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El margen que aún queda en Córdoba para evitar las restricciones de agua potable

Estado actual del embalse de Sierra Boyera.

Alfonso Alba

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Córdoba es la provincia andaluza con más capacidad de embalsar agua. Y aunque ahora mismo es la zona con el porcentaje de agua en sus embalses más bajo de toda la cuenca del Guadalquivir (algo más del 17%), la provincia tiene más recursos hídricos que el resto de Andalucía. Y aunque poco, aún hay margen para evitar lo que ocurrió en el verano de 1995, cuando las restricciones de agua afectaron a 12 millones de españoles en una sequía histórica.

Ahora mismo, Córdoba retiene 611 hectómetros cúbicos de agua. Es una cantidad que debería ser suficiente para garantizar el abastecimiento de agua potable a todos los ciudadanos. Pero eso es algo que depende, también, de la distribución de los embalses y de la red de tuberías que distribuye a las viviendas. Por ejemplo, Córdoba tiene el doble de agua que toda la provincia de Sevilla y casi el triple que la de Granada. También tiene un 35% más de recursos que Jaén. Y lo tiene gracias a su enorme capacidad de almacenamiento (3.411 hectómetros cúbicos con todos los embalses llenos), que se traduce en dos presas gigantescas: Iznájar y La Breña II.

Segundo ejemplo, solo Iznájar retiene ahora mismo tres veces más agua que toda la capacidad de los embalses del Guadalquivir en Huelva. Y es que está por debajo del 20% de su capacidad. De hecho, Iznájar está soltando ahora mismo agua para garantizar los regadíos y evitar que se pierdan miles de hectáreas de cosechas en el Genil-Cabra y en la Vega del Guadalquivir desde Palma hasta Lora del Río.

En Córdoba capital, el suministro de agua está garantizado gracias a un robusto sistema de doble embalse que conforman el Guadalmellato y San Rafael de Navallana. Tan garantizado está que el Guadalmellato también está aportando sus buenos hectómetros al canal que lleva agua a la Vega del Guadalquivir, entre Córdoba capital y Almodóvar del Río.

Pero los problemas están en el Alto Guadalquivir y en la zona norte de la provincia. Sierra Boyera, en el norte, y Martín Gonzalo, en la zona de Montoro, empiezan a tener poco margen de maniobra. Este martes, Sierra Boyera retiene ya menos de cinco hectómetros cúbicos de agua. Martín Gonzalo, algo más de tres. Sierra Boyera está ya al 12% de su capacidad, mientras que Martín Gonzalo al 17%.

Ambos embalses se están quedando sin margen y están acercándose peligrosamente a la situación más grave que atravesaron en 1995. En aquel histórico verano de sequía, Sierra Boyera se secó por completo. Los registros históricos señalan que el embalse se quedó al 0%. En octubre de 1995, el Martín Gonzalo se quedó con 1,5 hectómetros cúbicos de agua. Técnicamente, vacío, ya que esa es un agua que apenas se puede depurar y potabilizar.

En Sierra Boyera se asume que queda agua para menos de siete semanas. En la zona norte se trabaja con la posibilidad de que si no llueve, a finales de octubre no salga agua potable por el grifo. En Martín Gonzalo, en cambio, se es más optimista, ya que abastece a una comarca más pequeña y menos ganadera. El problema del norte está en el abastecimiento que necesita un ganado que no tiene el Alto Guadalquivir.

En lo peor de la sequía de 1995, Iznájar alcanzó su mínimo histórico. Entonces, el embalse retuvo menos de 100 hectómetros cúbicos de agua. Ahora mismo almacena más de 174 hectómetros cúbicos. El 1 de septiembre está previsto que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir cierre sus compuertas al regadío, por lo que el embalse tiene aún margen para no llegar a su mínimo histórico.

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