Un día especial para Loureiro y Álvaro Aguado
Protagonista máximo es Sergi Guardiola, en lo deportivo, en la despedida a este 2017 que inevitablemente dice adiós. No es para menos: el balear cierra el año con un hat trick, el primero de su carrera, y con guarismos mejores a los de Florin Andone. Ahí es nada. Sin embargo, el suyo no es el único nombre que sobresale en el Córdoba tras el duelo con el Reus. Otros dos son los de Miguel Loureiro y Álvaro Aguado. Ambos ven 2018 de una manera diferente después de disfrutar de sus primeros minutos con el conjunto blanquiverde en Segunda A. Un doble debut, de la mano de Jorge Romero, que tiene también un doble significado. Para el gallego, el estreno supone poner punto final a su larga espera. Para el jiennense, una oportunidad de dejar entreabierta, para el futuro, la puerta que comunica al filial con el primer cuadro califal.
De los dos, Miguel Loureiro fue el primero en saltar al campo en el encuentro ante el Reus. Con molestias físicas, Fernández aguantó el tipo, con una actuación notable, en el césped hasta que no pudo más. Corría el minuto 63 y llegaba el momento para el gallego. La paciencia había sido hasta ese instante su mayor virtud. “Al final, vengo de una categoría inferior y tenía que pasar un tiempo de adaptación. He estado tranquilo, entrenando y cada día cogiendo más nivel. Sabía que tenía que trabajar para esperar mi oportunidad, y así ha sido. Ha tardado en llegar, pero creo que he hecho un buen trabajo”, expresó el lateral derecho tras el choque con los catalanes.
El defensa, con apenas 21 años, fue una de las apuestas de futuro del Córdoba en el mercado del pasado verano. Tras pasar por las canteras del Deportivo y del Celta, la temporada 2016-17 fue jugador importante del Pontevedra. Con el cuadro vigués jugó un total de 35 partidos en el Grupo I de Segunda B -y dos de play off-, lo que le hizo aparecer en el escaparate de la categoría de plata. Pero sus inicios como califal no resultaron sencillos. Hasta este miércoles, apenas participó en los dos duelos de Copa que disputó el conjunto blanquiverde. De ahí que la felicidad fuera total tras suplir a Fernández ante el Reus. Porque además saboreó desde dentro la goleada. “Estoy muy contento a nivel personal y, sobre todo, a nivel colectivo. El equipo necesitaba una victoria y consiguiéndola de esta manera nos vamos todos al parón con otras sensaciones”, afirmó.
La entrada de Loureiro no hizo presagiar, ni mucho menos, que también pudiera tener lugar otro debut en el choque con la escuadra catalana. Éste fue el que vivió, y gozó, el joven Álvaro Aguado. El centrocampista, también de 21 años, recaló en el Córdoba el pasado verano procedente del Real Jaén. Firmó para reforzar a un filial en el que es un indiscutible: a la conclusión de la primera vuelta disputó todos los encuentros. Su trabajo en el segundo equipo, bien conocido por el técnico, facilitó que Jorge Romero le concediera la oportunidad de dar el salto a Segunda A. Entró en el minuto 77, sólo unos instantes antes de que Sergi Guardiola hiciera el 4-0, y arrimó el hombro para cerrar una victoria tan festiva como balsámica.
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