El disco de rap para puretas que pone el foco en lo cotidiano, la honestidad y la sencillez

Ellos lo llaman AOR (Adult Oriented Rap), un ingenioso juego de palabras a partir de uno de los géneros rockeros más denostados (el AOR de los Eagles, Survivor o Fleetwood Mac). Pero para el común de los mortales, los que hacen We Ruanda en su primer disco se puede traducir como rap para puretas. Aunque hay mucho más en Bantú, el LP del supergrupo formado por el beatmaker cordobés Ciclo y los raperos Guerrita (también cordobés), Elphomega y Escandaloso Xpósito.
Hablamos de uno de los trabajos más potentes del año -y no solo en su género-, y que ya se puede adquirir en vinilo en la web de Ruanda Records, el influyente sello de hip-hop independiente dirigido por el productor cordobés Ciclo, responsable también de buena parte del sonido que hay en un disco que ve la luz en una edición limitada de 250 copias que van a volar, y que se ha publicado en las plataformas digitales este 28 de febrero -una fecha que no está escogida al azar-.
We Ruanda es un paso natural para Ruanda Records, el sello de Ciclo, instalado en Málaga, pero que apunta cada vez más alto. Y también para sus autores, cuatro de los nombres más importantes de la escena independiente hip hop de España. Rap para raperos también puede ser una buena -y simple- forma de catalogar este trabajo, formado por 12 cortes que condensan todo un universo propio en 40 minutos.
Además, Bantú y el propio grupo nacieron a partir de la conexión humana y artística entre los cuatro. Tras haber lanzado sus propios trabajos bajo el sello Ruanda Records y realizar una pequeña gira juntos en 2024, los artistas decidieron unir sus fuerzas para crear este proyecto. Las jams se hicieron con más asiduidad y comenzó a surgir material nuevo.

Al supergrupo se han unido, no obstante, otros productores como Manu Beats, Lost Twin y Zak Nelson, quienes aportan su toque personal al sonido lofi del disco, y que acaban de redondear un álbum cuyo título hace referencia a la palabra africana que significa “gente” o “pueblo”.
Bantú refleja perfectamente el espíritu de este trabajo: un homenaje al sonido de Ruanda, que fusiona ritmos contemporáneos, melodías orgánicas y colores que van del soul al jazz, con claras influencias de la golden era del hip-hop. En este sentido, Bantú se aleja de los fuegos artificiales y del rap superficial para centrarse en lo que realmente importa: lo humano, lo cotidiano y la honestidad del mensaje.
Cada corte del disco destila madurez y la dilatada experiencia de estos cuatro artistas, quienes destacan por su naturalidad en el discurso, alejada de la pose que, más que probablemente, ellos mismos se impusieron cuando comenzaban en el mundo del rap. Asimismo, es un disco que pone de manifiesto la importancia de la comunidad sobre el individualismo y la simplicidad como un valor primordial en tiempos de excesos y ruido.
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