'Synth Axis: La batalla por Linguaterra', una aventura gráfica creada por alumnos para desarrollar su escritura jugando

Los caballeros Synth Axis, fundidos en carne y metal, se han rebelado contra el orden de la sintaxis y promueven el caos. La princesa Gramma pide a cada jugador que los desafíe, en batallas contra esos caballeros, restableciendo el orden frase a frase. Todo ello, en un escenario de fantasía con el Bosque de las Sílabas, la Aldea Sintagma, el Lago Predicado o la Ciudad Gramática: una aventura gráfica, creada por alumnos de 2º curso de ESO, para desarrollar su conocimiento en la asignatura de Lengua y hacerlo jugando.

“El objetivo es que los alumnos escriban, hagan una narración, una descripción, un diálogo, aprendan a manejar el lenguaje y contar una historia”, explica Rafael Herrera, profesor de Lengua y Literatura en el IES Rafael de la Hoz de Córdoba y promotor del desarrollo de esta suerte de videojuego para aprender la asignatura de otra manera.

En este trimestre, los chavales han desarrollado este proyecto, utilizando la herramienta Twine –“con elementos de programación básicos”–, que permite crear historias interactivas incluyendo textos, imágenes, música y elementos para interactuar después como un videojuego. Y ahí ha nacido 'Synth Axis: La batalla por Linguaterra', el nombre de esta aventura gráfica donde los estudiantes practican la escritura en su creación y también jugando después.

En clase, en una sesión por semana, los alumnos han ido desarrollando el juego interactivo, a partir de una estructura básica propuesta por el profesor: “Se les propuso que iba a ser una fantasía, un reino de fantasía”. A partir de ahí, todo ha sido obra de los estudiantes: desde los nombres de los lugares que aparecen a los personajes y sus características, y las herramientas que el jugador podrá utilizar después.

“Los alumnos han inventado todo, todos los detalles”, escribiendo en clase -no en casa con la tentación de usar la IA- y aportando todo el material para componer la aventura gráfica. “Aprenden el desarrollo de la escritura, a ser expresivos, hacer descripciones, introducir diálogos...”, desgrana el profesor.

Con todo ese material, Herrera es quien, esta vez sí usando la inteligencia artificial, ha convertido en imágenes las descripciones pormenorizadas de los estudiantes, dando vida al escenario y los personajes de 'La batalla por Linguaterra'. Ahí, elementos aportados por todos los alumnos se integran, de manera que sea un trabajo conjunto, donde todos se reconozcan. Y la música completa el juego.

El resultado es esta aventura donde predomina el texto, se conjuga con imágenes y también se puede jugar, ya sea en modo lectura de la historia que se cuenta o ya sea en modo combate, con los caballeros del caos desafiando frase a frase la sintaxis, batalla a batalla para ganarles. Entre medias, el jugador puede ir escuchando unos poemas, romances sencillos, que van otorgándole un “logro especial” en el juego.

El tráiler del juego introduce ya al jugador en ese escenario de fantasía creado para practicar el uso correcto del lenguaje. “La princesa Gramma vigila las leyes del verbo y su concordancia, sujetos y complementos bajo sus ojos se enlazan”, se puede leer a la vez que escuchar en una canción. “Caballeros sintéticos, fundieron carne y metal (...) Se lanzan a conquistar Linguaterra con su espada, con ejércitos robóticos. Gramma te ha dado la misión más arriesgada: jugador solo tú puedes traer de nuevo la calma. Usa tus conocimientos de sintaxis como lanza, derrota a los enemigos siempre con el arma exacta. Donde el orden es sintaxis, en un reino de palabras, con su voz exacta y dulce, así te lo pide Gramma”.

Más allá del resultado de esta actividad, el aprendizaje objeto de ella se cumple en clase: “Se ven cuestiones que no saldrían en una clase convencional, se desarrolla la curiosidad. A los alumnos les motiva y les gusta”, sostiene el profesor sobre cómo abordar de esta manera distinta la asignatura, implicando a los estudiantes en esta particular batalla por salvar el uso correcto del lenguaje.