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Mientras tanto, Deivid está de vuelta

Deivid celebra un triunfo con el Córdoba en El Arcángel | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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Revueltas bajan las aguas del Guadalquivir. Mucho más de lo habitual a la altura de El Arcángel. El Córdoba atraviesa una de sus más complicadas etapas, al menos de su historia reciente. Por si tuviera poco con su difícil situación deportiva, el panorama a nivel institucional es oscuro. Aunque esto último debe pasar a un claro segundo plano de una vez por todas. Siempre en referencia al desafío que tiene por delante, antes de despedir el año, el conjunto blanquiverde. El equipo de Curro Torres recibe el sábado (20:30) a la Unión Deportiva Las Palmas, un rival cuya plantilla está configurada sólo para pensar en el ascenso a Primera. Y también un adversario cuya elástica viste hoy por hoy un viejo conocido por estos lares. Se trata de Deivid, que encara la que, salvo contratiempo que lo impida, su primera visita al que fuera su estadio tras su salida del cuadro califal en verano 2017. Su reencuentro, además, lo va a ser con un antiguo compañero en el Gran Canaria. Es Aythami, con el 22 de junio de 2014 en la memoria.

Al igual que el Córdoba, David Omar Rodríguez Barrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1989) no atraviesa precisamente su mejor momento. De cara al duelo con el Córdoba, de entrada, lucha para recuperar un lugar en el once amarillo que perdió en la última jornada. El central salió del esquema de su entrenador, Paco Herrera, para el derbi con el Tenerife -que terminó con empate a uno-. Fue consecuencia de una serie de actuaciones discutibles, las cuales desea olvidar cuanto antes. De ahí que aspire a ser de la partida, desde el principio, en un lugar que conoce a la perfección. Lo cierto es que el zaguero apostó el pasado verano por regresar a la Unión Deportiva Las Palmas pese a haber celebrado semanas antes el ascenso a Primera con el Valladolid. No en vano, su periplo con el conjunto pucelano no fue todo lo positiva que hubiera querido.

El fichaje del canario por el cuadro castellano-leonés es en cierto modo el origen de la historia que protagoniza el sábado. En verano de 2017 se vio obligado a abandonar la disciplina del Córdoba, según la versión oficial porque no se adaptaba a lo ideado por la entidad en materia deportiva. Otras circunstancias hubo de trasfondo, pero el caso es que Deivid tuvo que buscar nuevo destino. Lo encontró en apenas un par de días, y éste fue el propio Valladolid. En tierras pucelanas padeció un comienzo de temporada marcado por la incertidumbre de los resultados. Después una grave lesión le apartó de los terrenos de juego, lo que no impidió que pudiera festejar como cualquier otro el retorno de los blanquivioletas a Primera. Estaba ante la oportunidad de volver a jugar en la máxima categoría, pero decidió cambiar de aires.

Fue así cómo el pasado mercado estival de fichajes rompió su vinculación con el club pucelano para retornar a su hogar, tanto en lo personal como en lo deportivo. Fichó por una Unión Deportiva Las Palmas con un proyecto que enseguida llamó la atención generalizada en Segunda A. El equipo está hecho para regresar a la elite sí o sí, con autoridad además. Pero el conjunto amarillo tiene que conformarse por ahora con una plaza en media tabla. Su discreta trayectoria provocó un relevo en el banquillo, por lo que Manolo Jiménez cedió su cargo a Paco Herrera. En medio de este panorama, el central tuvo que esperar a que la campaña avanzara para obtener un puesto titular. Se lo ganó en uno de los últimos partidos con el técnico sevillano al frente, en la jornada 11 y casi un mes y medio después de disputar su primer choque del curso en Copa.

La llegada de Paco Herrera no hizo más que confirmarle en el once amarillo, si bien en el estreno del preparador barcelonés mandó el balón a su propia portería. La primera toma de contacto no pudo resultar peor. En los siguientes encuentros sus actuaciones no mejoraron, de ahí que en el más reciente perdiera su sitio. Un hueco éste que ansía recuperar en El Arcángel. El coliseo ribereño, cada uno de sus rincones, lo conoce a la perfección. Porque con la elástica blanquiverde disputó 80 partidos a lo largo de tres temporadas, la última tortuosa debido a una grave lesión que le mantuvo alejado del campo durante meses. Él estuvo en el equipo que, dirigido por José Luis Oltra, estuvo próximo a retornar rápidamente a la elite. El Girona apagó la ilusión del Córdoba en la vuelta de la primera eliminatoria de play off de la 2015-16. En aquel partido acabó con la mano amoratada un tal Fidel, quien también vuelve al que fuera su estadio. Eso sí, el onubense ya lo hizo en los dos anteriores cursos con el Almería. Los dos fueron compañeros en esa pugna por el salto a Primera, y también en el traumático descenso de la máxima categoría un campeonato antes.

Si doloroso le resultó el adiós al cuadro califal, significativo fue su fichaje. Deivid firmó con el Córdoba sólo una semana después de que éste robara el ascenso a Primera a Las Palmas. En la escuadra amarilla militaba precisamente el central, cuya salida del Gran Canaria aún no perdonan muchos por aquellos lares. Fichó para jugar en la elite después de perderla con su propio equipo. Es en este punto donde surge otro nombre, el de Aythami. Los dos zagueros se van a reencontrar por primera vez sobre el verde -si es que ambos son de la partida- desde el 22 de junio de 2014. Ese día ambos se encargaron de formar pareja en el eje central de la defensa del conjunto canario ante el blanquiverde. Ese día ambos cayeron derrotados y perdieron la opción de entrar en la máxima categoría. Si bien después varió la historia para quien el sábado es rival. Uno y otro se van a ver de nuevo las caras tras aquel dramático desenlace en tierras insulares hace cuatro años y medio. Uno viste de blanquiverde y el otro lo hace otra vez de amarillo.

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