Tú podrías ser cantante si no fuera por la voz
El Córdoba se muestra incapaz de derrotar al Lugo y vuelve a poner en entredicho su condición de aspirante al ascenso
Benditos sean quienes hayan salido de El Arcángel haciendo cuentas para el ascenso, porque de ellos será la gloria si finalmente se produce el milagro. Pero hasta eso hay que ganárselo y el Córdoba, definitivamente, no lo está haciendo. Tiene detalles, hace cosas o las intenta. Pero no. Ante el Lugo ofreció otra ración de impotencia ofensiva, que la afición aliñó con una guarnición de cánticos críticos hacia la propiedad. Esto no va como preveían los señores que dirigen el club cuando decidieron que Pablo Villa no era el tipo adecuado para llevar al Córdoba al play off. Cierto es que el declive de los resultados era patente con el alcorconero y que su discurso ante los medios no levantaba olas de entusiasmo. Pero la cuestión es que con Ferrer la reacción ha sido nula. Tras recibir a Las Palmas y Lugo, sólo un punto cosechado en El Arcángel. Muy poco. Setién habló en la sala de prensa sobre la importancia del empate para certificar cuando antes la permanencia en Segunda. Después compareció Ferrer para contar que sigue mirando “hacia arriba, siempre hacia arriba”. Los gallegos tienen un punto más que el Córdoba en la clasificación. Por ahí andamos.
Decir que se tiene mucha ambición está precioso, pero parece prudente establecer prioridades. Las cuentas del cordobesismo son las del simbólico rosario con el que rezan para no vivir un final de temporada calamitoso. El rostro de Esnáider aparece en las pesadillas de unos seguidores de pasión infinita pero paciencia limitada. El Córdoba podría estar más arriba si marcara más goles. Escuchar ese mensaje en boca de los protagonistas resulta una broma macabra. El que salvó al equipo de un destrozo peor fue Mendi, un chaval del filial que salió al césped para sustituir a Xisco, que se fue cansado y enfadado. Como todos.
Ferrer sigue removiendo el potaje por ver si cambia de sabor. Esta vez dejó fuera a Juanlu para devolver un lugar en el once a Pedro, mientras que Gunino desplazó a Campabadal en el lateral derecho. Sorprendió el doble pivote con Abel y Pelayo, buenos manejadores de pelota para un Córdoba que precisaba control. Lo hubo, pero sin picante. Xisco trabajó arriba, pero estuvo desabastecido. El Córdoba jugaba en casa y necesitaba la victoria. Su puesta en escena estuvo acorde con esas circunstancias. Y no bastó.
El Lugo no es ni más ni menos que cualquier otro de esos equipos que andan por la Segunda División picoteando de plato en plato y quedándose siempre con hambre. Su modesto historial y su planta humilde le reportan el cariño ajeno. Si a eso se le añade una propuesta de fútbol con cierto descaro, esa osadía típica de los pobres que tienen poco que perder, nos encontramos con un conjunto simpático y de mucho mérito. En El Arcángel, sin embargo, Quique Setién apostó por no mandar a los suyos a un ataque temerario. El Lugo se dedicó a verlas venir, dejando hacer a un Córdoba que se ha especializado en tener la pelota sin saber muy bien qué hacer con ella. La mueve, la soba, combina en zonas intrascendentes y no encuentra el modo de construir jugadas que asusten de verdad a su adversario. Los de Chapi Ferrer mandaron si es que se puede llamar así el disponer de mayor posesión, pero a un ritmo desesperadamente lento en ocasiones. El Lugo, encantado.
Un disparo de Pelayo, algún intento de desborde de López Silva, Nieto y Xisco... El meta gallego no entró en calor hasta mediados del primer periodo. Salvó un balón que entraba tras una falta lanzada por Abel y poco después tapó una arrancada de Xisco. La situación más clara estuvo en las botas de López Silva, que recibió un servicio de Nieto para soltar un latigazo que José Juan desvió. Cuando el Córdoba más se entonaba, apaciguando los pitos que ya habían empezado a oírse en las gradas, Víctor Díaz agarró la pelota y exigió a Saizar una intervención portentosa. La acción puso un nudo en la garganta al Córdoba, que se marchó al intermedio con una irritante sensación de incomodidad.
Tras la reanudación, el Lugo permaneció en su línea especuladora y sin correr riesgos. Y el Córdoba seguía sin dar el paso adelante. Tenía el balón, pero con una fogosidad decreciente y una alarmante falta de recursos para construir en ataque. Los silbidos en la grada arreciaron cuando Ferrer retiró -por “cansancio”, según explicó después- a Xisco para dar entrada a Mendi. El canterano, nada más salir, alborotó el escenario. Casi cayéndose tras conducir durante varios metros, colocó el balón de rosca lejos del alcance de José Juan y se arrodilló ante el fondo en medio del delirio general.
De inmediato, Ferrer sacó a Luso en lugar de Abel. Más tarde, acorazó aún más la portería incluyendo a Fran Cruz en lugar de Pedro. Había un 1-0 que defender. El Lugo cogió el protagonismo y logró su propósito en una acción embarullada, con varios rebotes que concluyeron con el balón dentro de la meta de Saizar tras un disparo de Víctor Díaz. Quedaban siete minutos para arreglar el desaguisado, pero el Córdoba tenía cada vez menos fuerzas. Inspiración le faltó desde el principio. Fue el Lugo, con un cabezazo de Víctor Díaz que dio en el larguero, el que estuvo más cerca de mover el marcador. Mientras muchos aficionados desfilaban en silencio por los vomitorios de salida, otros dejaban escapar su frustración entonando clásicos de un final de temporada -“González vete ya”, “prepara los carnés”- que puede ser volcánico.
FICHA TÉCNICA
CÓRDOBA, 1: Saizar, Gunino, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Samu de los Reyes, Abel (Luso, 64'), Pelayo Novo, Nieto, López Silva, Pedro (Fran Cruz, 75') y Xisco (61').
LUGO, 1: José Juan, David de Coz (Pablo Sánchez, 53'), David Prieto, Víctor Marco, Manu, Seoane, Pita, Víctor Díaz, Álvaro Peña (Iago Díaz, 70'), Iván Pérez (Sergio Rodríguez, 66') y Enzo Rennella.
ÁRBITRO: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Mostró tarjeta amarilla a Pedro, Samu de los Reyes y Raúl Bravo, por el Córdoba, y a David Prieto, por el Lugo.
GOLES: 1-0 (63') Mendi. 1-1 (83') Víctor Díaz.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésima jornada de la Liga Adelante, disputado en El Arcángel ante 8.864 espectadores.
0