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Kim Jong-un también es modelo del mayo cordobés

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Manuel J. Albert

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Los creadores usan Facebook para mostrar sus delirantes versiones para el cartel festivo de 2013

Kim Jong-un deja a un lado la consola de videojuegos. Sus tropas de marines estadounidenses cibernéticos, armados con machetes y bengalas, acaban de decapitar y carbonizar a los pocos muertos vivientes que quedaban en Groedlandia. Lleva 18 horas seguidas jugando. Pero el líder de los norcoreanos, el faro de su revolución, el último último eslabón del proletariado asiático contra la jauría degenerada de occidente y los revisionistas chinos, no está cansado. Es más, tiene ganas de echar un vinito. Concretamente, un medio de Montilla-Moriles.

¿No se lo cree? Asómese a Facebook, asómese... Encontrará un mundo delirante gestado en el vientre del último cartel del Mayo Festivo cordobés. El óleo que más está dando que hablar desde hace años. Nada de bellezas locales con faralaes o canes desdibujados en Sierra Morena. No. Ahora se muestra un hombre joven de buena planta, con la cadera ligeramente curvada, al mejor estilo de Praxíteles o de un acodado parroquiano en taberna local. En cualquier caso, la imagen está dando de qué hablar. Y en Facebook se ha organizado un grupo, Vamonoh pa la feria de Córdoba, que está tirando de peyote puro para dar la vuelta al cartel, generando de paso una realidad alternativa, guasona, gamberra y absolutamente lisérgica gracias al Photoshop.

Un mundo paralelo en el que estos creadores, la mayoría cordobeses, han logrado que Kim Jong-un, ayudado por 15 Camareros Eunucos del Pueblo, se embuta en unos vaqueros cuidadosamente desgastados. El querido líder, personalmente, se abotona la camisa blanca más almidonada y mejor planchada de todo Pyongyang. Y pide que le traigan no uno, sino dos claveles. Porque a Kim le encantan los claveles.

Justo en ese momento, mientras sus dos mejillas se sonrosan más de la cuenta y otros cuatro trabajadores castrados colocan un decorado de cartón piedra al más puro estilo andaluz, la piel de su cuello presidencial se vuelve tan aterciopelada como el ala ancha que le acaban de traer. Y sosteniendo delicadamente con la mano derecha las dos flores y el catavinos, con la mano izquierda toca su cabeza con el sombrero negro. Es entonces, cuando el líder de la potencia nuclear comienza a cantar en perfecto coreano, muy bajito y de forma muy sentida: Soy cordobés.

Los de Vamonoh pa la feria de Córdoba son bastante retorcidos y han llegado a invitar a la fiesta al Equipo A. Entran disparando sus automáticas más ochenteras contra la guardia pretoriana de Kim -sin matar a nadie, por supuesto- y obligan al heredero comunista a salir corriendo. Es curioso, pero visten de idéntica forma que el sátrapa al que acaban de destronar: transformados en genuinos estereotipos de los hombres cordobeses. Miran al espectador. Posan con flores y vino. Y sonríen. El momento, por supuesto, sigue inmortalizado en Facebook.

Lo mismo harán E. T., Paquirrín, Pajares y Esteso, Rajoy, Elvis, José Antonio Nieto, el Ecce Homo de Borja, Rafael Gómez 'Sandokán', Tom Hanks, Iker Jiménez, Clint Eastwood, la duquesa de Alba, Espinete o los colectivos cordobeses de artistas El Arenal o coEsferia, entre otros muchos cachondos.

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