La parricida de Miraflores, culpable de asesinar a su hijo
El jurado considera demostrado que la mujer arrojó a su hijo al Guadalquivir cuando trató de suicidarse
Hortensia R. R. ha sido declarada culpable de asesinar a su hijo de cuatro años cuando el 26 de abril de 2013 lo arrojó por el puente de Miraflores al río Guadalquivir en su propio intento de suicidio. El jurado que ha leído el veredicto de culpabilidad, asimismo, considera demostrados los atenuantes del consumo de alcohol y fármacos que todas las partes -Fiscalía, acusación particular y defensa- han tenido en cuenta en sus escritos finales y solicita una pena de 15 años que deberá imponer el juez en su sentencia. Asimismo, considera que el padre biológico del aniño deberá ser indemnizado con 90.000 euros. La acusada reconoció los hechos pero alegó que cuando trató de matarse con su hijo estaba desesperada y presa de una profunda depresión.
La Fiscalía y la acusación particular reconocieron en la vista de ayer de estos atenuantes que alteraron la conducta de la acusada en el momento de arrojar a su hijo al Guadalquivir. La Fiscalía redujo su petición de pena de 18 a 15 años de prisión. La propia defensa ha variado su petición de libre absolución a asesinato y 15 años de prisión. La estrategia de la defensa pasaba por reconocer los hechos pero pedía que se tuviese en cuenta que cuando la mujer trató de suicidarse y tiró a su hijo, estaba bajo los efectos ddlm alcohol y los fármacos que había consumido a lo largo del día de autos.
“Hay circunstancias por las que estaba pasando esta mujer que hay que tener en cuenta”, señaló la letrada de la defensa, Eugenia Ruiz, el primer día del juicio. “Hortensia era una mujer desesperada, sola, deprimida, consumidora de alcohol y pastillas. Y todos hemos tomados decisiones equivocadas. Algunas irreparables. Y por eso ella está sentada hoy aquí”, prosiguió la abogada el primer día de juicio.
La mujer reconoció a la Fiscalía todos los hechos de los que se le acusa, si bien afirmó que durante todo el día de autos estuvo bebiendo cerveza y tomando pastillas -tenía recetado Lorazepam- hasta que hacia las nueve de la noche acudió al puente de Miraflores. Desde allí hizo una llamada al servicio de emergencias del 112. Ayer, ante el jurado que la juzga, dijo: “Les llamé para pedirles ayuda y decirles que…”. Tras un largo silencio provocado por las lágrimas, la acusada se recompuso y prosiguió. “Les dije que quería quitarme la vida y en ese momento reconozco que tiré a mi hijo y me tiré yo”.
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