Córdoba CF

— Crónica

Sin goles, sin Copa y sin ganas

Con las miras puestas en la Copa del Rey, y en sumar una victoria “por cabezonería”, tal y como reconoció Manuel Mosquera en la rueda de prensa previa al duelo. El Córdoba CF afrontaba su último partido como visitante de la temporada con la intención de resarcirse de los malos resultados que ha acumulado el cuadro blanquiverde en este segundo tramo de competición, y lo haría visitando el estadio donde tocó la gloria por última vez con el ascenso a Primera RFEF: el Estadio Romano-José Fouto. En frente, una AD Mérida aguerrida que buscaba el mismo objetivo que los califas, esa séptima plaza que diese acceso al 'torneo del KO' de la próxima temporada.

Pese a ello, lo cierto es que el ritmo del partido comenzó siendo lento, muy lento. No se firmarían ocasiones ni acercamientos peligrosos durante los primeros diez minutos de juego, con dos equipos temerosos y sin garra que se mostraban incapaces de, tan siquiera, asustar al rival. Sin embargo, tal y como suele ocurrir en los últimos duelos del Córdoba CF, el Mérida tan solo estaba buscando el momento en el que un fallo de los blanquiverdes les facilitase el camino al gol, y acabaría llegando justo al cuarto de hora de juego, cuando, tras un centro lateral, Alberto fallaba en su despeje y dejaba a Chuma solo, que mandaba el balón al fondo de las mallas pero, por suerte para los intereses blanquiverdes, el juez de línea marcaba fuera de juego del delantero excordobesista.

El tanto anulado pareció despertar mínimamente a los de Manuel Mosquera, que tan solo lograban crear peligro con tiros lejanos. Así, en el 21, avisaría Miguel De las Cuevas con un lanzamiento desde media distancia pero que sería muy sencillo de detener para Palomares. Habría que esperar hasta la media hora de juego para presenciar la ocasión más clara para los blanquiverdes, en una rápida transición ofensiva que acaba en las botas de Kike Márquez, que filtra para Caballero pero este, escorado, se encuentra con Palomares que mandaba el balón a córner. Desde ese momento, los de Mosquera plantearían una presión más alta intentando dificultar así la salida de balón local.

Y, si en el treinta de juego llegaba la más clara para los visitantes, en el 38 llegaría la más clara para los locales. En una acción infantil, Alberto Jiménez cometía penalti sobre Dani Lorenzo tras un caño del jugador emeritense. Bonaque, el capitán, sería el encargado de intentar definir desde los once metros, pero no acabaría en gol ya que un inconmensurable Carlos Marín se estiraría hasta límites insospechados para poder repeler el balón y mantener el empate en el marcador. Un empate con el que, finalmente, se llegaría al descanso, con todo por decidir para la segunda mitad.

Al igual que durante los primeros 45 minutos de juego, la reanudación trajo consigo un partido de estos que se suelen denominar como difícilmente digeribles. Un ritmo lento, muy lento, y espeso por parte de ambos conjuntos propiciaba que las ocasiones, aunque contadas con los dedos de una mano, se separasen mucho en el tiempo. Pese a lo esperable, serían los blanquiverdes los que firmasen la mayoría de ellas tras la reanudación. La primera de ellas, al minuto 49 de juego, vendría propiciada por un intento de despeje de Bonaque, que obligó a Juanpa a emplearse a fondo para evitar el tanto a favor de los visitantes.

Tras ello, sería Yussi Diarra el que firmase las dos siguientes para los califas, y, además, las dos más claras de la segunda mitad. El maliense, primero, se sacaría de la chistera un potente disparo desde la frontal del área que se marcharía a escasos milímetros del palo de la portería del Mérida AD. Tan solo cinco minutos después, el centrocampista blanquiverde obligaría al guardameta local a emplearse a fondo, rematando con la testa, muy cerca de la portería, un centro lateral que despejaría Palomares. También tendría sus opciones el Mérida, intentando salir siempre al contragolpe, pero que se encontraría con un brillante Carlos Marín, que sacaría una y otra vez las ocasiones locales. La más espectacular, eso sí, llegaría en el 77, cuando se sacaría una buena mano a su palo largo para evitar el gol de Álvaro Ramón.

Así, los últimos compases de juego del partido fueron un mero trámite para dos equipos que, en ningún momento, fueron capaces de mostrar intención y ganas de querer ir a por el partido. Tras varias intentonas locales, sería el Córdoba CF el que acabaría embotellando en los últimos minutos al Mérida, pero sin lograr encontrar portería y, así, llegaría al final del encuentro con el marcador inicial de cero a cero. Un partido denso, espeso, gris y aburrido por parte de dos conjuntos que, pese a tener el objetivo de la Copa del Rey a tiro, parece que ya tienen sus miras puestas en la próxima temporada.

De esta manera, al término de la trigésimo séptima jornada, el Córdoba ya, sí que sí, no tiene ningún objetivo a mano más allá que el de intentar, al menos, conseguir una victoria para no acabar de manera tan vergonzosa una temporada que debía de haber sido de ilusión y ambición. Con 51 puntos a falta de los tres últimos en juego, los blanquiverdes se ubican en la novena plaza, y tan solo podrán, en caso de victoria sorpresiva la próxima semana, sobrepasar al propio Mérida en la tabla para así cerrar la clasificación en un muy mejorable octavo lugar, sobre todo, después de lo visto durante la primera vuelta de competición.