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EL SELFI

Rafa Blanes: “Cuando tengo que ir a Madrid a hacer un casting me siento un poco Alfredo Landa”

Rafa Blanes, con un ejemplar de Casi Comedias 2.

Juan Velasco

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Hay dos formas de ver una secuela: una es decir que no hace falta y la otra que no hace falta pero tampoco molesta. De acuerdo en que puede haber, en casos excepcionales, una tercera vía, la de “es mejor que la primera”. Así que, pongamos que hablamos de secuelas buenas, cuando hablamos de Casi comedias 2, el nuevo libro de piezas teatrales breves que acaba de publicar el actor y dramaturgo Rafa Blanes.

Blanes es uno de los rostros del cine independiente cordobés. Ese cine que está disponible en las plataformas y que muestra, de forma humilde y digna, que se pueden contar historias desde Córdoba, incluso apostando por el género fantástico. Por ese empecinamiento en situar a Córdoba como un pequeño Sundance andaluz, en su Twitter se define como “un actor de provincias”. Así que le preguntamos cosas. Cosas provincianas. Que no sabemos qué son, pero suena apetecible (y a Pardo Bazán).

'Terminator 2' es gloria bendita. De pequeño pensaba que no había una primera parte, que simplemente se llamaba así

PREGUNTA. Bueno, tenemos sobre la mesa Casi Comedias 2. Y, a ver, amigo, nadie te ha dicho que las secuelas nunca superan el original.

RESPUESTA. Claro que sí, lo que la gente no sabe es que me guardé las mejores escenas para la segunda parte. Ah, y es la definitiva. No habrá Casi Comedias 3. Estuve a punto de ponerle a esta segunda parte Casi Comedias 3, en honor a Vivancos 3, una película que protagonizó el Gran Wyoming, malísima, que me encanta. El título decía: si gusta, haremos las dos primeras.

P. Venga, dime cuál es tu secuela favorita de la historia del cine y por qué. Y no me vengas con El Padrino II.

R. Mi secuela favorita todavía no está escrita. Y no, no es una metáfora, es que este verano pasado grabamos una película increíble, Slasher, y en el rodaje el director me contó cómo sería la secuela. Vaya peliculón. Pero bueno, aún tenemos que hacer mucho ruido con la primera. Y dejando el autobombo a un lado, Terminator 2 es gloria bendita. De pequeño pensaba que no había una primera parte, que simplemente se llamaba así, Terminator 2. Me parecía un nombre con gancho de por sí. Como Casi Comedias 3.

P. A ver, vamos a ir al principio: ¿Qué es eso tan líquido que llamas ser un actor de provincias?

R. Buena pregunta. Es mi cabecera de perfil de Twitter, lo puse un poco por poner algo pero hizo gracia a la gente. Y me identifico bastante con ese término. Creo que mi vida es “la conmovedora historia de un actor de provincia”. Depende de cuando te enganches a la historia habrá drama, comedia, un poco de terror… Cuando tengo que ir a Madrid a hacer algún casting me siento un poco Alfredo Landa con la maleta para arriba y para abajo, confundiendo metros… Madrid me sirve para darme cuenta de lo mucho que quiero Córdoba. Así que habrá actor de provincia para rato.

P. En Casi Comedias 2 ofreces otras cinco piezas pensadas para llevarlas a escena y con una duración cortita. ¿Lo bueno si breve, dos veces bueno?

R. El libro tiene el mismo formato que nuestra compañía, El Garito Teatro. Cada espectáculo es diferente al anterior, ya que, dependiendo del lugar donde actuemos y el público que asiste, elegimos unas escenas u otras. Por eso intentamos que todas las escenas tengan una duración similar, para poder jugar. Estas escenas y las que componen el primer libro pueden hacerse en el salón de tu casa, con lo que tengas a mano. Es una de las cosas que más me gusta del libro, que no necesitas artificio para realizarlas, solo tres actores/actrices y ganas de pasarlo bien. Nos gusta la idea de que, en una hora de espectáculo, el espectador vea cuatro o cinco historias diferentes y diez o quince personajes que te hacen reír. No sé si he respondido a la pregunta, si te soy sincero.

