La Guardia Civil no aclara por qué triplicó el operativo el día de la concentración en Los Torilejos cuando nunca había pasado nada

El teniente de la Guardia Civil al frente del operativo montado el 14 de septiembre de 2007 en el camino de Los Torilejos, en Posadas, ha ratificado este miércoles su actuación ante la magistrada del Penal número 4, que juzga la causa contra un grupo de ecologistas. Durante su declaración, ha manifestado como, según él, ocurrieron los hechos y, aunque al principio ha apuntado que el operativo “fue similar” al de otros viernes, después ha reconocido que hasta se triplicó el número de agentes desplegados por orden del entonces teniente coronel de la Guardia Civil de Córdoba.

Su testimonio se ha extendido durante más de una hora y media. En él, ha asegurado que este teniente coronel, durante la mañana de aquel viernes, le había ordenado “disponer de un operativo para evitar incidentes”. Tanto la jueza como varios letrados le han preguntado el motivo de este incremento de efectivos cuando en las concentraciones anteriores nunca había ocurrido nada. El teniente se ha limitado a afirmar que aquella fue una orden de su superior y que no la cuestionó, y ha señalado que, por aquel entonces, él desconocía “que el camino era público”. “Las órdenes eran que no se podía pasar a la finca”, ha puntualizado.

Anteriormente al día de los hechos, a las concentraciones que se hacían los viernes en este mismo punto solo acudían entre seis y siete agentes. Sin embargo, ese día se convocó un mayor número de efectivos: 17 agentes, de los cuales seis fueron enviados a custodiar la otra cancela de entrada de forma preventiva. Pormenorizadamente, el operativo incluyó 12 efectivos de la Sección de Intervención Rápida (SIR), más una patrulla del Seprona de Hornachuelos, además del teniente, su conductor, la mujer de este y dos agentes de información. Según su testimonio, otra orden dada por el teniente coronel de Córdoba era que “no se hiciera alarde de fuerza para no exaltar los ánimos” de las personas que allí se fueran a congregar.

Así ocurrieron los hechos, según el teniente

Los agentes llegaron a pie de la cancela alrededor de las 18:30. A partir de las 19:00, la gente comenzó a concentrarse. El teniente ha declarado que en el lugar había “unas 60 o 70 personas”. Los seis agentes de la SIR cubrieron la parte exterior de la cancela y el resto permaneció dentro de la finca con los vehículos.

El punto de inflexión, según ha manifestado, se produjo con la llegada de tres de los acusados, quienes “se pusieron al frente de los concentrados” e iniciaron la protesta reivindicando la situación de la cancela. El teniente salió de la cancela y se dispuso a hablar con dos de ellos, quienes, a su vez, le trasladaron que era “ilegal o irregular que la Guardia Civil defendiera una propiedad privada” cuando por ahí discurría un camino público.

Seguidamente, otro de los acusados habría tomado la palabra, “exaltando los ánimos”. El teniente ha testificado que esta persona, incluso, dijo que, “si era necesario, se asaltaría a la valla”. Tras ello, este hombre, supuestamente, “gritó ¡al asalto!” y comenzó una agresión “con palos y algún paraguas”.

Ante la imposibilidad de acceder por la cancela, este hombre y otras personas, con unos alicates, “cortaron la alambrada de la finca colindante y se escondieron entre la maleza”. Tras esto, comenzó “una lluvia de piedras que duró unos diez minutos”. El teniente ha declarado que también se tiraron ladrillos y ha planteado la posibilidad de que los manifestantes trajeran esas piedras en las mochilas porque “no se encuentran en la zona”. En un momento dado, ordenó a los que estaban a su alrededor que se metieran en los coches, lanzando dos botes de humo hacia el lugar de donde provenían las piedras. Este hombre, que ahora es comandante, ha estimado que en esta trifulca participaron unas 20 personas.

Sobre si puede identificar a los agresores, ha asegurado que “no porque estaba oscuro”, aunque sí ha reconocido quién cortó la alambrada. El operativo se quedó en la finca hasta pasadas las 22:30 horas, y algunos guardias gravemente heridos fueron trasladados al Hospital San Juan de Dios.

En respuesta a las preguntas de algunos letrados, ha dicho que de aquel día no hay vídeos de la intervención como sí los hay del resto de las concentraciones que se hacían los viernes. Preguntado por el motivo de la ausencia de estas pruebas documentales, ha asegurado que de él no dependía, “sino del servicio de información”. Por último, ha apuntado que los agentes no llevaban armas oficiales, sino solo un fusil con una bocacha en cinco vehículos, y no se tiraron pelotas de goma.