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El Gobierno encarga los trabajos previos para la ampliación del almacén nuclear de El Cabril

Instalaciones de El Cabril

Alfonso Alba

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El Gobierno acaba de encargar los trabajos previos para la ampliación del histórico cementerio nuclear de El Cabril, ubicado en el corazón de la Sierra Albarrana, en el término municipal de Hornachuelos pero mucho más cerca de los municipios del Valle del Guadiato. El Ejecutivo acaba de firmar un contrato con la Unión Temporal de Empresas conformada por Appplus Goc - El Cabril para realizar un profundo estudio geotécnico en la zona y elegir así el mejor lugar para la construcción de las nuevas celdas de almacenamiento, necesarias para acoger todos los residuos radioactivos de hasta media actividad procedentes del desmantelamiento de las centrales nucleares españolas.

El contrato prevé que el estudio se desarrolle durante los próximos 12 meses. Para ello, se ha librado un presupuesto de algo más de 800.000 euros, que serán los que cobre esta UTE para decidir cuál es el mejor lugar para ampliar El Cabril. Para ello, tendrá que estudiar una superficie de 45 hectáreas en la Sierra Albarrana (en el entorno del actual cementerio nuclear) donde construir la ampliación. El plazo de un año da tiempo al Ejecutivo para negociar con el Ayuntamiento de Hornachuelos, que siempre ha insistido en que tiene la última palabra y la concesión de la correspondiente licencia de obras. Además, también entra en plazo con la previsión del Ejecutivo, que siempre señaló el horizonte del año 2027 para que la ampliación de El Cabril estuviese lista.

La ampliación de El Cabril será más que notable. Prácticamente se duplicará su capacidad actual. Así, se prevé la construcción de 27 celdas para almacenar residuos radioactivos de muy baja, baja y media actividad. Actualmente, El Cabril está compuesto por 28 celdas de almacenamiento. Tiene completamente llenas 22 y cerca de completarse otras cuatro más. Por ello, la empresa nacional Enresa, encargada de la gestión de los residuos nucleares, ha previsto ya la construcción de las celdas 29, 30, 31 y 32. Eso sí, las nuevas celdas son mucho más grandes que las 22 anteriores. Ocuparán un total de 130.000 metros cuadrados frente a los 50.000 de las que ya están llenas.

Enresa prevé que con estas cuatro celdas haya espacio suficiente para acoger los residuos de los próximos años. Pero seguirá haciendo falta sitio para todo lo que generará el desmantelamiento total de las centrales nucleares españolas. Por ello se trabaja en un proyecto en dos fases. En la primera, y con el horizonte puesto en 2028, se construirían 14 celdas más. La segunda fase, sin fecha, prevé otras 17. En total, serían otros 27 recipientes especiales en los que poder sepultar los residuos de media, baja y muy baja intensidad procedentes de todas las centrales nucleares españolas.

El objetivo de este estudio pasa por conocer mejor cómo es el subsuelo de la Sierra Albarrana. El Cabril se localiza allí después de que se abandonase una mina de uranio y durante el franquismo se comenzasen a almacenar barriles radioactivos en su interior. Desde entonces, el espacio fue creciendo hasta ser el centro que es ahora mismo, el único cementerio nuclear de España.

Durante el proceso de desmantelamiento de las centrales nucleares habrá residuos que no se podrán trasladar, los de alta y muy alta actividad. Cada central nuclear tendrá que construir su propio almacén provisional hasta que se decida en España la construcción de uno temporal y, finalmente, uno definitivo. El Gobierno optó hace años por Villar de Cañas, en Castilla-La Mancha, un proyecto definitivamente abandonado por problemas con los terrenos.

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