‘Como ronea’: 20 años del hit de Las Chuches que conquistó a la generación Tik Tok
El móvil está de pie encima del banco. Y dos de las tres chicas esperan a que la tercera le dé al botón de grabar. Cuando lo hace, las tres se ponen a bailar. Del móvil sale una canción que cumple 20 años y que, sin que casi nadie lo esperara, vive una segunda (o tercera) vida gracias a las redes sociales y a los clips de Tik Tok.
Se trata de Como Ronea, el gran éxito que firmaron en 2004 tres niñas del barrio cordobés del Guadalquivir, una de las zonas que registran mayores índices de exclusión social de toda España. Como las tres chicas que ahora bailan su canción para Tik Tok, Las Chuches -es decir, Marina, Sara y Melody- eran unas adolescentes a las que les encantaba el flamenco ligero.
Su música nació y triunfó en la Córdoba de hace 20 años, una ciudad que venía de vivir la resaca del Aserejé, otro exitazo mundial grabado por tres cordobesas que vivían apenas a unos metros (en el Sector Sur): Las Ketchup. Aunque el caso de Las Chuches fue distinto. Para empezar por su edad. Tenían 12 años cuando su música empezó a sonar en las radios. Y también porque su éxito fue mucho menor, aunque no desdeñable.
Lo curioso es que aquel disco que grabaron hace 20 años hoy es una referencia para la nueva hornada de artistas urbanos que ha surgido en España -especialmente para esa estrella en ciernes que es Judeline- y que, además, es un trabajo que reivindican estrellas mundiales como Rosalía o la cantante y compositora norteamericana Caroline Polachek.
Flamenco y Timbaland
Probablemente, muy poca de la gente que hoy baila Como Ronea o El pantalón sepa cuál es la historia que hay detrás de aquellos hits de lo que se llamó -no sin cierto desdén- flamenquito. Y también no es menos cierto que pocos temas han sobrevivido mejor al paso del tiempo que los que incluye su disco debut, un trabajo que, en palabras de Caroline Polachek -que acaba de firmar uno de los discos más laureados del 2023-, sonaba como si se pusiera a un grupo de flamenco a cantar sobre una producción de Timbaland.
“Tenías toda esa fuerza caliente del flamenco, pero al mismo tiempo todo ese estilo de producción de Timbaland de los años 2000”, explicaba la artista norteamericana en una entrevista en la que se confesaba obsesionada con Las Chuches, a las que escuchó por primera vez mientras viajaba en coche por Barcelona.
“Pensé: ¡Dios, esto es increíble! Obviamente, esa canción incorpora una técnica y una forma de cantar muy tradicional, pero tiene algo en la producción que me recordaba incluso a Britney Spears. Toda esa interacción estética entre esos dos mundos me recordó a todo lo que yo escuchaba cuando era niña (…) Había un componente de optimismo por conocer a dónde nos llevaba la tecnología e Internet. Había feminismo. Una sensación de vida normal. Todo eso alrededor de la canción me inspiró”, comentó en una entrevista posterior en Mondosonoro.
Lo que no sabía Polachek es que esas canciones que suenan tan feministas las escribieron y compusieron dos hombres: Juan Fernández, El Panky, y Güito Moreno Plantón. El Panky era entonces un guitarrista que venía de experimentar la fusión flamenca con Los Cherokee. Años después se integró en la banda de gitanos de Howe Gelb (Giant Sand), Fernando Vacas y Raimundo Amador, antes de poner música al quejío de La Negra, entre otros proyectos.
Hoy reconoce que ninguna otra canción suya -ni siquiera la que escribió para Paco de Lucía y que sampleó C.Tangana- es tan popular como las que compuso con Güito para Las Chuches. “Ese disco es pa to la vida. Eso va a durar más que el Aserejé”, bromea El Panky al recordar la historia detrás de la publicación de Las Chuches (BMG, 2004), el triunfal disco debut de Marina, Sara y Melody
Al compás de los sueños
Años antes de sonar en las radios, las bodas y los móviles, a Sara, Marina y Melody se las podía ver cantando y bailando en las calles de su barrio, llamado coloquialmente en Córdoba como Los Vikingos. Eran unas niñas gitanas de las que vivían en este barrio humilde y marginal a principios de siglo.
Fue así como dieron con ellas los trabajadores sociales de la Asociación de Educadores Encuentros En la Calle, que llevaba por entonces una década trabajando en la integración socio laboral de personas en riesgo de exclusión. Miguel Santiago, entonces presidente de la asociación, había decidido impulsar un taller dirigido a mujeres jóvenes y adolescentes gitanas. Se llamó Al compás de los sueños, y en él participaron aquellas tres niñas que correteaban por Los Vikingos.
De las tres, sólo Marina ha querido hablar con este periódico 20 años después. Hoy, la cantante recuerda que aquellos encuentros fueron apadrinados musicalmente por Miguel Moreno Maya, hermano del cantaor El Pele. “Aquello fue en 2002 y allí lo que cantábamos eran canciones de Niña Pastori y José El Francés. Lo de Las Chuches vino después”, rememora sobre un proyecto que acabó convertido en un documental y un disco, ambos titulados Al compás de los sueños, y que todavía se pueden rastrear en la red.
El disco lo pagó el Ayuntamiento de Córdoba y la Junta de Andalucía. En él participaron doce niños de los barrios marginales de la ciudad. De la producción se encargó El Panky, que entonces ya tenía experiencia. Después, El Panky y su amigo Güito, vieron que se podía seguir experimentando con el sonido flamenco fresco que ofrecían Sara, Marina y Melody.
