Progreso y cerrojazo
Las pretemporadas dan para mucho. La fase de preparación es una acumulación de ensayos y errores constantes. De pruebas continuas. De matices. De frivolidades. Pero también es tiempo de ilusionar. A nadie se le escapa que la mayor parte del rendimiento que se pueda ver en una ronda preparatoria es, en muchos casos, irreal, aunque también significativa de cara a calibrar el posible escenario de partida de la plantilla, y un aliciente perfecto para enganchar a una afición deseosa de ver de nuevo a su equipo. Es por ello que el Córdoba trabaja pendiente de todos esos condicionantes, en los que, a buen seguro, destaca principalmente el de mejorar partido tras partido, pues ese es el único propósito que sirve a su vez para progresar en el resto de registros mencionados. Este miércoles, en el cuarto compromiso estival del club, se produjo la segunda victoria, de nuevo en un encuentro que tuvo sus más y sus menos. Fases de dominio, fases de transición y otras de completa inmunidad. Sin embargo, quizá lo más llamativo del choque fue que el plantel de Germán Crespo logró dejar por primera vez su portería a cero.
En efecto, hasta cinco tantos acumulaba el Córdoba en los tres primeros partidos amistosos que había disputado. Uno encajó en el choque inaugural de la pretemporada ante el Linares Deportivo, mientras que tres fueron los tantos que recibió el conjunto cordobesista ante el Marbella, en un encuentro que llegó a ir dominando hasta por 3-0 pero que acabó ganando de forma apurada por 4-3. Por último, en la primera salida cayó igualmente con el Recreativo de Huelva por un solitario gol. Así, el rendimiento marcaba una notable irregularidad ofensiva, además una profunda debilidad atrás. Una característica que al fin se frenó en el cuarto amistoso.
Cabe puntualizar que el choque transcurrió, en su mayor parte, con escasas ocasiones de gol, y de las pocas que hubo casi durante una hora de encuentro, fueron los califas los que mejor las aprovecharon, con varios acercamientos de mucho peligro y un gol en su cuenta particular. No obstante, fue bien entrada la segunda mitad, y coincidiendo con la expulsión de Álex Bernal, cuando el Algeciras asumió completamente el control del esférico y encerró al Córdoba en su campo. A los de Crespo, a pesar las continuas rotaciones, no les daba ya casi para rondar el área gaditana, por lo que todo el juego se centró en las inmediaciones blanquiverdes. Los cordobeses se tuvieron que poner el mono de trabajo para impedir que el botín fuese inferior para sus intereses. Y lo consiguieron, pese a que el Algeciras logró incluso anotar en dos ocasiones, aunque ambas fueron anuladas por diversas infracciones.
Todo ello con un zaga formada por las circunstancias. De hecho, el encuentro comenzó con una línea de cuatro integrada por José Ruiz, José Cruz, Ricardo Visus y Ekaitz Jiménez. De ahí, la gran novedad fue el joven llegado hace apenas unos días desde el Betis y, salvo sorpresa mayúscula, no se espera que ocupe un puesto de titular, el cual estaría reservado en este caso para Bernardo Cruz, quien había liderado el centro de la defensa en los partidos previos. Pero para esto también están las pretemporadas.
Más notorio es el caso de la portería, donde volvió a actuar de titular por tercer encuentro consecutivo el joven Jaylan Hankins, llamado a ser el tercer guardameta del plantel. Eso sí, las molestias físicas siguen lastrando a Felipe Ramos y Carlos Marín. Por tanto, le tocó al gibraltareño defender de nuevo la meta cordobesa.
Lo cierto es que estuvo a la altura, puesto que, como se ha dicho, consiguió finalizar por vez primera sin goles encajados. Dos veces tuvo que recoger el esférico de sus mallas, aunque ambas habían sido precedidas de alguna acción ilegal. Además, en el tramo final del encuentro, con el Algeciras completamente volcado al ataque, Hankins se echó el equipo a su espalda y a salvó del empate a los suyos con hasta cuatro intervenciones de mucho mérito. Otro paso más adelante para la evaluación competitiva del Córdoba de cara al nuevo curso en la Segunda RFEF. Ahora se consigue echar el primer cerrojo.
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