Tras el 'sprint', el cementerio
Un recorrido en bicicleta invita a conocer la historia y las anécdotas de los camposantos cordobeses
Hay carreras más largas y otras más cortas. Algunas más rápidas y otras más lentas. De las que acaban en montaña, con una esforzada cuesta arriba; y de las más llanas, con un acelerado sprint final. Pero en la carrera particular de cada uno, siempre nos espera una última etapa. Aquella de la que ya no se vuelve a partir. Y su podio se encuentra, tradicionalmente, en los cementerios. Por eso no está de más conocer a los vecinos de estas particulares y silenciosas ciudades de los que ya corrieron lo suyo y ahora reposan. Para ello, se ha organizado esta mañana del puente de Todos los Santos un tour en bicicleta por algunos de los camposantos con más historia de la ciudad.
“El programa municipal Córdoba en Bici tiene varias rutas temáticas para fomentar el uso de la bicicleta para ver Córdoba desde perspectivas distintas y hemos aprovechado estos días para destacar el valor histórico y artístico que tenemos en los cementerios”, cuenta Gloria Pareja, guía en este recorrido.
Los participantes tenían programado recorrer la necrópolis califal, el cementerio de la Salud, el de San Rafael, abordar la posible existencia de un camposanto hebreo y terminar en el mausoleo Romano, frente a la Puerta de Gallegos. “La idea es aligerar un poco la solemnidad que va aparejada a estos dos días de tradicional visita a los camposantos, que por supuesto respetamos, y reivindicar eso que hacen muchos turistas y viajeros que es parar en los cementerios para conocer mejor la historia y los personajes importantes de una ciudad”, prosigue la guía.
Por ejemplo, en el cementerio de la Salud, que forma parte de una red de camposantos europea, con itinerario cultural incluido, se puede comprobar cómo las clases sociales permanecen inalterables aún después de morir. “Tenemos desde nichos humildes a complejos panteones familiares; la categoría social se manifiesta de la misma manera”, explica Pareja. Este cementerio, como el resto, guarda rincones curiosos, como espacios reservados para personas de culto musulmán; o la proliferación de toreros muertos, empezando por Manolete.
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