La nueva escala de Rod

El destino ha querido que Rod Gonçalves (Sao Paulo, 1987) pase a la historia de dos clubes: uno en Córdoba y otro en Montevideo. Más allá de sus estadísticas, el nombre del pívot brasileño quedará como el primer extranjero en la historia del Cordobasket, que abordó la temporada pasada su estreno en una categoría nacional sénior: la Liga EBA. Desde hace unas semanas, Rod es el primer fichaje foráneo del Auriblanco, un modesto club de la barriada de Bellavista en la capital uruguaya que entró para estrenarse en el Metropolitano 17, la competición de segunda categoría en este país.

La Roca se marchó de Córdoba como MVP de la temporada, con unos números notables: 17'4 puntos y 8'3 rebotes. En Uruguay, su arranque no ha podido ser más impactante. Ha sido clave en las dos primeras victorias del Auriblanco, aportando 30 puntos y 15 rebotes en el primer partido y redondeando, en el segundo, una actuación portentosa: 27 puntos, 19 rebotes y 4 asistencias. La afición del barrio en el que radica el club ya tiene un nuevo ídolo.

Rod Gonçalves, un pívot de 2'00 metros y una fuerte complexión física, fue la incorporación más relevante del Yosiquesé el verano pasado, después de confirmar el club cordobés su presencia en la Liga EBA. Con experiencia en la competición española, su inclusión en un grupo de extrema juventud fue uno de los ejes sobre los que construyó Rafa Sanz el estilo del equipo.

Rod tuvo en Villaviciosa de Odón, en la Fase de Ascenso a LEB Plata, los exámenes finales de su segunda experiencia en España. Antes estuvo en el Pozo Sotón Villa de Mieres, del Grupo A de Liga EBA, al que se incorporó en el mes de enero de 2015, a mediados de campaña. Su impacto fue inmediato: 15’9 puntos y 8 rebotes por partido, con 18’1 de valoración. El mejor del grupo. El club le renovó por un año más. En el pasado curso, el CBVM quedó clasificado en tercera posición en la fase regular de un grupo que dominó el Agustinos de León -que terminó ascendiendo- y tuvo en Rod Gonçalves a una pieza clave: el brasileño fue el que más jugó (todos los partidos, 24’3 minutos de media), más anotó (268 puntos, 12’2 de media) y más reboteó (155, un promedio de 7), con una valoración de 12’6. Rod llegó a nuestro país procedente del Osasco del Campeonato Paulista A-2, donde consiguió el subcampeonato promediando 15 puntos y 9 rebotes por encuentro. Antes jugó en el Esperia y el Palmeiras, en su país, y en el UVM Linces de México.

El speaker del Palacio de Deportes Vista Alegre celebraba cada acción suya haciendo referencia a sus apodos. La Roca. La Bestia. El Rey. Ahora, el nombre de Rod se coreará en las gradas de un humilde pabellón del barrio de Bellavista, en Montevideo. Es la vida de los trotamundos del baloncesto.