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La llegada de los Reyes Magos trae el cierre de Urende

FOTO: MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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FOTO: MADERO CUBERO / VIDEO: VICTOR MOLINO

Urende desaparece tras más de medio siglo de historia dejando en la calle a los 110 empleados supervivientes del último ERE

A las tres de la tarde ha terminado la vida de una empresa histórica y referencial en Córdoba: Urende. La firma de venta y distribución de electrodomésticos y cocinas que desde principios de los años 60 ha estado presente en la ciudad y cuya expansión a lomos del Grupo Sánchez Ramade, la llevó a varios puntos de la península, cierra. Y lo hace, irónicamente ese día que todas las firmas comerciales esperan, el de la Noche de Reyes. Pero en 2013, los magos de oriente solo han dejado despidos y liquidación a las puertas de la empresa.

Azotada por la fatal situación económica del grupo, Urende ha terminado por desaparecer, como hace unos días se decidió hacer con la joya de la corona de Ramade, la constructora Noriega, que hace dos años protagonizó el segundo mayor concurso de acreedores de Andalucía.

El aspecto de esta mañana de la tienda principal, en la avenida del Aeropuerto era de estricta desolación. En las estanterías y en los rostros de los empleados. El aparcamiento estaba repleto. La tienda estaba repleta. Pero la gente se apretujaba en torno a jaulas rebosantes de productos concretos: películas, fundas para móviles. Las grandes gangas que buscaba en la sección de electrodomésticos como televisiones o neveras hacía tiempo que habían desaparecido. Aun así, una cola de clientes, los últimos clientes, aguardaba turno para que la cajera con los ojos más tristes, les facturase.

Felipe Cifuentes los observa todo desde la distancia que le permiten sus ojos rojos. Viste por última vez el uniforme de los empleados de la tienda. Lleva un rato hablando con los periodistas que se han acercado pero en un momento dado no puede más. No le sale la voz. Se retira. Bebe agua. Da un pequeño paseo entre baldas y baldas vacías que anuncian precios de locura de productos que ya no existen. Y regresa. “Disculpa, se me ha hecho un nudo en la garganta. Llevaba trabajando desde 1997 aquí, desde que salí del colegio. Lo he dado todo por mi empresa. Y ver que ahora nos tratan así...”.

Cifuentes, como otros muchos empleados no cuenta con toda la información. “Nos cuenta uno de aquí y de allí. Pero por lo que yo sé la empresa era rentable. Lo que pasa es que hay un lío terrible con los números. En Sánchez Ramade todas las empresas se adeudan entre sí y una tira de otra...”.

Junto a este empleado, que era el responsable del departamento de Climatización de la tienda de la avenida del Aeropuerto, se van otros 22 empleados. Pero el cierre de hoy de las cuatro tiendas de Córdoba, Jaén, Granada y Ciudad Real dejará en la calle a un total de 110 trabajadores.

El titular del Juzgado de lo Mercantil número uno de Córdoba, Fernando Caballero, decretó en diciembre un auto la liquidación de Urende, a petición de la propia empresa, que se declaró incapaz de cerrar un acuerdo con sus acreedores. Y es este gesto de derrota lo que amarga a los empleados, que sobrevivieron en junio del año pasado, a una fase previa del concurso de acreedores y que supuso el cierre de 18 tiendas y el despido de casi 700 trabajadores. “Yo renuncié a un buen puesto de trabajo en otra firma porque nos dijeron que los que nos quedábamos en Urende era para salvar la empresa”, recuerda Ciefuentes con amargura. “Pero me voy con el corazón muy tranquilo”.

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