El precio del agua sube en Córdoba porque ha bajado el consumo de los ciudadanos
El agua de Córdoba será un 5% más cara. ¿El motivo? Que los ciudadanos cada vez están consumiendo menos por diversas razones está provocando que las cuentas de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa) no salgan. Emacsa tiene los mismos gastos, haya más o menos consumo en la ciudad. Pero no los mismos ingresos. A menor consumo facturas menos abultadas y, por tanto, presupuestos descuadrados. Por eso, la empresa ha decidido aplicar una subida media del 5% en la factura del agua en Córdoba, según sostiene en los informes que ha enviado a los consejeros que tienen que aprobar la propuesta este mismo viernes.
Hasta 2019, una ciudad como Córdoba necesitaba todos los años, de media, 21,2 hectómetros cúbicos de agua. Esa era la cantidad de líquido que Emacsa bombeaba desde los embalses del Guadalmellato y Guadanuño (este último solo para Cerro Muriano) cada año. Y que cobraba a los ciudadanos. Pero desde entonces, y sobre todo con la sequía, el consumo anual ha ido menguando en Córdoba de manera notable. Así, en 2020 los cordobeses se bebieron 20,9 hectómetros cúbicos de agua, en 2021 20,6 hectómetros, el año pasado fueron 20,4 y Emacsa calcula que este año la demanda sea de 19,8 hectómetros cúbicos.
Sus previsiones a futuro indican que el consumo ciudadano va a seguir bajando. No solo funcionarán las campañas de concienciación ciudadana, también que se irán reparando fugas y se perderá menos agua por el camino, por lo que habrá menos demanda. “Para proyectar la demanda en el horizonte temporal de este estudio, que contempla el periodo de julio 2024 a junio 2025, se espera que los consumos acentúen su descenso, al encontrarse el abastecimiento a la ciudad de Córdoba muy próximo a la declaración de situación de emergencia”, describe la propuesta de la empresa pública. De hecho, sostiene que en caso de que se active el plan la propia Emacsa aportará un 10% menos de agua a la red. Por tanto, facturará un 10% menos.
“El comportamiento en los consumos ha sido de reducción paulatina en el agua facturada. Los hábitos de consumo responsable por el impacto de las informaciones sobre el cambio climático, los periodos recurrentes de descenso de precipitaciones, como el que en estos momentos estamos sufriendo, la mayor eficiencia en los electrodomésticos, la conciencia social de que el agua es un bien escaso, fomentada por campañas publicitarias orientadas en esa dirección, todo ello resulta en contracción de los consumos. Adicionalmente, la situación de sequía y los últimos acontecimientos en el ámbito internacional presagian un mantenimiento de la evolución negativa de la facturación”, abunda la dirección de Emacsa, en la propuesta enviada a los consejeros.
La compañía señala que “el mantenimiento del equilibrio económico con las actuales tarifas es insostenible, por lo que se requiere una actualización que permita evitar un desajuste en las cuentas de la empresa. Es necesario adaptar los conceptos tarifarios al coste futuro del servicio lo que supone un aumento del precio del agua del 5%”, reiteran. “Como entidad perteneciente al sector público debemos ser responsables con la sociedad y buscar la protección del medio ambiente, promoviendo descensos en los consumos, estableciendo políticas tarifarias que permitan fomentar el ahorro y la reducción de los volúmenes de agua consumidos”, detallan. Aunque sea a costa de incrementar las tarifas. En esencia, los ciudadanos tendrán unas facturas muy similares a las actuales, aunque consuman menos agua.
Diez años sin subir el precio del agua
En su justificación, Emacsa señala también que desde el año 2014 no sube las tarifas. Entonces, “se produjo la revisión del 1,4% en las tasas de abastecimiento y depuración, tarifas de naturaleza fiscal según la interpretación jurídica del momento”, señala el documento. Las nuevas tarifas fueron ratificadas por el Pleno del Ayuntamiento, en el que el PP tenía también mayoría absoluta, del 23 de diciembre del 2013.
“Transcurridos diez años desde el último incremento tarifario los costes de potabilización, distribución, recogida y depuración de aguas residuales han sufrido aumentos considerables. Es significativo el impacto previsto de la actual coyuntura internacional en los costes energéticos y de materiales, que sufrirán con alta probabilidad un aumento importante”, señala la compañía.
“La empresa ha emprendido acciones para mejorar el rendimiento de las instalaciones como son los planes de renovación de redes por antigüedad, la colocación de plantas fotovoltaicas para generar energía, la utilización del telecontrol para optimizar los procesos productivos, etc.; intervenciones que han permitido optimizar procesos, minimizar averías y minimizar costes de reparaciones”, agregan.
En total, Emacsa estima un balance presupuestario de 45 millones de euros. Solo en gastos de personal, Emacsa necesita casi 18 millones de euros para pagar nóminas y seguros sociales. Estos gastos son superiores a los del servicio en sí, como la compra del agua, las obras, los reactivos para depuración o potabilización, etcétera, que se van a cerca de 15 millones de euros, según las cuentas de la compañía.
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