¿Los niños abandonan la infancia antes por culpa de las tecnologías?
La profesora de la Universidad de Valencia Petra Alonso afirma, en las Jornadas de Otoño de la Fundación Delgado Vizcaíno, que la infancia se ha reducido en años por la influencia de las nuevas tecnologías, que llevan a los niños a conocer modelos de adultos muy pronto
El seminario de Antropología de las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno se clausuró ayer con una sesión que ha tenido dos partes bien diferenciadas. Los retos de la educación y la infancia con la creciente presencia de las nuevas tecnologías en el entorno familiar y la vigencia de los ritos y los mitos en el orden de la sociedad han concitado la atención de quienes han acudido al salón de actos de Prode.
Tras una presentación inicial del catedrático de Antropología y académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, ha tomado la palabra la profesora de la Universidad de Valencia Petra Alonso para abordar la conferencia titulada El universo simbólico de la infancia y nuevas tecnologías, que ha tratado sobre los retos y dificultades que plantea la educación y la infancia en un tiempo marcado por la presencia de las nuevas tecnologías. La profesora ha señalado que este proceso comienza con la llegada de la televisión y, en concreto, con la creación de canales privados. “La televisión supone que ya no somos responsables directos de los contenidos que asumen nuestros hijos”, ha afirmado la profesora, quien ha añadido que eso se multiplica con la llegada de más cadenas y con internet.
Para ella, la exposición a las nuevas tecnologías hace que se tomen modelos adultos a edades muy tempranas y que se produzca un acortamiento del tan necesario proceso de infancia. “Siempre hemos querido ser mayores pero es que ahora incluso hay perfumerías con contenidos para niños y el acercamiento al alcohol a edades cada vez más tempranas”. Petra Alonso ha asegurado que es necesaria una infancia con cuentos, con juegos, con relaciones entre niños, pero “eso cada vez es más difícil, sobre todo en las sociedades urbanas, y los niños son felices con el Ipad”. La profesora ha explicado que “ya apenas hay programas para niños porque no son rentables, las muñecas han evolucionado a lo que presenta la sociedad y los más pequeños ven continuamente contenidos destinados a adultos hasta entrada la noche”. Además –ha continuado la profesora Alonso– la mayoría de los puntos de los códigos deontológicos pactados con medios de comunicación audiovisual “se han incumplido”. En este sentido, ha señalado que es “imposible” controlar lo que supone la llegada de las nuevas tecnologías y su influencia sobre la infancia y ha afirmado que sólo quedan la responsabilidad de la familia y la educación para combatir este proceso.
Por su parte, el director del Seminario, el catedrático Carmelo Lisón, ha realizado un viaje a los mitos y a los ritos para explicar los roles y la organización de la sociedad. Lisón ha insertado constantes referencias a los atentados ocurridos en París y eso ha hecho que el auditorio haya seguido con más interés aún su intervención. El catedrático ha afirmado que los ritos siempre han servido para organizar los derechos, los deberes y las normas a seguir, de tal manera que expuso la evolución de lo ritual desde el pasado hasta el presente. Así, relacionó estas consideraciones con la segunda parte de su intervención, más centrada en los mitos. “Los mitos siempre han servido para educar y ejemplarizar sobre unos valores”, ha afirmado, y ha relacionado todo ello con distintas referencias a la mitología y al mundo actual. Muchos de esos mitos son muy útiles para explicar la sociedad y lo que nos ocurre, según el profesor Lisón, y con ello refirió a las interpretaciones que se pueden hacer de mitos como el del Caballo de Troya, los Nibelungos o el de Jasón y los argonautas con respecto a hechos como la emigración, la guerra o el terrorismo.
Esta tarde se cierra el programa de las Jornadas de Otoño con la representación de Entremeses, obra de Miguel de Cervantes, que correrá a cargo del Teatro de La Abadía, cuyo montaje está dirigido por el académico José Luis Gómez.
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