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Historia del cómic
De Federica Montseny a Elena Fortún y tebeos censurados: los cómics femeninos de 1920 a la Transición

Un ejemplar del tebeo BB, de 1920 en la exposición 'La mujer en el cómic femenino español: 1920-1978' en la Biblioteca Central de Córdoba.

Carmen Reina

11 de marzo de 2023 22:16 h

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Los amantes del cómic tienen una cita obligada en estos días en Córdoba con una exposición que recopila unos 160 ejemplares reunidos con una mirada histórica. Se trata de una colección para conocer cómo eran los cómics femeninos, con guionistas y creadoras mujeres, pero también tebeos dirigidos a niñas y mujeres jóvenes, a lo largo de casi todo el siglo XX, desde los años 20 hasta la Transición.

La mujer en el cómic femenino español: 1920-1978 es el título de esta exposición -cedida por el coleccionista privado José Manuel Martínez-, que se muestra hasta el 5 de abril en la Biblioteca Central de Córdoba. Entre los ejemplares, la historia y la evolución de cómo eran los tebeos que tenían como público objetivo a las niñas y chicas jóvenes, con los modelos de mujer que eran vigentes en cada época.

En la exposición -que muestra una colección “que es la tercera de mayor número de ejemplares en España”, cuenta su propietario a Cordópolis-, se pueden ver títulos de cómics desde el BB de 1920, el más antiguo en la muestra, hasta los títulos que se abrían paso en la Transición española. En medio, nombres propios de la historia y la literatura española. Es el caso del cómic Floreal de 1928, “en el que colaboraba Federica Montseny”, la política, sindicalista y escritora que fue ministra durante la Segunda República en España.

O Celia, el cómic que replicaba el nombre de la famosa protagonista del título con el que triunfó Elena Fortún, escritora de obras de literatura infantil y juvenil. “Celia fue el primer nombre femenino de tebeo” en España, apunta Martínez. Y títulos como Alegría, obra que tenía como autora a la maestra Magdalena Rosell.

Hitos: tebeos en la Guerra Civil o el más longevo

La muestra también da cuenta de hitos en la historia del cómic femenino como el tebeo catalán Estel, que se publicó en 1937 en plena Guerra Civil e iba “dirigido especialmente para los niños que huían de la guerra desde Madrid y llegaron a Barcelona”. O hitos como el del primer tebeo publicado después de la Guerra Civil - “fue Mi chica en abril de 1941 obra de Consuelo Gil”. O de la colección de tebeos femeninos “más larga que hubo”, la de Azucena, con unos 1.200 ejemplares que se publicaron a lo largo de dos décadas.

Los años de la dictadura ponen de manifiesto la censura que también sufrieron los cómics. “A partir de 1938, empezó la censura, controlando los tebeos”, recuerda este coleccionista. En la exposición, un ejemplar da cuenta de esta censura, con “un hada en la orilla de un arroyo. Del río sale una niña, que va vestida”, apunta sobre la censura para que este personaje no fuera siquiera en bañador. Además, “en los años 40, el régimen de Franco prohibió los cómics de Betty Boop”, además de otros títulos para el público general, como los tebeos de Superman y Batman a partir de 1964.

Creadoras de dibujos y guiones

La exposición recupera los nombres propios de las mujeres como autoras de los dibujos y como guionistas. Como dibujantes estaban Purita Campos, Carmen Barbará, Rosa Garcerán, Pilar Mir, Pilar Blasco o Juanita Bañolas, entre otras. Y como guionistas de los tebeos Lupe Ramos, Paqui Bene, Josefina Dalmau, Beatriz de Olay, Alicia Romero o Amparito Mieva.

Y también recupera los nombres de mujer y de flores con los que se titulaban la mayoría de estos tebeos: de Mercedes a Mari Carmen, Rosarito, Mari Tere, Merche, Pilarín , Mariló, Piluchi, Susana, Laura, etcétera, en el caso de nombres de ellas, o Azucena, Lirio, Margarita, Gardenia, Magnolia, Rosa, Camelia o Tulipán.

Toda esta muestra es parte de la colección que José Manuel Martínez ha ido sumando a lo largo de los últimos 30 años, “buscando en mercadillos, comprando a coleccionistas particulares y viajando a Madrid, Sevilla o Jaén”, cuenta. Y, ahora, hasta primeros de abril, una buena parte de esta colección singular se expone en la Biblioteca Central de Córdoba, con paneles explicativos que facilitan el recorrido por la historia y la evolución de los tebeos femeninos españoles, unos cómics que forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones.

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