Río Mundi tiene nombre de mujer
A falta de las actividades matutinas previstas para este domingo, Río Mundi ha cerrado este sábado su segunda edición con una jornada para el recuerdo, muy distinta a la del viernes, especialmente por la fluidez con la que esta propuesta se ha adaptado a la fisionomía de la ciudad y sus habitantes y por el éxito con el que se ha acabado saldando la segunda jornada de un festival que tiene por delante un examen ante el nuevo gobierno que se forme en la ciudad.
Si es por éxito de público, la segunda edición de Río Mundi no debería tener problemas: La ribera del Guadalquivir era un río pero de gente, diseminada desde el Puente Romano hasta Miraflores, pasando por el Mirador del Río y la Torre de La Calahorra. Las actividades, sin excepción esta vez, han transcurrido sin problemas ni retrasos remarcables.
Este sábado no fue así. Tras un par de días en los que la Mala Rodríguez no había parado de subir vídeos a sus redes sociales piropeando al público cordobés, se subió al escenario con la Mezquita de fondo y se adueñó del festival, del mismo modo en que el viernes lo había hecho la cordobesa Nita, cantante de Fuel Fandango.
Lejos de los tiempos en los que era una rapera que iba a acompañada meramente de un dj, Mala Rodríguez es en estos momentos casi un diva pop. Mantiene, eso sí, su querencia por los ritmos y las rimas urbanas, pero sus conciertos ya son un espectáculo tan centrado en la música como en la estética. A Río Mundi ha acudido acompañada de un cuerpo de bailarinas, que han coloreado la música de La Mala y han dotado de otra vida a sus composiciones clásicas.
Antes de su concierto, el escenario Guadalquivir estuvo en manos de las voces de Maruja Limón, un quintento de artistas con una propuesta a caballo entre el flamenco, la rumba y las músicas latinas. Y antes de ellas, ha sido la banda cordobesa Skygrand Pagers, capitaneada por la joven y talentosa cantante Laura Shadows, la que ha llenado ese escenario.
Lo mismo se puede decir de la voz de la cantante Zilah, una de las más brillantes que se han escuchado en el escenario Níger, en clave de reggae; o la seriedad y la contundencia de la dj Kristina, que ha pinchado música electrónica en el Rin. Río Mundi hoy ha sonado a mujer.
Y, si algo se ha demostrado este sábado, es que no todos los ríos de Río Mundi llegan al Guadalquivir. Si algo tiene este festival es su capacidad de seducir desde otras músicas y propuestas, y esa es el arma de un festival que, por su singularidad, bien merece una tercera edición.
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