfadado el recinto y llegó a afirmar que “se lo han llevado al plano político”. Por si fuera poco, hubo polémica en torno a la actitud de su rival tras el duelo por manifestaciones en relación al país natal de ambos. Reyes llegó a esta fase tras noquear a Vassiliy Levit (Kazajistán). También cedió antes de semifinales Gazi Jalidov, si bien en su caso fue por un KO ante Imam Kathaev (Comité Olímpico Ruso). El también nacionalizado de la República de Daguestán, de Rusia, acabó en octavos de peso semipesado con el australiano Paulo Aokuso.

Quien más lejos acabó del podio fue José Quiles, quien no pudo ir más allá de la fase de dieciseisavos al perder ante el irlandés Kurt Anthony Walker. El púgil de Elda cayó a las primeras de cambio, por tanto, en la modalidad de peso pluma. Con todo, Rafa Lozano y la expedición española de boxeo mantuvieron hasta hace sólo un par de días la esperanza de aportar otro metal olímpico a la disciplina. Algo que era además un deseo habida cuenta de que ningún deportista consiguió una presea desde hace más de dos décadas. La última medalla en unos Juegos en el cuadrilátero se celebró en Sídney 2000. Tuvo la firma, por si alguien no lo recuerda, del propio Balita, que de esta forma sigue sin sucesor.

Los Juegos Olímpicos de Tokio son los quintos para el cordobés, que ya intervino en el cuerpo técnico de España en Río de Janeiro 2016. Con todo, sus mejores registros los tiene como deportista, entre las cuerdas y no tras ellas. Porque después de lograr un diploma, que ahora también obtiene, en Barcelona 1992 se convirtió en el segundo medallista cordobés y el primero en lograr más de una. En Atlanta 1996 se hizo con un bronce y cuatro años después, en efecto, logró la plata. Una presea ésta que propició también cierta sensación de injusticia por la decisión de los jueces en la final ante el francés Brahim Asloum. Competía el púgil nacido en el barrio de San Pedro en peso minimosca, por recordarlo. Así, a Rafa Lozano no le queda otra que aguardar a París, en 2024, para ver si al fin otro compatriota sube al podio en boxeo. Para el evento en Francia cuenta además, por cierto, con la ilusión de tener a su hijo, Rafa Lozano pero balín, dentro de la expedición en la que él está como preparador. El vástago lleva paso firme para seguir el camino del padre. ¿Y si fuera él quién le suceda? Aunque antes ha de certificar su pasaporte para la capital gala en un ciclo que esta vez es de un trienio.

Etiquetas
stats