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La esperanza de vida de los cordobeses se reduce a 82,2 años

Una anciana en un centro de mayores.

Alfonso Alba

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La esperanza de vida de cada cordobés al nacer ha dado un pequeño paso atrás. Según el Movimiento Natural de la Población divulgado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) algo está pasando en la provincia de Córdoba. La esperanza de vida de cada cordobés se ha reducido a 82,2 años, frente a los 82,5 años del año anterior. Este dato suele exponer la salud de la población de una provincia donde, de nuevo, muere más gente que la que nace.

La esperanza de vida en Córdoba es peor que la media nacional, donde la longevidad está en 83,1 años. De hecho, contrasta con lo que ha ocurrido en el resto del país, donde la esperanza de vida se ha mantenido idéntica a la de años anteriores. Aún así, es superior a la esperanza de vida en Andalucía, calculada en 81,8 años.

En Córdoba (como en el resto del mundo) la esperanza de vida de los hombres es muy inferior a la de las mujeres. Así, los hombres, de media, no llegan a los 80 años (se quedan en 79,1 años). En cambio, las cordobesas alcanzan una edad media de 85,2 años. En ambos casos, el dato es inferior al del año pasado, cuando la esperanza de vida de los hombres estaba en 79,3 años y la de las mujeres en 85,55 años.

Estos datos no son buenos. Pero son aún peores los de la coyuntura demográfica de la provincia. En Córdoba ha vuelto a aumentar la diferencia entre el número de nacimientos y el de fallecimientos (el llamado crecimiento vegetativo, que de nuevo vuelve a ser negativo). Esto se traduce en un aumento de la despoblación cordobesa. Así, en la provincia se anotaron un total de 6.491 nacimientos durante 2017, frente a los 7.872 fallecimientos. Es decir, solo por este motivo (sin contar las emigraciones) la provincia perdió un total de 1.381 habitantes.

De hecho, cada año aumenta la edad a la que las cordobesas tienen su primer hijo. Así, en 2017 se cerró con una edad media de 30,5 años, frente a los prácticamente 30 años de ejercicios anteriores. El Instituto Nacional de Estadística también señala que el 40,8% de las cordobesas que tienen su primer hijo no están casadas.

Datos andaluces

Andalucía es una de las comunidades autónomas con uno de los niveles de esperanza de vida más bajos en 2017, con 81,8 años, sólo superada al final de la tabla por Ceuta (79,4 años) y Melilla (80,4 años), según los datos provisionales del Movimiento Natural de la Población del Instituto Nacional de Estadística (INE), que, no obstante, resalta que la comunidad andaluza registró el pasado año un saldo vegetativo positivo, esto es, que han nacido más personas de las que han fallecido.

De esta forma, se han registrado 3.337 más nacimientos que defunciones en 2017 en Andalucía, lo que coloca a la comunidad como la tercera comunidad con mayor saldo vegetativo positivo, tras Comunidad de Madrid (13.433) y Murcia (3.617).

El pasado año en Andalucía se han registrado 74.456 nacimientos, lo que supone un descenso del 6,4 por ciento en relación con el año anterior. Ese descenso es mayor al registrado a nivel nacional, que fue del -4,5 por ciento.

Andalucía sigue siendo la comunidad donde más nacimientos se han registrado el pasado año. El Índice de Coyuntural de Fecundidad --número medio de hijos por mujer-- en Andalucía es de 1,35 hijos, por encima de la media nacional de 1,31 hijos.

En cuanto a las defunciones, Andalucía es la comunidad con mayor número de defunciones, en concreto 71.119 en 2017, lo que supone un aumento interanual del 2,7 por ciento.

La comunidad andaluza se encuentra por debajo de la media nacional de la tasa bruta de mortalidad --defunciones por mil habitantes--, ya que Andalucía registra 8,5 defunciones por mil habitantes, mientras que la media nacional es de 9,1 defunciones por 1.000 habitantes.

Datos nacionales

A nivel nacional, el número de nacimientos registrados en España en 2017 es el más bajo desde 1999, mientras que el de defunciones es el más alto desde 1976. De hecho, España registra más defunciones que nacimientos por tercer año consecutivo.

Además, tiene un saldo vegetativo negativo (nacimientos respecto a defunciones de la población residente, descontando a los no residentes) de 31.245 personas, algo que ocurre por segunda vez en la última década pero de forma mucho más pronunciada. La primera vez fue en 2015, aunque la diferencia fue mucho menor, de 1.976 muertes más.

En total, contando con la población residente y no residente, el número de nacimientos disminuyó en 2017 un 4,5 por ciento respecto al año 2016, mientras que el de defunciones aumentó un 3,2 por ciento.

Así, durante 2017 nacieron en España 391.930 niños, con un descenso del 4,5 por ciento respecto al año anterior (18.653 nacimientos menos). Desde 2008, cuando nacieron 519.779 niños (lo que supuso el máximo en 30 años), el número de nacimientos se ha reducido un 24,6 por ciento.

Además, la tasa bruta de natalidad se situó en 8,4 nacimientos por cada mil habitantes, cuatro décimas menos que la registrada en 2016.

El número de mujeres entre 15 y 49 años (en edad de ser madres) se redujo hasta 10,57 millones en 2017. Se mantiene así la tendencia a la baja iniciada en 2009 y que se debe a que ese rango de edades está formado por generaciones menos numerosas nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primera mitad de los 90. El indicador coyuntural de fecundidad (o número medio de hijos por mujer) se situó en 1,31 en 2017, con un descenso de tres centésimas respecto al valor registrado en 2016.

De los 391.930 nacimientos que tuvieron lugar en España, 75.564 fueron de madre extranjera, lo que supuso el 19,3 por ciento del total (18,5% en 2016).

El número medio de hijos por mujer se redujo tres centésimas entre las madres españolas, hasta 1,25, y dos centésimas entre las madres extranjeras, hasta 1,70.

En términos medios, las madres españolas tuvieron sus hijos tres años más tarde que las extranjeras. La edad media a la maternidad de las españolas volvió a retrasarse una décima, hasta situarse en 32,6 años. Por su parte, la de las extranjeras también subió una décima, hasta alcanzar los 29,7 años.

Mientras, durante 2017 fallecieron en España 423.643 personas, lo que supuso un 3,2 por ciento más que en el año anterior. La tasa bruta de mortalidad se situó en 9,1 defunciones por cada mil habitantes, frente a 8,8del año 2016. La tasa de mortalidad infantil fue de 2,75 defunciones por cada mil nacidos vivos. Esta tasa se mantiene por debajo del umbral del 3,0 por mil desde 2013.

La esperanza de vida al nacimiento en 2017 se mantuvo en 83,1 años (mismo valor que en 2016). Por sexo, en los hombres alcanzó los 80,4 años y en las mujeres se situó en 85,7 años. De acuerdo a las condiciones de mortalidad del momento, una persona que alcanzara los 65 años en 2017 esperaría vivir, de media, 19,1 años más si es hombre y 23,0 más si es mujer.

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