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SEQUÍA
Los suelos resecos de Córdoba: la lluvia intensa erosiona casi 8 toneladas de suelo por hectárea

Sequía en el río Guadalquivir

Juan Velasco

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La prolongada sequía que sufre Córdoba, sumada a los incendios forestales (que este año han quemado por el momento menos superficie que el año anterior), convierten a la provincia en una superficie propicia para que las tormentas provoquen la erosión del terreno y, con ella, el proceso de desertificación.

Los terrenos áridos absorben mucho peor el agua y filtran mucho menos. Es un fenómeno conocido como hidrofobicidad o repelencia del agua, que se da en toda España, y del que la provincia tampoco se escapa, siendo como es una de las que menos precipitaciones ha registrado en lo que llevamos de año, tras un 2021 que también fue de los peores desde que hay registros.

Así, según un estudio de elDiario.es, la provincia de Córdoba es una de las que más erosión de terreno sufre a consecuencia de las lluvias de gran intensidad y las tormentas. Concretamente, 7,9 toneladas de suelo por hectárea al año puede llegar a perder la provincia.

No es la peor de Andalucía, la comunidad autónoma que concentra el mayor número de provincias particularmente expuestas a la hidrofobicidad. La más expuesta es Jaén, donde se pierden 15,1 toneladas al año, seguida de Granada (12), Málaga (11) y Cádiz (8,1). Por detrás de Córdoba están Almería (6,4), Sevilla (4,2) y Huelva (3,1).

La erosión, la degradación del terreno por el paso de fuegos forestales, la sequía, la agricultura intensiva son agentes de la degradación del suelo, la desertificación, que avanza por España impulsada, además, por el cambio climático, y de la que no se escapa Córdoba.

La desertificación

La provincia de Córdoba presenta varias zonas con riesgo alto o muy alto de desertificación, según la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) y el Gobierno de España. Concretamente, el riesgo es muy alto en una zona del término municipal de Obejo y alto para prácticamente toda la campiña sur cordobesa.

La totalidad de la provincia presenta superficies áridas y semiáridas, de manera que toda Córdoba, de norte a sur y de este a oeste está en la actualidad en condiciones de sufrir un proceso de desertificación.

Más probabilidad hay en el caso de Obejo, que presenta un riesgo alto. La zona marcada en rojo en el mapa coincide con el área que fue arrasada por un gran incendio de hace más de una década, que afectó a entre el 18 y el 20% del término municipal de la localidad.

En el caso de la Campiña, se trata de la comarca de la provincia de Córdoba más afectada por la erosión, según muestran la mayor parte de los estudios sobre este asunto publicados en los últimos años. Estos estudios alertan del riesgo erosivo que corre esta zona como consecuencia de la práctica de la agricultura en la que la superficie del suelo queda desnuda varios meses en la estación más lluviosa.

En el mapa del Gobierno, la desertificación afecta prácticamente a toda la campiña: a la baja, ocupada predominantemente por cultivos cerealistas, y la Campiña Alta, de terreno algo más accidentado con predominio del olivar y el viñedo.

La mesa de la sequía, el próximo 5 de septiembre

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha convocado al grupo de trabajo de la mesa de la sequía, creado en la reunión del pasado 4 de marzo, para el próximo lunes 5 de septiembre para evaluar la incidencia de la sequía en el sector agrario.

A este grupo de trabajo técnico, configurado como una red de intercambio de información y propuestas, y que ha estado activo estas últimas semanas, asistirán representantes de los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de Transición Ecológica y Reto Demográfico, así como de las comunidades autónomas, además de las organizaciones profesionales agrarias, cooperativas agroalimentarias y comunidades de regantes.

El objetivo de esta reunión es continuar con el seguimiento, iniciado tras la reunión de la mesa de la sequía en marzo, y analizar la evolución climática, su incidencia en cultivos y ganado, así como el estado de las reservas de agua en los embalses.

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