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El Córdoba se fabrica en casa su propio drama

Borja lamenta una ocasión | MADERO CUBERO

Paco Merino

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El conjunto de Djukic se muestra incapaz de vencer a un Depor que jugó una hora con diez | Fede Cartabia falla un penalti | La afición estalla al final con una sonora bronca

Ni de penalti. Ni jugando más de una hora con superioridad numérica. Ni frente a un adversario que era más de “su Liga” que cualquier otro. Ni en El Arcángel, un reino transformado en tómbola en el que siempre hay premio para el visitante. El Córdoba se construyó su propio drama en un encuentro feo y emocionante, cualidades accesorias que no sirven para paliar la profunda decepción que los seguidores blanquiverdes expresaron al final del pleito. Los silbidos retumbaron por toda la ribera del Guadalquivir. Hacia mucho tiempo que no se vivía un episodio de frustración similar. La tarea del Córdoba es titánica. Los seis empates que acumula le están permitiendo no descolgarse en la tabla, aunque tendrá que gestionar el destrozo anímico que le reporta su negra estadística: es el único que no le gana a nadie.

Se registraron cinco caras nuevas en el once con relación al Córdoba que hincó la rodilla, con toda la dignidad que le permitían las circunstancias, en el Vicente Calderón. Djukic sigue buscando un nivel óptimo de competencia con cambios de nombres y hasta de posiciones. Retornó Gunino al lateral derecho, relegando al banquillo a Bouzón. Y entró Crespo en la izquierda, desplazando a Pinlllos. Pero esa modificación fue efímera. A los diez minutos, el riojano ingresó en el césped y se retiró, dolorido, el sevillano Crespo. Mal asunto. Las alas en la retaguardia continúan siendo una pasarela en busca de su modelo top. En el medio, el capitán. Abel Gómez anda curado de espantos y su hoja de servicios está repleta de episodios como los que está viviendo -y los que se le avecinan- el Córdoba. Sabe de qué va el oficio. Igual que López Silva, que entró para aportar creatividad -útil, más allá de la vistosidad- en el ataque. Xisco, titular ante el Atlético, se quedó esta vez a la espera y los asuntos de área fueron tarea de Nabil Ghilas. Al argelino, el último en llegar, le ha caído el papel de referencia en el equipo y esa etiqueta, lejos de asustarle, parece haberle estimulado. En el Depor no hubo más sorpresa que la ratificación de Helder Postiga, recién salido de un periodo de inactividad por lesión, como hombre punta. El luso tuvo una actuación esperpéntica. El riesgo de la decisión de Víctor Fernández -con la soga al cuello- era proporcional al nivel de angustia con que los gallegos se plantaron en Córdoba. Acabaron llevándose un punto y lo celebraron como si hubieran ganado la Champions.

Fue un choque de desgraciados, una confrontación de equipos a los que les sopla el viento en contra. Al Córdoba se le empezaron a torcer los planes en el minuto 10, cuando Djukic se vio obligado a cambiar a Crespo por Pinillos. El Depor trataba, sin demasiados argumentos más allá de la fogosidad, hacer daño a un anfitrión atribulado. Un disparo desviado de Fede Cartabia fue el primer testimonio de vida ofensiva de un Córdoba que encontró su mejor situación de gol del curso en el minuto 15. Cartabia envió un balón al corazón del área y Pinillos, que había subido al remate, fue trabado por Helder Postiga. Un delantero haciéndole un penalti a un defensa. En ese nivel de locura estaba ya el partido. Lo ejecutó Fede Cartabia, pero Fabricio atajó el disparo del argentino y El Arcángel enmudeció por unos instantes. La noche se ponía dura. El Depor respiró y trató de sacar sus contras, pero al filo de la media hora llegó otra jugada tonta de la noche. Un forcejeo en el centro del campo, en una acción de apariencia intrascendente, lo resolvió Mateu Lahoz con una tarjeta amarilla para Íñigo López y otra para Helder Postiga. Para el portugués era la segunda. A la calle. El duelo cobró entonces una nueva dimensión.

En inferioridad, el Depor reculó y el Córdoba tuvo la posesión. La briega constante de Nabil Ghilas, interviniendo y ofreciéndose a los compañeros, suponía un incordio para la retaguardia del cuadro gallego. Los balones colgados al área propiciaron algún susto de poco relieve a Fabricio, un meta en estado de inspiración. Al toque del Córdoba le faltó la definición final. Nada nuevo. El intermedio le vino mucho mejor al equipo de Víctor Fernández, que había sido sometido por los blanquiverdes en el tramo final.

La puesta en escena del Córdoba tras el descanso fue fulgurante. La entrada de Borja García por Luso provocó una mayor presencia en ataque, con Rossi más retrasado y con más metros para ver el pase interior. Los de Djukic salían con la pretensión clara de gobernar en el campo y apretar a un Deportivo que se parapetó sin miramientos y se dispuso a capear el temporal. Un trallazo de Fede Cartabia abrió las hostilidades. Luego llegó un gol anulado a López Silva por claro fuera de juego. Pero las cartas estaban ya sobre la mesa y parecía que el Córdoba tenía la mano ganadora. Un lanzamiento ligeramente desviado de Pinillos, muy activo en las subidas, y otro de López Silva encendieron el graderío. Los cánticos se oyeron como nunca. Todos entendían que ése era el momento. Pero no. No era la noche del Córdoba. Esta tampoco.

El asedio fue remitiendo. El temor algo peor se instaló en el estadio. Djukic metió a Xisco como último recurso para desatascar a un Depor que se envalentonaba a medida que transcurría el tiempo y los de casa no daban con la tecla. Después de salir indemne del periodo de más presión blanquiverde, el conjunto de Víctor Fernández tuvo incluso la ocasión de dar algún susto en la portería de un nervioso Juan Carlos. Al Córdoba se le desvaneció la ocasión de remendar su poco productivo arranque liguero. La pasión sigue siendo infinita, pero puede que a partir de ahora tome otro modo de manifestarse.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 0: Juan Carlos, Gunino, Pantic, Íñigo López, Crespo (Pinillos, 10'), Luso (Borja, 46'), Abel, Fausto Rossi, Fede Cartabia, López Silva (Xisco, 68') y Ghilas.

DEPORTIVO, 0: Fabricio, Laure, Sidnei, Lopo, Canella (José Rodríguez, 63'), Medunjanin (Juan Domínguez, 74'), Wilk (Alex Bergantiños, 84'), Juanfran, Luisinho, Cavaleiro y Helder Postiga.

ÁRBITRO: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Luso, Íñigo López, Pinillos y Pantic. Expulsó a Helder Postiga en el minuto 28, tras ver la segunda tarjeta tras la amonestación anterior en la acción del penalti.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la décimo primera jornada del campeonato nacional de Liga BBVA, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 15.643 espectadores.

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