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El Solitario, condenado a dos años y 9 meses por el atraco en Pozoblanco

Jaime Giménez Arbe, El Solitario, se dirige a los periodistas poco antes de sentarse en el banquillo del Juzgado de lo Penal 4 de Córdoba. FOTO: MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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La juez considera probado que fue el autor del robo, pero le absuelve de los delitos de tenencia ilícita de armas y falsificación de documento público; la Fiscalía pedía cinco años

Jaime Giménez Arbe, El Solitario, ha sido condenado a dos años y nueve meses de prisión por el atraco a una sucursal de Cajasur por la titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba, Inmmaculada Nevado, y acumula una nueva condena a los más de 40 años que pesan sobre sus espaldas por ser considerado como autor de la muerte de dos guardias civiles en Castejón (Navarra) y de más de 30 atracos en España y Portugal.

El Solitario ha sido absuelto, sin embargo, de dos delitos que solicitaba el Ministerio fiscal en su petición de cinco años de condena: tenencia ilícita de armas y falsificación de documento público. Durante la vista no quedó lo suficientemente acreditado que el atracador más famoso de España hubiera doblado una matrícula para el atraco que fue reconocida por un testigo, ya que esa numeración no apareció en los distintos registros que se llevaron a cabo en una nave de Pinto (Madrid), propiedad de El Solitario. Tampoco quedó acreditado que poseyera armas de fuego usadas en este atraco.

En la vista, Giménez Arbe afirmó sin sonrojarse: “Si yo fuera juez me absolvería directamente”. El Solitario llegó a la Audiencia de Córdoba entre una fuerte expectación mediática. La sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 4, muy pequeña y acostumbrada a juicios a los que no asisten más de cinco personas, se llenó. A su entrada a la sala, Giménez Arbe se dirigió a los periodistas a los que les rogó: “Tratadme bien, ¿eh?”. También le guiñó el ojo a una periodista y, en su alegato final, antes de que el juicio quedase visto para sentencia, volvió a sostener que “no soy un ladrón. Soy un expropiador de bancos”.

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