Peñaflor, un pueblo con pasado cordobés y sevillano
Existen los territorios en tierra de nadie y los territorios en dos tierras. Peñaflor es de los segundos. La historia de este pueblo, de poco más de 3.600 habitantes, ha estado marcada por conquistas y cesiones de territorio que han determinado su pertenencia a Córdoba y Sevilla, puesto que se encuentra a medio camino entre ambas ciudades, siguiendo la margen derecha del río Guadalquivir.
Actualmente, Peñaflor forma parte de la provincia de Sevilla, aunque pertenece al distrito sanitario Guadalquivir de Córdoba, debido a su cercanía a la provincia cordobesa. Sin embargo, esto no ha sido siempre así, Peñaflor fue antes cordobés que sevillano y así ha quedado registrado en diversos documentos históricos.
Este curioso reparto administrativo se repite en algunos municipios de Huelva como Chucena, Hinojos, Santa Olalla del Cala, Arroyomolinos de León, Cala y Zufre. Todos ellos pertenecen al distrito sanitario del Aljarafe-Sevilla Norte.
Según han explicado fuentes de la Consejería de Salud y Consumo a este periódico, esto se da por “motivos logísticos, al ser mejor la comunicación por carretera o estar más cerca a los centros de referencia de la otra provincia”. Así ocurre en el caso de Peñaflor, cuyos vecinos, conocidos en la zona como los “cucos” son derivados al Hospital Reina Sofía de Córdoba para sus pruebas médicas.
Orígenes cordobeses
En cuanto al pasado cordobés de este municipio, Peñaflor estuvo bajo la jurisdicción de Córdoba hasta 1833, a partir de la división territorial de España realizada por el ministro de Fomento General del Reino con la reina María Cristina de Nápoles, Javier Burgos. Así lo recoge el historiador de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Lacomba, en su artículo La articulación territorial del estado de España de 2007. “El límite Este principia aquí, y es el mismo que tiene actualmente con la provincia de Córdoba hasta cerca de Peñaflor, que queda con su término para Sevilla”.
El pasado de Peñaflor se remonta a los turdetanos, un pueblo prerromano que controló el valle del Guadalquivir, desde el Algarve portugués hasta Sierra Morena. Durante el Imperio Romano, recibió el nombre de Celti y de aquella época se han hallado restos arqueológicos que lo certifican.
El historiador José Francisco López Muñoz, quien ha dedicado gran parte de sus estudios a la extensa historia de Peñaflor, explica que los visigodos mantuvieron la división administrativa romana de la antigua Celti, dependiente del obispado de Astigi, actual Écija. De esta forma, durante los primeros siglos del dominio islámico se conoce esta zona como “al-Sadaf o al-Çadif, la posible transcripción fonética al árabe de la palabra latina Celti”, según lo recoge el historiador en su página web.
Durante el califato de Córdoba se produjo un importante desarrollo urbano en esta población, que pasó a denominarse Binnash y cobró relevancia como área estratégica militar y económica. Más tarde, durante los Reinos de Taifas nació en este pueblo el médico y filósofo Ibn Zuhr, más conocido por Avenzoar, su nombre latinizado.
Inestabilidad y cambios de jurisdicción
En 1249, tras la conquista cristiana, la población se “señorializa”, así denomina López a un periodo en el que se pierde su jurisdicción. La ciudad de Córdoba no lo recuperará hasta principios del siglo XIV. Según detalla el historiador, “en 1319 Peñaflor aparece como villa de realengo dependiente de la ciudad de Córdoba”.
Estos siglos son bastante inestables política y económicamente, por lo que durante algunos años no queda claro a qué concejo o señorío pertenece el municipio debido a los continuos cambios. Según se recoge en un estudio de la historiadora, Magdalena Valor Piechotta, en 1444 Peñaflor forma parte del señorío de Luis de Portocarrero y en el siglo XVII se vendió a la marquesa de Almenara, Leonor de Guzmán.
Estos cambios tan continuos llevaron a que incluso perteneciera en 1786 a la Chancillería de Granada, administración que impartía justicia desde el siglo XVI. Ya en el siglo XIX, con la Guerra de Independencia, “la Junta de Peñaflor pasa a depender de Lora y con ello de Sevilla”, haciéndose efectiva esta unión en 1834, según explica Valor en su estudio.
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