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El exsubdelegado del Gobierno en Córdoba declara que no sabía que la SIR de la Guardia Civil actuó en el camino Torilejos

Juicio por el camino de Torilejos en Posadas

Alejandra Luque

26 de noviembre de 2025 15:07 h

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El exsubdelegado del Gobierno en Córdoba en 2007, Jesús María Ruiz García, ha declarado este miércoles ante el Juzgado de lo Penal número 4 que, aunque existía información sobre posibles incidentes durante la concentración en el camino Torilejos, no fue informado de que la Guardia Civil movilizó a la Sección de Intervención Rápida (SIR) a las puertas de la valla.

Según Ruiz, la Subdelegación había previsto un dispositivo limitado, compuesto únicamente por patrullas rurales y acordado en una reunión previa que había mantenido en Córdoba con el teniente coronel de la Guardia Civil. Este tipo de reuniones eran semanales y se usaban para analizar los conflictos que ocurrían en la provincia y planificar los dispositivos policiales. Pese a que los vecinos de Posadas llevaban semanas concentrándose en el camino Torilejos, días antes de los hechos, en una de esas reuniones se habló sobre el operativo que aquel viernes se iba a llevar a cabo.

A preguntas de uno de los letrados, Ruiz ha insistido en que “la Guardia Civil tenía información, no sé si de los medios de comunicación, que en aquella concentración se podría generar algún incidente”, pero no ha podido precisar cuáles eran las fuentes de la Benemérita. Pese a esta supuesta información, el operativo que se acordó -según lo que ha declarado Ruiz- afectaba a tres patrullas rurales exclusivamente.

Sin embargo, en las cuatro sesiones de este juicio han declarado agentes de la Guardia Civil pertenecientes a la SIR y que estuvieron en el lugar de los hechos. La jueza ha cifrado en hasta 15 efectivos, más o menos, los que formaban parte de esta sección y que fueron a la finca. Ante esta realidad, de la que también consta un oficio, el exsubdelegado ha asegurado que lo desconocía plenamente. “El teniente coronel no me informó de que se mandara a la SIR. Sobre la marcha, los operativos pueden cambiar, pero normalmente se comunica ese cambio. En este caso, no fue así”, ha añadido. Según su testimonio, la SIR fue desplegada “por la noche en el campo de tiro”, donde se produjeron varias detenciones relacionadas con los hechos.

Juicio por el camino de Torilejos en Posadas

A preguntas de la jueza sobre por qué no se acordó un refuerzo del dispositivo si, supuestamente, tanto la Guardia Civil como la Subdelegación tenían información de posibles incidentes, Ruiz ha declarado que “confiamos” en que no se producirían altercados, “pero se acabaron sucediendo”. Además, ha señalado que el alcalde de Posadas, por aquel entonces, le pidió que no se hiciera alarde de fuerza.

Durante su declaración, asimismo, Ruiz ha afeado que se “esté pidiendo a la Subdelegación y al teniente coronel un detalle de las actuaciones” que pudiera ser, a su juicio, excesivo. Sin embargo, la jueza ha aclarado que el objetivo del juicio es conocer de manera precisa las circunstancias de los hechos y qué motivó las actuaciones, y que no se está realizando ninguna atribución de culpabilidad.

Nueva sesión farragosa de juicio

Además de la declaración del exsubdelegado del Gobierno, la sesión ha acogido las testificales de tres guardias civiles, un testigo de la asociación A Desalambrar y la persona encargada de gestionar la finca en cuestión. Con relación a este último, ha asegurado que en el momento de los hechos desconocía que el camino era público y que la finca estaba cerrada, mediante una resolución de Medio Ambiente, con un cercado cinegético autorizado por dicho organismo. No obstante una letrada ha señalado que este tipo de cercado es muy distinto a la valla que estaba colocada en el terreno.

Los agentes de la Guardia Civil han ofrecido relatos más directos de los hechos, aunque con importantes diferencias entre ellos. Uno de ellos ha declarado que era su primera intervención en la concentración y que su misión consistía en “”impedir que los vecinos accedieran a la finca. Ha relatado que, al llegar, los manifestantes preguntaban por la apertura de la cancela, y que durante el enfrentamiento, él fue empujado y resultó herido en la pierna. En este caso, el agente no ha podido identificar a las personas que agredieron a los agentes.

Juicio por el camino de Torilejos en Posadas

Otro guardia civil, quien ha afirmado que sí ha participado en el operativo organizado para las anteriores concentraciones que se hacían en la finca, ha descrito que el ambiente “estaba más caldeado que en otras ocasiones”. Ha explicado que “los manifestantes recogían piedras del suelo” y que hubo “forcejeos con palos y paraguas, insultos desde el primer momento y la ruptura del cordón policial”. Este testigo sí ha identificado a uno de los acusados como “instigador del grupo”. No obstante, uno de los letrados le ha recordado que en los reconocimientos fotográficos en los que este testigo ha participado, no identificó a ese acusado, sí haciéndolo ahora en el juicio.

El testimonio de este guardia civil ha ido a más y no ha dudado en señalar en que lo que ocurrió fue “premeditado”. Asimismo, ha defendido que el operativo era “igual” que en otras ocasiones, un extremo que ha chocado con las testificales de otros agentes e, incluso, con el del teniente que estaba al mando, quien ya declaró que el operativo se triplicó.

Un tercer guardia civil, por otro lado, no ha recordado quién abrió la valla ni detalles precisos sobre el número de manifestantes o el lanzamiento de piedras, aunque confirmó que la noche dificultaba la visibilidad. Esta cuestión también ha generado versiones diferentes entre los agentes, ya que mientras que unos han asegurado que apenas se veía, otros han apuntado que se encendieron las luces de los coches de la Guardia Civil.

En contraste con estas versiones, un testigo de la concentración ha ofrecido un relato muy diferente sobre el ambiente durante la concentración. Ha recordado que ese día acudió junto a otros miembros de la plataforma a A Desalambrar y que el ambiente era “festivo, con guitarras, sacos de dormir e, incluso, con una gorra para recaudar dinero y comprar bocadillos” para los participantes. Este testigo ha negado haber visto piedras en mochilas y ha descrito la actitud de los asistentes como “muy distinta” a la de los agentes, más orientada a la presión simbólica que a la violencia.

Por último, durante la sesión, la jueza ha instado a los testigos a hacer un esfuerzo de memoria, recordando que, aunque han pasado 18 años, la Justicia requiere reconstruir los hechos con la mayor exactitud posible. La sesión se ha extendido durante más de cinco horas y ha finalizado con las testificales de algunos de los acusados.

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