Piden cuatro años y medio de cárcel para un policía de Córdoba por denuncia falsa y detención violenta
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba celebrará este miércoles un juicio contra un policía local de la capital por un delito contra la integridad moral de un cochero y formular contra él una denuncia falsa. La Fiscalía pide para él cuatro años y medio de cárcel, aunque la acusación particular -representada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA)- solicita una pena superior para este policía y para un segundo sobre el que el Ministerio Público no aprecia responsabilidad penal en los hechos.
Según la información facilitada por la organización, los hechos que han motivado esta acusación tuvieron lugar el 30 de marzo de 2023 en la calle Periodista Eduardo Varo de la capital cordobesa. Dos agentes se trasladaron al lugar para demandar al conductor de un coche de caballos que recogiera los excrementos de sus animales. En ese momento, el cochero fue grabado por uno de los agentes, lo que motivó la queja de un vecino de la zona, quien consideraba que la grabación realizada por el policía local no tenía ningún sentido. El agente, “visiblemente nervioso”, reclamó a este ciudadano su documentación.
Esta persona, asustada y ante la posibilidad de que pudiera ser multado, salió corriendo del lugar. No obstante, este vecino de Córdoba recapacitó rápidamente y no solo detuvo su marcha, sino que regresó para entregarse, de manera siempre pacífica, a los agentes de la autoridad. A pesar de ello, aseguran desde la asociación, uno de los agentes que ahora será juzgado le realizó una llave, lo cogió por la espalda y lo estampó contra la persiana de la puerta de una farmacia, restregándole la cara en la misma, para posteriormente colocarle los grilletes. La violencia no cesó, ya que, a pesar de estar engrilletado y manteniendo una actitud pacífica, el mismo agente le volvió a practicar una llave, lo derribó y estampó su cara contra el suelo, inmovilizándolo durante varios minutos mientras colocaba su rodilla contra la zona lumbar de la persona.
Desde la asociación explican que las imágenes de la cámara de la farmacia resultaron fundamentales, ya que “permitieron no solo desmontar las falsas acusaciones que se realizaron contra el detenido, sino que sirvieron de base para la resolución del Juzgado de Instrucción número 2 de Córdoba”. Dicho juzgado archivó la causa seguida contra el vecino y acordó abrir diligencias contra los dos policías locales por un posible delito de detención ilegal y por faltar a la verdad en su denuncia. “La víctima, de no haber existido estas grabaciones, habría sido probablemente condenada a una pena de prisión de hasta cuatro años”, lamenta la organización.
El informe pericial presentado por la acusación particular, y elaborado por la Red de apoyo terapéutico, jurídico y psicosocial del Grupo de Acción Comunitaria (SIRA), señala que la persona agredida sufrió, además de secuelas físicas, una reacción de estrés agudo que actualmente ha derivado en un trastorno adaptativo mixto con predominio de síntomas ansiosos. La víctima asegura que se sintió “como un animal, como si no fuera una persona, por los golpes y por estar así tirado en el suelo, como si hubiera hecho lo peor del mundo, con la gente pasando y mirando por ahí”.
Mientras que la Fiscalía solicita las penas mencionadas para un solo agente y exime de responsabilidad al otro, APDHA aprecia la comisión de hasta cinco delitos por parte del agente que realizó la detención y otros dos delitos (falsedad documental y denuncia falsa) cometidos presuntamente por el otro policía. APDHA solicita penas de prisión e inhabilitación especial para ambos acusados.
Además, APDHA ha lamentado que “durante todo este tiempo la Administración responsable, en este caso el Ayuntamiento de Córdoba, no ha suspendido de empleo y sueldo a los agentes implicados, que han continuado patrullando la ciudad como si no hubiera sucedido nada”.
Además, la Asociación subraya la importancia de la evidencia visual, explicando que este tipo de actuaciones policiales, totalmente arbitrarias y desmedidas, son “mucho más comunes de lo que creemos, aunque no siempre es posible contar con imágenes y grabaciones que permitan desmontar la versión policial”.
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