Así se coordinaron los bomberos del Infoca y los voluntarios de Siete Fincas para luchar contra el fuego en Trassierra

La rápida intervención conjunta entre los profesionales del Plan Infoca y el grupo de voluntarios de pronto auxilio Las Siete Fincas ha sido clave para controlar el incendio forestal declarado este jueves en la zona de Finca La Jarosa, en pleno corazón de Trassierra, en Córdoba capital. Ha sido el primer gran susto del verano, aunque afortunadamente duró poco. Gracias a una respuesta eficaz y bien coordinada, el fuego, que afectó a unas cuatro hectáreas de pasto y monte bajo, pudo ser estabilizado sin que alcanzara mayores proporciones ni pusiera en riesgo zonas habitadas.
El dispositivo de Infoca desplegó un operativo de envergadura, con la participación de dos helicópteros —uno semipesado y otro ligero—, que realizaron descargas de agua y labores de vigilancia aérea. Además, intervinieron dos aviones de carga en tierra, fundamentales para el abastecimiento hídrico de los equipos terrestres y para el soporte logístico de los medios aéreos. Por tierra, se emplearon dos autobombas que atacaron focos secundarios y protegieron áreas de interfase, aquellas donde el monte se encuentra muy próximo a viviendas u otras construcciones.
El equipo humano desplazado por Infoca estuvo formado por dos grupos de bomberos forestales, un técnico de operaciones y dos agentes de medio ambiente, quienes dirigieron la estrategia de ataque directo y evaluaron continuamente la evolución del fuego.
A este dispositivo se sumaron también los voluntarios del grupo Las Siete Fincas, una asociación local de pronto auxilio que acudió con cinco miembros y un vehículo propio. “Fue el primer gran susto del verano, pero afortunadamente no hizo mucho viento y se pudo atajar rápido”, explica Juan Jiménez, presidente del colectivo a este periódico. “Cuando llegamos, los medios ya estaban desplegados y nos pusimos a su disposición. Ayudamos haciendo perímetro. El incendio ya estaba bastante controlado”.
Jiménez insistió en que su grupo actúa como un apoyo directo a los profesionales: “Vamos siempre donde se nos necesita. Somos un respaldo, un complemento para los servicios oficiales”. También destacó la compleja situación del entorno natural en la zona: “La vegetación aguanta bien la humedad, pero se está secando a un ritmo impresionante. Eso la convierte en un combustible que puede arder con virulencia. De momento, las condiciones de humedad son óptimas, pero si se dan circunstancias desfavorables, el riesgo es real”.
Aunque el incendio de La Jarosa fue el principal foco de atención durante la jornada, no fue el único incidente que enfrentaron los voluntarios. Durante la noche, otro susto activó de nuevo su respuesta. “Se incendió un vehículo en Siete Fincas, en un camino sin salida junto a una casa. Empezó a arder el pasto y la vegetación de alrededor. Conseguimos atajarlo a tiempo”, relató Jiménez. “El vehículo estaba en la entrada de un camino de unos 800 o 900 metros. Si las llamas se hubieran propagado, hubiera sido preocupante”.
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