Dos cordobesas se presentan al Congreso por Granada y un madrileño lo hará por Córdoba
La Real Academia de la Lengua Española recoge el adjetivo cunero como el “dicho de un candidato o diputado a Cortes” que es “extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno”. Nunca ha sido extraño que los candidatos al Congreso o al Senado en diferentes provincias de España no sean de esa tierra, la hayan pisado poco o, incluso, ninguna vez. No es un requisito para presentarse a las elecciones estar censado en el territorio por el que se concurre.
El fenómeno de los cuneros, por tanto, se suele producir cuando no hay muchas aspiraciones a lograr un buen resultado o cuando los puestos de salida están muy disputados. El PSOE ha optado por esta práctica para situar en puestos de salida a sus ministros o nombres con los que quiere contar en un futuro Congreso de los Diputados. Y es algo que también ha repetido Sumar. Tanto, que se ha producido un extraño fenómeno en la provincia de Córdoba.
Así, dos de las candidatas de la izquierda por la provincia de Granada han sido diputadas por Córdoba. La exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo en varias ocasiones, incluso. Egabrense de nacimiento, cordobesa de adopción y con vivienda también en Madrid, el PSOE ha decidido que Carmen Calvo se presente por Granada. El candidato por Córdoba es el actual ministro de Agricultura Luis Planas. Calvo podía haber sido su número dos, pero el puesto finalmente fue para la actual secretaria provincial del PSOE de Córdoba, Rafi Crespín. Carmen Calvo fue diputada por Córdoba en 2004, pero no en 2019. Entonces se presentó por Madrid.
El pacto entre Podemos y Sumar ha obligado a que la formación morada también mueva sus fichas. El acuerdo incluía que el número uno al Congreso por la provincia de Córdoba (un lugar con opciones a conseguir diputado) fuese para un miembro de Izquierda Unida. Eso dejaba a la actual coordinadora andaluza de Podemos, Martina Velarde, fuera del tablero. Velarde es diputada por Córdoba, aunque no cordobesa de nacimiento. Ahora, se presentará por Granada, la provincia a la que Podemos le toca elegir al número uno tras el pacto con Sumar. Es decir, se trataría de la segunda cordobesa en Granada.
Pero a su vez, estos pactos han provocado otro movimiento pendular. IU ha tenido que decidir el candidato que presentaba por la provincia de Córdoba, también con opciones de lograr escaño. Y en este probable puesto de salida se ha optado por un nombre muy cercano a Yolanda Díaz, Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España (PCE). Santiago no es cordobés, sino madrileño. Aunque al ser un histórico dirigente de la izquierda en España ha tenido una gran relación con Córdoba, cuna de históricos militantes y cargos tanto del PCE como de IU.
Esta vez ha sido la izquierda la que ha optado por los cuneros en Córdoba y Granada, en una especie de trasvase. Pero no ha sido algo que no haya ocurrido en la derecha. El PP, por ejemplo, presentó en diferentes elecciones a Fernando López Amor, a Carmen Martínez de Sola o a Teresa de Lara. Ninguno había nacido ni residido en Córdoba previamente. Pero eran nombres a los que el PP interesaba convertir en diputados por provincias.
El primer cunero de la restauración democrática fue Ignacio Gallego, un histórico militante comunista que se presentó por Córdoba. Podemos, salvo en el caso de Martina Velarde, los ha tenido todos en Córdoba, con Marta Domínguez, sevillana, primero, y con Manuel Monereo, madrileño, después. En el pasado, el PSOE también presentó por Córdoba a Miguel Ángel Moratinos, que se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores de José Luis Rodríguez Zapatero.
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