P. ¿Crees que es difícil captar la atención de los espectadores en esta era de Instagramers y Tik Tokers?

R. Es posible que nos estemos acostumbrando a la inmediatez de las redes sociales. Puedes aprender a cocinar un rabo de toro en un tiktok de quince segundos, hay cuentas que te resumen películas de tres horas en unos pocos minutos o segundos… pero como sociedad no podemos permitirnos perder lo que nos hace sentir acabar un libro, descubrir una buena película o asistir al teatro. Aunque todo vaya en dirección opuesta a lo que voy a decir, tenemos que apagar más los móviles. Este es un mensaje para aficionados de Instagram y Tik Tok: mis escenas se leen rápido y también pasas de una escena a otra deslizando tus dedos.

Tenemos que apagar más los móviles

P. En esta secuela, metes pildorazos de Thriller y terror, aunque desde un prisma cómico. ¿La comedia nos salva de la película de miedo que estamos viviendo?

R. Creo que la comedia es necesaria siempre. En el primer libro no quise jugármela mucho, quise incluir escenas que fuesen cómicas con la primera lectura. Pero, para esta segunda parte, hice uso del título del libro y quise jugar con que todo, según el prisma con el que se mire, puede convertirse en una comedia. Quizás el lector no vea la comicidad en ciertas escenas, pero no hay que olvidar que es un libro teatral y que, el director/a de escena que decida ponerla en pie, debe tener recursos para aprovechar lo que hay sobre el papel y darle el carácter que considere. Personalmente, la cuarta escena del libro es mi favorita. Y puede ser la menos cómica. Tiene un toque Shyamalan (salvando las distancias) que me encanta.

P. ¿Cuál es el mayor miedo de un comediante de provincias? ¿La cuota de autónomo?

R. Que se acaben las ganas de seguir luchando, sin duda. Desde que tengo uso de razón escucho cada cierto tiempo la frase “vienen tiempos difíciles”. Yo salí de la carrera, como muchos compañeros, en plena crisis financiera. Después de algunos años mejora la cosa y… después todos sabemos la que se nos ha venido encima a los trabajadores de la cultura. Si después de estos años no he perdido la ilusión, dudo que la pierda ya. Tengo el apoyo de mi familia, de mis amigos, de la gente que me rodea y de cada persona que, al cruzarse conmigo después de tiempo sin vernos tiene palabras bonitas para mí. A todas esas personas, no sabéis el bien que hacéis diciendo “Qué alegría me da ver que no paras”.

P. Cuando estudiabas arte dramático, ¿te comentaron alguna vez que tu principal papel como actor iba a ser el de Juan Palomo?

R. No, pero habría estado bien que me hubieran ido preparando para este papelón. Hay que saber rodearse bien. A mí lo que me gusta es actuar y escribir, pero te ves subido a una escalera dirigiendo focos, creando escenografía, haciendo las veces de productor, de distribuidor… en fin muy cansado todo.

P. Otra Juanita Palomo, tu pareja Victoria Castillo en La Sombra, donde hizo de todo. ¿En casa es ella la que cambia las bombillas y arregla el fregadero, verdad?

R. Vicky es la persona más trabajadora y más brillante que he conocido. Es genial poder verla trabajar encima de un escenario, detrás de una cámara, delante de ella o en cualquier departamento de una producción. Hace ya algún tiempo que andamos pensando algún proyecto más ambicioso que llevar entre los dos. La verdad es que es muy difícil trabajar y vivir con alguien, compartirlo todo y que siempre estéis ahí el uno para el otro. Vicky siempre en mi equipo. Yo siempre en el suyo, si ella quiere.

P. ¿Ayuda compartir vida, pasión y sinsentidos con alguien que tiene las mismas vivencias que tú?

R. Es algo que hablamos Vicky y yo a menudo, lo bonito que es poder compartirlo todo con alguien, tanto lo profesional como lo personal y tener la relación que tenemos. Somos pareja, compañeros de trabajo, amigos. Lo bueno de compartir esta profesión es que conoces los puntos altos y los bajos y, si uno de los dos está en un punto diferente al otro, puedes comprenderlo y estar ahí siempre.

P. Para terminar, pero no menos importante: ¿Quién te gustaría que te cruzara la cara por un chiste? Explícate.

R. Aunque no me gusta ponerle puertas al campo, intento no entrar demasiado en lo personal a la hora de hacer chistes salvo que tenga una confianza infinita con el “afectado”. De todos modos, si tengo que elegir a alguien que me parta la cara, que sea Jim Carrey, aunque solo sea por lo malo que sea el chiste. O Brad Pitt, por verlo de cerca. Por si acaso, yo ya me he apuntado a Kick Boxing.

Si tengo que elegir a alguien que me parta la cara, que sea Jim Carrey

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