Soñar en voz alta
La Liga Nacional de Fútbol Sala hacía de nuevo escala en Vista Alegre muchas semanas después. Y a lo grande, pues el Córdoba Patrimonio iniciaba la recta final de la primera vuelta de la competición, y por tanto, apuraba sus últimas opciones de entrar en la Copa de España. Tres finales, dos de ellas en casa, por lo que el choque ante Viña Albali Valdepeñas, ya clasificado, se antojaba de necesidad. Es por ello que la escuadra blanquiverde saltó al parqué a por todas, mostrando un juego vertical y una presión alta que le erigió en protagonista en el arranque. Una puesta en escena a un ritmo frenético, en la que los cordobeses buscaban constantemente la meta de Edu, recientemente coronado como campeón de Europa con Portugal. Y es que cabe recordar que la plantilla manchega, pese a las bajas recientes, es una de las mejores de España. De ahí que ya tenga sellada su clasificación para el torneo.
Sea como sea, se palpaba en el ambiente lo mucho que había en juego para los locales. También era un duelo especial para los visitantes, que contaron con una notable presencia de aficionados en las gradas. No obstante, no se producían ocasiones de gol. Valdepeñas fue mejorando con el paso de los minutos, principalmente, gracias a la rotaciones. Eso sí, la primera oportunidad del partido llegó del lado local, en concreto, a través de un disparo lejano de Shimizu en una falta que se estrelló en el poste manchego. Seguían los de Josan González merodeando el área rival, con una verticalidad insistente. La filosofía pasaba por exprimir al máximo las posibilidades.
En esas, los acercamientos fueron acumulándose sin peligro real, tal y como lo fue el golpeo de Viana al primer toque tras un gran pase alto de Caio, pero éste salió mordido y lo atajó Edu sin problemas. En este sentido, continuaba consumiéndose el crono entre intentos fallidos del Córdoba Patrimonio, más activo a nivel ofensivo que el cuadro de David Ramos. Asimismo, la insistencia llegaba también a balón parado, mediante una falta botada por Miguelín desde la frontal, aunque el potente disparo del mallorquín se topó con el cuerpo del arquero. De largo, el mejor de su equipo. Y aún así, el plan califa seguía su curso. Tanto que encontró su recompensa.
En efecto, fue, cómo no, gracias a la presión. Un robo en campo contrario de Viana propició un contragolpe que se consumó con una excelente dejada para Caio, el cual la enchufó en la escuadra tras rebotar el balón en Rafael Rato. Abierta la lata, la mejor versión cordobesa salió a relucir. De hecho, el tanto provocó que llegaran a continuación varias acciones más de asedio absoluto para los califas. El Valdepeñas estaba entonces contra las cuerdas, y tan solo el buen hacer del meta hizo que la diferencia no fuese mayor para el Córdoba Patrimonio, pues éste logró detener los disparos de Shimizu y Jesulito. David Ramos se vio obligado a detener el encuentro para frenar la sangría cordobesa, y la primera mitad murió sin más. Pero el 1-0 continuaba iluminando un camino esperanzador para los blanquiverdes.
El guion no iba a variar en contra de los cordobeses tras la pausa. Todo lo contrario, ya que fue en el segundo acto cuando se desató definitivamente el poderío califa. El mismo se prendió con un robo de Shimizu, que emprendió una contra endiablada y en la que apuró su mano a mano hasta el final, cuando la dejó franca para que Pablo del Moral batiera a Edu a placer. Ese tanto fue la chispa necesaria de lo que estaba por venir, pues Valdepeñas, más allá de algún disparo puntual, no encontraba respuesta. La mordiente cordobesa, por su parte, sí que era continua, con oportunidades de mucho peligro para Jesulito o Viana, que a punto estuvieron de ampliar todavía más la renta para los suyos. El gol sí que llegó en otro robo de Viana que, en una acción similar a la del primer gol, encaró la portería y la dejó para que Zequi batiera a Edu con un disparo ajustado al palo. La fiesta continuaba en clave local. Vista Alegre vibraba y el sueño se hacía un poquito más real.
De la sonrisa al delirio definitivo se pasó a la media hora. Primero en un excelente pase en largo de Zequi que dejó solo a Viana ante el guardameta y éste no falló en el uno contra uno, y segundos después fue Miguelín el que se apuntó al gol con un gran golpeo escorado. David Ramos decidió entonces sacar el juego de cinco, pero ni eso funcionó. Los últimos minutos también tuvieron protagonismo califa, principalmente por un Zequi completamente enchufado y que firmó su particular hat trick con dos goles a la contra aprovechando el portero-jugador de Valdepeñas. Batería puso la única nota positiva del partido visitante al conseguir maquillar un abultado resultado que pone las esperanzas al máximo de su nivel en la hinchada cordobesa. Un grito de rabia en casa. El Córdoba Patrimonio sueña en voz alta.
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