“Aquel disco, Al compás de los sueños, gustó mucho. Y eso que se repartía en mano. Hoy es muy difícil de encontrar, vaya. Pero nosotros vimos el potencial que tenían ellas y nos pusimos a componer más cosas. Y lo primero que hicimos fue una maqueta con tres temas”, relata el que, a la postre, fue coautor de todos los temas de Las Chuches (BMG, 2004).
Sigue Marina: “Éramos niñas. Así que imagínate cuando nos dicen: Venga, que vamos a grabar, que vamos a cantar por ahí. Y grabamos la maqueta, la llevaron a Madrid y resulta que gustó mucho”.
El interés de todas las discográficas
El Panky cuenta que aquello se hizo a la antigua usanza. Los dos compositores se montaron en un coche con la maqueta, cogieron la A-4 y se plantaron en Madrid, donde empezaron a repartirla por las discográficas. Horas después, el teléfono ardía. “Las querían todas: La Warner, Sony... Se estaban matando por Las Chuches. Y al final, se la quedó Paco Martín, que como es cordobés, nos insistió mucho. Así que firmamos con BMG. Y las niñas salieron al mercado y pegaron un pelotazo importante”, cuenta el músico.
Antes de salir al mercado, la maqueta de tres temas se convirtió en un disco de diez canciones, que fueron convenientemente retocadas y adaptadas por el productor José Losada al sonido que imperaba en la época: esa especie de r&b electrónico al estilo Timbaland que brillaba en los discos de Justin Timberlake o Britney Spears y al que se refiere hoy Caroline Polachek.
El Panky reconoce que el disco marcó un antes y un después en lo que a mezcla de flamenco y electrónica se refiere. Un año antes, Las Niñas habían triunfado con el Ojú mezclado toques flamencos y rap, y Chambao también había publicado con éxito Endorfinas en la mente, a partir de aquello que se llamó Flamenco Chill, así que el público español tenía entonces el oído hecho a este tipo de fusiones. En el disco Las Chuches, la paleta de recursos electrónicos y ritmos era bastante amplia: desde la rumba housera de El pantalón, Chicas Guerreras o Como Vengo, al r&b de Quisiera tenerte, pasando por la bossanova tropical de Agua de luna, y esos números de soul agitanado que son Paz y La Redada -esta última una preciosa canción con trasfondo social-.
Por encima de todas, ese gran pelotazo que fue Como Ronea, “unos tanguillos que grabamos en una tarde”, según El Panky, un hit de música chiclosa que hace no mucho bailaba Rosalía para millones de personas en Tik Tok.
De niñas a adultas a golpe de hit
Marina recuerda el impacto de aquella canción: “Yo pasé de cantar en la calle a que, de golpe y porrazo, estaba arriba. A mí me cambió la vida en el sentido de que pasé de niña a mayor con esos temas”. La cantante recuerda especialmente el primer día que fueron a cantar, cuando la canción ya había explotado: “Yo era tan jovencita… Yo no me esperaba que se me iba a echar la gente en lo alto pidiéndome una foto. La verdad que eso me ilusionaba a mí mucho. Porque aquello además fue un boom en el barrio. Sonaba en todos los sitios”.
Las Chuches eran carne de subwoofer de coche tuneado. Y así fue creciendo el éxito de aquel disco hasta llegar a nuestros días, reivindicadas por artistas urbanas 10 o 15 años más jóvenes. La gaditana Judeline, por ejemplo, reconocía hace poco en Twitter que la canción en la que más le hubiera gustado hacerse un verso era Como Ronea.
Parte del éxito actual de la canción se debe a que, en el año 2015, Las Chuches -por entonces ya sin Melody- la reeditaron en clave de reguetón junto al artista Daviles de Novelda. Aunque sin duda parte del reconocimiento está también en el apoyo público que ha hecho siempre Rosalía, que la incluyó el tracklist que acompañó al lanzamiento de éxito El mal querer (Sony, 2018), confesando lo que era obvio: que Malamente, Pienso en tu mirá o Que no salga la luna estaban inspiradas de alguna forma en la mezcla de flamenco, r&B y electrónica que hicieron años antes Las Chuches.
A ellas, sin embargo, el éxito no las mantuvo unidas. Durante unos años, Sara y Marina continuaron llevando el nombre de Las Chuches, mientras que Melody se retiró. En 2018 lanzaron Un Capricho, un tema que pasó sin pena ni gloria. Desde hace tiempo, Las Chuches van cada una por libre.
Marina sigue cantando aquel disco en su repertorio y asegura que el impacto sigue siendo enorme. Sara -que al principio accedió a hablar con este periódico, pero dejó de contestar a los mensajes- actúa el próximo 27 de febrero en un evento en Industrial Copera junto al dj Delaschuches, un artista multidisciplinar de Granada que ha trabajado en proyectos musicales como Colectivo Da Silva o La Plazuela, y que lleva a Las Chuches por bandera.
Güito, El Panky y José Losada continuaron en el mundo de la música, y sólo Melody parece haber aparcado la música en su vida, aunque por razones personales, según contaba El Panky.
El guitarrista y compositor cordobés, por su parte, sigue muy activo. Y todos los meses se acuerda del Como ronea cuando llega la liquidación de la Sociedad General de Autores. El Panky defiende que Las Chuches “es un disco que sigue muy vivo”. Y que durará muchos años. “Yo siempre digo: estas van a ser como Las Grecas. Van a tirarse cuarenta años y van a estar sonando las tías”.
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