En la memoria, una reacción ahora obligatoria
Si bien no es uno de los más habituales, es un rival bien conocido. También lo es su estadio, que le es de los menos propicios para sonreír. El Córdoba visita el domingo (20:30) al Zaragoza, adversario que también atraviesa un momento complicado y que en este tipo de duelos mantiene una clara superioridad. La hegemonía aragonesa sólo se rompe mínimamente en las últimas temporadas. Precisamente de una de éstas es el mejor resultado conocido por el conjunto blanquiverde en la capital aragonesa tras más de medio siglo. En la memoria, al menos en la de los aficionados, permanece el triunfo obtenido en la campaña 2015-16, que, además de ser el segundo en su historia en La Romareda, sirviera al equipo entonces dirigido por José Luis Oltra para dar un trascendente giro de rumbo tras un inicio complicado.
El Córdoba comenzó aquella campaña con el objetivo casi ineludible de recuperar una Primera que había perdido de manera dolorosa meses antes. Para ello el club decidió apostar por el técnico valenciano, que de primeras debía aliviar las heridas de una tan traumática temporada en la elite. Después de inaugurar el campeonato liguero con una victoria ante el Valladolid (1-0), los blanquiverdes encadenaron dos derrotas ante el Leganés (3-1) y el Alcorcón (1-3). El dubitativo arranque de curso lo fue más, por si no hubiera suficiente, con la eliminación en Copa ante el Lugo (0-1). Así, en la jornada cuatro era necesaria ya una reacción por parte del cuadro califal. El reto era de primer nivel, pues visitaba La Romareda. En ese escenario sólo ganó una vez en su historia y fue más de 50 años antes.
La presión no pudo con los de José Luis Oltra, más bien todo lo contrario. En un duelo de pragmatismo, los blanquiverdes dieron el zarpazo gracias a un gol en la primera parte de Pedro Ríos. Aquel 0-1 fue el inicio de una dinámica en la que, incluso, logró el Córdoba discutir y robar el liderato al Osasuna. Un golpe de timón como ése es el que requiere ahora el equipo de Curro Torres en un escenario en el que apenas se conoció el triunfo otra vez. La primera, y única ocasión hasta alcanzar la mencionada 2015-16, en que el cuadro califal se impuso en La Romareda tuvo lugar en la campaña 1962-63. Ahí es nada. Ocurrió en el estreno de la entidad en Primera y en el estadio maño, en el que se destapó para conseguir un holgado 1-3.
Al frente de los blanquiverdes estaba una de las mayores leyendas del club, un cartel que se ganó como jugador y, mucho más, como entrenador. Era Roque Olsen, quien una temporada atrás llevó al equipo a la elite. Marcelino adelantó a los zaragozanos, pero Soler, por partida doble, y Homar dieron la vuelta al tanteador y certificaron un triunfo memorable. Después de aquello, el Córdoba apenas arrancó tres empates de La Romareda. Cabe destacar que los siete primeros choques entre ambos equipos en feudo aragonés se disputaron en Primera. Tras la victoria visitante, cinco acumuló el Zaragoza. Y todas las selló con resultados ajustados. Fue precisamente la campaña del descenso de los califales a Segunda, con Kubala en el banquillo, cuando estos pudieron sumar. Lo hicieron merced a una igualada a dos.
Precisamente esa contienda fue la última que ambos conjuntos disputaron en la elite y también durante casi diez campañas. Se reencontraron en la 1977-78, en Segunda A. El resultado fue un 2-2 idéntico al más reciente precedente. Tras aquel partido hubo que esperar al nuevo siglo para que La Romareda apareciera en el mapa del Córdoba. En la temporada 2002-03, los blanquiverdes regresaron para arrancar otro punto (0-0). Desde ese momento el duelo en tierras aragonesas se repitió otras cinco veces, con sólo el triunfo mencionado, un empate logrado en la 2016-17 y tres derrotas más. En total, el cuadro califal venció dos encuentros, igualó cuatro y perdió diez en sus 14 comparecencias en el feudo maño. A este registro hay que añadir otras dos visitas más en Copa del Rey, y las dos acabaron con el resultado más repetido: victoria de los zaragozanos. Si bien en una ocasión, la primera, la clasificación para Octavos fue para los visitantes: militaban en Segunda, a diferencia de su rival -en Primera-, y en la ida, sin embargo, se impusieron por 6-1. El técnico cordobesista entonces, en la 1959-60, era Roque Olsen.
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