Famsi: la unión de los gobiernos locales que nació en Córdoba para cooperar en países de todo el mundo
En los años 90 del pasado siglo, Córdoba fue la impulsora de llevar a la práctica la cooperación y solidaridad de los gobiernos locales -ayuntamientos y Diputación- con proyectos de desarrollo en distintos países del mundo. La Diputación Provincial de Córdoba y el Ayuntamiento de la capital -entre otros- fueron pioneros en destinar el 0,7% de su presupuesto a políticas de cooperación internacional. Y ese movimiento institucional cuajó en el año 2000 en la creación del Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (Famsi), que tuvo su cuna en Córdoba y, desde allí, creció como herramienta para cooperar en países de todo el mundo.
De los poco más de diez ayuntamientos y la Diputación de Córdoba que conformaron el Famsi en sus inicios hasta las 225 corporaciones locales y provinciales de toda Andalucía que se incluyen en la actualidad ha habido un largo camino que cumple ahora 22 años y en el que se han asentado las políticas de cooperación y solidaridad de los gobiernos locales, subiendo peldaños en su capacidad de gestión de fondos y proyectos internacionales.
Bajo la presidencia de la Diputación de Córdoba y la sede social en la capital cordobesa, Famsi echó a andar y ya ha llegado a “prácticamente todo el territorio de Andalucía, además de contar con 75 entidades colaboradoras como universidades o asociaciones de vecinos y consumidores”, explica a Cordópolis el director del Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional, Emilio Rabasco. “La clave en este tiempo ha sido vincular lo público e institucional con otros actores de la solidaridad, más allá de las ONG tradicionales. Eso ha sido muy útil para expandir el concepto de solidaridad en todo el territorio”, explica.
Famsi cuenta actualmenye con un presupuesto anual de 3,5 millones de euros y su tarea no solapa el espacio de trabajo de las ONG sino que se convierte en un instrumento para que los gobiernos locales sean capaces de llegar con más fuerza y más lejos en sus políticas de cooperación. Si en un primer momento en sus inicios, Famsi tuvo una labor más “asistencialista”, la realidad en estas dos décadas ha evolucionado para trabajar “ahora en una agenda más global”. “Cuando nació era para coordinar la cooperación de muchos ayuntamientos que estaban trabajando en territorios concretos, pero había dispersión y descoordinación. Y Famsi ayudó a coordinar ese trabajo”.
Proyectos de mayor envergadura y acción internacional
Con ello, se consiguieron acometer proyectos de mayor envergadura con la cooperación y colaboración entre distintos ayuntamientos y Famsi pasó a ser “el instrumento de Andalucía para situar la voz de los gobiernos locales también en el ámbito internacional. Estamos muy presentes en las redes de gobiernos locales de Europa sobre cooperación, también trabajamos en la Red Internacional de Ciudades, como paraguas para trabajar en foros mayores, también incluso con Naciones Unidas (ONU)”, cuenta Rabasco. Y en la propia Andalucía, Famsi lidera el espacio de la Cooperación Andaluza con todos los agentes de cooperación, con sede permanente en Córdoba.
Con ello, la cooperación de los gobiernos locales de Andalucía se vehicula a través de Famsi, “aunque cada ayuntamiento y Diputación sigue teniendo su presupuesto y convocatoria de ayudas para ONGs, pero Famsi es un instrumento para coordinar las actuaciones, es un elemento articulador”.
El Fondo Andaluz de Municipios por la Solidaridad Internacional desarrolla así tanto proyectos de cooperación en otros países como acciones en Andalucía. Entre los destinos destacados de la actividad de los gobiernos locales andaluces a través de Famsi están Cuba, Bolivia, Ecuador, Marruecos, Mauritania, Senegal, Mozambique o Palestina, entre otros.
Defensa de los servicios públicos y pandemia
Allí, sobre el terreno, los proyectos que auspicia Famsi pasaron de ese asistencialismo inicial a trabajar en el impulso de “la defensa de los servicios públicos municipales básicos, como la gestión del agua, de los residuos o el transporte, que son elementos fundamentales para no dejar a nadie atrás y garantizar que todo el mundo tenga acceso a esos servicios básicos”. “En esa tarea de gestión desde los gobiernos locales, asumiendo competencias y dilemas sobre cómo enfrentarse a esa gestión, colabora Famsi, porque son servicios que generan rentabilidad económica, social y riqueza en el territorio”, apunta el director de la entidad. Y, como muestra, empresas públicas municipales andaluzas aportan su experiencia, conocimientos y soluciones técnicas y políticas para el desarrollo de esa gestión pública en los países con los que se coopera.
Toda esa realidad de la cooperación y la solidaridad de los gobiernos locales andaluces ha tenido que pasar por el tsunami de la pandemia de la Covid19 con la que “se han generado más diferencias, se han agudizado las diferencias y la desigualdad entre los que más tienen y los que menos tienen. Una desigualdad en los territorios, en las propias ciudades”, reflexiona Rabasco. “La pandemia también ha sido una oportunidad perdida, porque se está volviendo a la rutina anterior pero con mayor desigualdad. Siempre hemos insistido en que no se podía dar un paso atrás con la solidaridad y la cooperación, sino que tenía que desarrollarse una visión más global si cabe”, como la propia pandemia ha demostrado en todo el mundo.
“Los problemas, situaciones y decisiones son globales y afectan a todos los ciudadanos”, advierten desde Famsi, que en su horizonte inmediato de trabajo tiene en “el desarrollo local, las migraciones y el cambio climático, como elementos clave para el futuro”, con una línea específica de trabajo en género y poder local, por el empoderamiento económico de las mujeres, la prevención de la violencia de género y el acceso de la mujer a la política local en todos los países.
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