Córdoba CF
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Crónica
Carbón en la víspera de Reyes
Una noche especial repleta de regalos y magia en El Arcángel. Al menos en lo que al ambiente se refiere. Cerca de 15.000 espectadores se dieron cita en El Arcángel, en la víspera de la noche de Reyes, para alentar al Córdoba CF a sumar su undécimo encuentro consecutivo sin sumar derrota. En frente estaría un Real Madrid Castilla sin su máxima estrella, Nico Paz, pero repleto de talento en todas sus filas, por lo que el espectáculo estaba garantizado. Tras el saque de honor protagonizado por Sus Majestades, García Gómez, trencilla del encuentro, dio comienzo al duelo entre blanquiverdes y merengues.
El inicio del conjunto califal fue arrollador, dando una buena muestra de sus intenciones. Los de Iván Ania saltaron con todo al terreno de juego, que presentaba unas óptimas condiciones de juego a pesar de la densa lluvia caída sobre Córdoba a lo largo de todo el día. Esto provocó que la velocidad fuese rápida, y los blanquiverdes trataron de aprovecharlo con centros laterales. Así, al minuto uno, Antonio Casas ya protagonizó la primera ocasión del duelo que fue repelida primero por la defensa y luego por Cañizares. No se quedaría ahí el Córdoba que, apoyándose en un activo Adilson, generó constante peligro por bandas. El portugués, en esta ocasión, cedió de nuevo para Casas, pero este, cuando se disponía a tirar, se resbaló y el balón se fue por línea de fondo. Posteriormente, el peligro llegaría por parte diestra con centro de Carracedo, pero de nuevo, el ariete rambleño mandaría su disparo fuera.
Este fulgurante inicio dio paso a un pequeño periodo de tranquilidad, en el que el Córdoba CF seguía dominando el esférico, pero ya sin tanta mordiente ante un Real Madrid Castilla bien plantado sobre el terreno de juego. Los de Iván Ania encerraban constantemente a los de Raúl González Blanco en su área, pero el filial se defendía con uñas y dientes de las intentonas blanquiverdes. Sin embargo, y cuando menos se esperaba, llegó el mazazo blanco. En el primer acercamiento con peligro de los merengues, provocado por un gran pase filtrado de Palacios a Álvaro Rodríguez, llegó el gol, pero no sería aquí, puesto que Carlos Marín haría bien la cruz para detener el tiro. Sin embargo, el rechace cayó en Manuel Ángel que, desde fuera del área, no se lo pensó dos veces y chutó, con la fortuna de que su lanzamiento se estrelló en las piernas de Albarrán, desviándolo, despistando a Marín y anotando así el 0-1.
El gol no ahuyentó a un Córdoba que seguía plantando su línea defensiva muy adelantada, hecho que intentaba aprovechar el Real Madrid Castilla con pases largos y rápidos a la espalda. También hubo tiempo para la polémica, puesto que el colegiado no decretó una mano clara de Obrador que hubiese supuesto penalti para el Córdoba CF. Aún así, el dominio blanquiverde, aunque claro, fue infructuoso para sus intereses durante los primeros 45 minutos. La más clara, antes del descanso, la tendría Kike Márquez, que en el enésimo centro lateral de Carracedo aparecería en el segundo palo libre de marca, pero el capitán trataría una nueva asistencia, no se entendería con sus compañeros y el balón se alejaría así plácidamente de la portería de Cañizares, pitando posteriormente el árbitro el final del primer tiempo.
Tras la reanudación, las tornas cambiarían brevemente durante los primeros compases de la segunda mitad. El Real Madrid Castilla saltaría más atento al terreno de juego que los blanquiverdes y, fruto de ello, gozaría de una gran ocasión para hacer el 0-2. Pero, de nuevo, aparecería un Carlos Marín salvador para detener con el pie el tiro cruzado de Gonzalo y mantener la ventaja mínima en el electrónico. Esta oportunidad despertaría al Córdoba CF que, tan solo un minuto después, dotaría a Kike Márquez de un centro con escuadra y cartabón, obra de Carracedo, para colocar el empate. Sin embargo, por apenas milímetros, el '7' blanquiverde no llegaría a rematar y se mantendría el 0-1.
El problema para los califas radicaba en que el Real Madrid Castilla generaba mucho peligro sin tener que hacer un gran esfuerzo. Y es que, de nuevo, tendría que aparecer Carlos Marín con una gran parada, esta vez a Álvaro Rodríguez, para remarcar el peligro que tenían en sus botas los discípulos de Raúl González Blanco. Ante el bloqueo blanquiverde, Iván Ania dio entrada a Alberto Toril tras su lesión, buscando más poderío aéreo que rematase los innumerables centros propuestos por la escuadra califal. Junto a él también dio entrada a Kuki Zalazar y Simo, buscando más juego interior y percutir de manera diferente ante la escuadra madridista.
El ritmo del partido bajó ostensiblemente en los últimos minutos. El Córdoba CF parecía haber bajado los brazos, haberse visto condenado a su destino. Pero en un arreón propio de El Arcángel, la igualada, que parecía imposible ante el entramado defensivo propuesto por Raúl González Blanco, acabó llegando. Un tiro lejano de Isma Ruiz lo propició todo, la parada, dejando el rechace abierto, la aprovechó Kuki, que cayó dentro del área. Sin embargo, en el enésimo rebote, Carracedo asistió a Diarra, que remato a bocajarro, detuvo Cañizares y, de nuevo Diarra, remató a portería vacía para hacer el 1-1.
La noche se tornaba ahora idílica para los blanquiverdes. El Arcángel arrancó su sinfonía y la música de batalla atronó en el graderío. El Córdoba y el cordobesismo querían más ante un Castilla desarbolado. Pero, como suele ocurrir en estas ocasiones, hay veces que es mejor asegurar que arriesgarte a perder. Algo así le ocurriría a los blanquiverdes, que se lanzarían al ataque y, en una contra mortal, David González se marcharía en velocidad a la espalda de la zaga blanquiverde para sentenciar el duelo con el 1-2. La racha de diez partidos del Córdoba CF llega a su fin. La mágica noche de Reyes se acabó convirtiendo en una pesadilla que dio como resultado carbón como regalo para el conjunto califal.
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