'Venta del Rayo', la búsqueda de una identidad ahogada en la Guerra Civil

Venta del Rayo (Trampoline Editores) reconstruye los seis primeros meses tras el golpe de Estado franquista de 1936 en Loja, Granada, y sus repercusiones en la vida de un jornalero sin tierras. Estas son las líneas con las que comienza la contraportada del último libro de la escritora Encarna Castillo. Hay quien pueda pensar que es “otro lío más” sobre la Guerra Civil española. Sin embargo, Venta del Rayo es, además, la reconstrucción de la intrahistoria de la familia de Castillo y, por ende, la de la escritora catalana aunque con orígenes andaluces.

Durante seis años, la escritora ha dado forma a todos los documentos escritos y orales con los que se ha ido encontrando en el camino para dar vida a la historia de su abuelo, Juan Castillo López, un vecino del anejo lojeño de Venta del Rayo y a quien fusilaron en la Guerra Civil. Junto a la trama del libro -con dotes de ficción, como los diálogos, para ayudar a construir la historia-, la escritora permite al lector descubrir cómo fue toda la investigación previa para conocer qué le había ocurrido a su abuelo.

El punto de inflexión en la vida de la autora lo marcó la muerte de su padre. A partir de ese momento, la escritora empezó a investigar. “Sin darme cuenta, hice una catarsis personal en la que me plantee aspectos de mi identidad y de mis orígenes, algo que nunca antes había hecho. Daba las cosas por hecho y no me había parado a reflexionar y a conocer realmente qué es lo que había pasado con mi abuelo”, explica Castillo, quien asegura que este libro -con prólogo de Baltasar Garzón- ha conseguido resituarla en su historia.

Sin embargo, lo que sucedió en aquella pedanía de Loja tiene hoy, según la autora, un trasfondo político: “Ese franquismo sociológico que está repuntando”. ¿La causa? “No haber enseñado bien la historia”. “Hoy se celebran funerales donde se canta el Cara al sol y diputados del Partido Popular ensalzan el franquismo. Nos han explicado tan mal las causas que las consecuencias de la guerra llegan hasta día de hoy con ejemplos como estos”, explica Castillo.

El exilio interior, “que el franquismo disfrazó de migración económica”, es uno de los ejes sobre los que se sostiene Venta del Rayo ya que sus familiares tuvieron que “huir” hasta Barcelona, como “tantas personas en los años 40 y 50 por miedo a ser denunciados por sus vecinos o por su familia”.

Fiel defensora de la exhumación de las fosas del franquismo, asegura que lo único que provoca “no cumplir la Ley de Memoria Histórica es fomentar la visceralidad en la gente que quiere cerrar este tema”. A esto se une que “uno de los graves problemas de la historia es la falta de sensibilidad en aquellas personas a las que no les ha tocado vivir esta historia”. Y Castillo ha sufrido “esa insensibilidad” que refleja en un diálogo del libro: “Pues yo estoy un poco cansada de tanta película, novela y demás de la guerra civil (...) Bueno, claro, si es una historia que te toca personalmente...”. “¿Reabrir heridas? ¿Cerrarlas? Hay mucha gente que dice que, bueno, que este tema hay que olvidarlo y pasar página. ¿Pero no se dan cuenta de que eso es bastante difícil si no has podido dignificar a tus muertos?”, se pregunta Castillo.

En las últimas páginas del libro, Córdoba se convierte en la protagonista, ciudad en la que ha vivido la escritora durante los tres últimos años. Y lo hizo porque “para escribir sobre Andalucía, tienes que estar en ella”. Sin embargo, la autora reconoce la dificultad que supone para “alguien de fuera” venir a vivir a Córdoba. Con una crítica fínisima y certera, Castillo habla del “quietismo” del que adolece la ciudad. “Córdoba tiene mucho potencial y gente impresionante con mucho talento pero no se abre. Ésa es la frustración que tengo con Córdoba”, concluye la escritora.