Pipper, el perro turista, suspende a Córdoba, una ciudad poco amable para viajar con mascotas
“A las puertas de la increíble Mezquita de Córdoba me he quedado. Es el monumento más importante de la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra de Granada, pero las familias con mascotas educadas no pueden entrar. Solo he podido pasear por el patio de los naranjos. Dejo la ciudad un poco triste por no haber podido acceder a ningún museo ni monumento”.
Pipper es un ejemplar de Parson Rusell Terrier y se ha convertido en el primer perro turista que está dando la vuelta a España en busca de las ciudades más amables para poder hacer turismo con una mascota. Este martes se marchó de Córdoba, a dónde llegó el domingo para comprobar si la ciudad era amable con las mascotas. Pipper, y su dueño, se marchan disgustados, después de comprobar que no, que no lo es.
“Aquí la hostelería tampoco acepta perros aunque diluvie como estos días”, escribe Pipper en sus redes sociales. “Pese a que Andalucía tiene una ley avanzada que contempla el acceso de mascotas a bares y restaurantes, la ordenanza de Córdoba, que no ha sido actualizada ¡en 16 años!, establece todo lo contrario”, lamenta, achacando la responsabilidad al Ayuntamiento.
“El resultado es que poco más de dos o tres sitios se arriesgan a admitir clientes con perro. Ojalá la normativa se actualice pronto y podamos volver para contarlo”, suspira Pipper en sus redes sociales.
El dueño de Pipper es Pablo Muñoz. Junto a su mascota, ha emprendido un largo viaje. Desde mayo del año pasado hasta el próximo mes tiene previsto visitar 50 destinos. En otras ciudades está permitido que el turista pueda acudir con su perro -siempre que sea una animal bien educado-, a comercios, monumentos, transporte público o restaurantes. “Todo ello repercute en la propia economía de la ciudad, que abre sus puertas a quienes viajan con mascotas”, asegura Muñoz.
La propuesta de viajar por distintas ciudades con perro nace con varios objetivos: “Hay 10 millones de españoles con perro que quieren viajar con ellos y deben conocer dónde pueden ir o no con sus mascotas. Además, se trata de sensibilizar a la sociedad de que un perro educado puede estar en cualquier sitio. Y, además, con ello se reduciría el número de perros que son abandonados, muchas veces cuando la familia emprende un viaje y no tiene con quién dejarlo”, asegura Muñoz. En Córdoba, parece, queda mucho camino por recorrer.
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