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Ca7riel y Paco Amoroso: No cantan, no rapean… No se los pierdan

El concierto de Ga7riel y Paco Amoroso, en imágenes
10 de julio de 2025 09:49 h

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Resulta difícil imaginar lo que ha significado a nivel personal para Ca7riel y Paco Amoroso pasar del reconocimiento underground a llegar al gran público casi de la noche a la mañana. Ellos mismos lo han intentado explicar en uno de sus últimos temas, Impostor, en el que cuentan, con el humor que les caracteriza, el impacto que ha tenido en la banda su paso por la plataforma Tiny Desk y el empujón que ha supuesto para su proyecto, tras protagonizar una metamorfosis musical muy parecida -salvando las distancias- a la que protagonizó Childish Gambino cuando sacó Awaken, my love, transitando desde el trap hasta el jazz funk clásico.

Spoiler: les ha funcionado. Hace apenas seis meses, en diciembre de 2024, estos dos argentinos estaban tocando en Sevilla en una sala pequeña en la que no caben más de 200 personas. Este miércoles, con casi 40 ºC a la sombra y en un día tonto de julio entre semana, metían no menos de 2.000 personas en una ciudad tan compleja como Córdoba.

El público, además, tenía un rango de edad que iba de los 20 a los 50 y tantos años, con algunos niños y niñas incluidos. Prácticamente, no había un “moderno” cordobés que este miércoles no se dejara caer por el Córdoba Live para ver a estos dos músicos argentinos en su extraño paso por una ciudad que no está demasiado acostumbrada a ver shows de este tipo y que, desde luego, jamás responde con tanto entusiasmo a los pocos conciertos de jazz y funk que se programan a lo largo del año. Pero Ca7riel y Paco son mucho más que jazz y funk. Son casi una bandera de libertad sonora y en ello radica su éxito.

El concierto de Ca7riel y Paco Amoroso, en imágenes

Se tomaron casi media hora antes de aparecer ante el público. Lo hicieron a las 21:25 con una banda generosísima en percusión y metales. Un sostén rítmico y armónico con el que los dos traperos argentinos se sienten en su salsa -nunca mejor dicho- y con el que arrancaron, al ritmo de Dumbai y Baby Gangsta, una fiesta que se prolongaría durante una hora, sin apenas descanso ni para el público ni para la banda.

Ca7riel y Paco, aunque no lo pareciera, estuvieron sentados en dos sillas en el escenario durante la mitad de un espectáculo que es excesivo en el buen sentido: hay derroche de música en la propuesta de estos dos artistas que se sienten musicalmente hijos del rock argentino de Spinetta y Charly García, pero también del jazz, el funk y el reggae latinoamericano del Negro Rada, Los Pericos o Azymuth.

Aunque, por encima de todos, el músico que sobrevuela todo el armazón sonoro de Ca7riel y Paco es Prince: todo es sucio y sudoroso (y falsete) en una construcción musical en la que, como ellos mismos dicen, ni saben cantar, ni saben rapear, ni falta que les hace.

Lo que les falta lo suplen a base de libertad, personalidad, talento y hambre por tocar en vivo. La mayoría de artistas de su generación ni se plantearía trasladar al escenario su música con una banda de siete u ocho intérpretes. Ca7riel y Paco, sin embargo, apostaron por ello casi desde el principio. El impacto del tiny les ha permitido sencillamente viajar con toda su crew por el mundo y exhibirse. El resultado es que, con el permiso de los británicos Ezra Collective, son la banda joven más potente y explosiva que uno puede encontrarse en directo estos días.

Para quien esto escribe, lo único que se le puede echar en cara es que la cantidad de ideas que disparan en sus conciertos es demasiado abrumadora. Son tan hijos de su tiempo que no pasan más de dos minutos en un género y estilo, como si su directo fuera una pasarela de stories de Instagram: jazz, funk, rock, rap, hardcore, trap, house, techno, metal, soft pop… No hay descanso, no hay tregua ni género que no quepa en su catedral del ritmo.

Eso impide, a veces, disfrutar de los colores que aportan los músicos, pero también los convierte en algo tan explosivo e impredecible que resulta imposible no acabar seducido por una propuesta que no necesita ni hacer un bis para dejar al público exhausto y satisfecho. Los que pueden, pueden.

El concierto de Ca7riel y Paco Amoroso, en imágenes
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