Vicente Amigo volvió a mostrarse como el alquimista de la guitarra
Un taxi esperaba a Rafael Alberti en la puerta del Gran Teatro. El poeta había sido testigo de cómo Vicente Amigo supo “trasladar a la música todo el latido y temblor” de sus versos. Fue en 1992 con motivo del Festival de la Guitarra, en el Gran Teatro. Desde aquel encuentro del guitarrista con el poeta del Puerto de Santa María en Córdoba han pasado 24 años. El miércoles se rememoró la música intemporal de Poeta, junto a la Orquesta de Córdoba, en esta ocasión dirigida por un vibrante Joan Albert Amargós. De nuevo Vicente Amigo mostrando ser lo que es incuestionable, un músico para el que las adjetivaciones sobran, porque al tratarse de un alquimista de la guitarra la música fluye en él desde lo insondable.
En 1992, el maestro Leo Brouwer dirigió la orquesta para que la plasticidad musical de Vicente Amigo nos hiciera sentir Marinero en tierra sin lectura previa, poesía transmutada en música de marchamo flamenco. En el Concierto Conmemorativo del 30 aniversario de la reapertura del Gran Teatro de Córdoba, en 1986, el guitarrista volvió a espolear el sentir y querencia por el flamenco, por la música, en definitiva, siempre en clave andaluza.
Acompañado por Rafael de Utrera en el cante, Paquito González en la percusión y Añil Fernández como segunda guitarra, Amigo se presentó ante el público con un entrante sugerente que tomó consistencia en la bulería Autorretrato, que grabó en 2009 junto a Enrique Morente. Nostalgia, pero con la presencia vital de un guitarrista que retoña en cada uno de sus toques.
La voz de Emilio Gutiérrez Caba, la Orquesta de Córdoba y Vicente Amigo junto a sus acompañantes desgranaron emotivamente cada acento contenido en el poemario de Alberti. Desde el preludio hasta el punto final de Poeta en el viento, una sucesión de música en el oleaje marinero inspirador. Nana, taranta, alegrías, guajiras... pleamar de notas, compases, armonías en sublime conjunción. Y todos los asistentes dejándonos llevar como náufragos con recompensa añorada y hecha realidad, la del arte musical en su más alta valía. Como antes, como nunca, como siempre, una de las composiciones interpretadas por Vicente Amigo y la Orquesta de Córdoba, desvela y traza el sentido de una obra que en las alegrías El mar de tu sentir eclosiona para solapar la melancolía de la nana Flor de la noche y superar el trago amargo de Entre el clavel y la espada, con el aliento suficiente para festejar el cierre de Poeta en el viento.
El Concierto Flamenco para un Marinero en Tierra en Córdoba, ciudad entre la sierra y la campiña, salpimentó con galanura el 30 aniversario del Gran Teatro gracias a Vicente Amigo y la Orquesta de Córdoba. También a un público que celebró, como la ocasión requería, un acontecimiento que, aun siendo histórico, trasciende por el alto voltaje artístico y humano que se vivió y compartió.
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