Los militares procesados en el caso Cerro Muriano declararán ante el juez el día 21
El capitán, el sargento y el cabo procesados en el caso de la muerte de dos militares en la base de Cerro Muriano declararán el próximo día 21 ante el Juzgado Togado Militar número 21 de Sevilla, según han confirmado a este periódico fuentes judiciales. Los tres militares comparecerán ante el juzgado para declarar ante su acusación, que es por un posible delito “contra la eficacia del servicio” con resultado de muerte, equiparable al homicidio por imprudencia el en código penal civil.
En concreto, los tres militares tendrán que responder por las circunstancias en las que se produjeron la muerte del soldado Carlos León Rico, de 24 años y natural de El Viso del Alcor (Sevilla), y la del cabo cordobés Miguel Ángel Jiménez Andújar, en unas maniobras en la base de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano, a finales del año pasado. Estos dos militares murieron cuando cruzaban un lago helado en unas maniobras.
El juzgado militar ha desbloqueado su propia instrucción una vez que se ha resuelto su competencia. Las familias de los fallecidos reclamaban que la causa fuese instruida por un juzgado civil, como ocurrió al principio en Córdoba. Finalmente, la Audiencia Provincial de Córdoba desestimó sus peticiones y mantuvo que el caso lo instruyese el juzgado Togado Militar, al considerarlo competente en estas situaciones.
Por otra parte, este juzgado militar rechazó el ingreso en prisión preventiva del capitán, el sargento y el cabo que estaban al mando de las maniobras el pasado 21 de diciembre, cuando sucedieron los hechos. Pero sí que ahora los llama a declarar para escuchar su testimonio por vez primera.
Además, y según avanza COPE Córdoba, el juzgado ha solicitado más pruebas periciales. De esta forma, en los próximos días se trasladará un equipo hasta el campo de maniobras de Cerro Muriano para comprobar la flotabilidad de las mochilas que fueron usadas durante el ejercicio militar. Los abogados de la acusación han asegurado que no cumplían con los mínimos de flotabilidad y han señalado que en algunos casos, incluso, llevaban más peso del permitido e incluso como un probable castigo.
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