El Colegio de Abogados nombra a Rafael Sarazá Colegiado de Honor
La Junta General del Colegio de Abogados de Córdoba acordó este viernes realizar un reconocimiento a Rafael Sarazá. El organismo al que perteneció aprobó nombrar al histórico abogado y activista político, fallecido el pasado 26 de octubre, Colegiado de Honor a título póstumo. La entrega del título a su familia tendrá lugar después de Navidad. La decisión se produjo a partir de la propuesta del que fuera Decano de la institución, José Rebollo Puig, que fue asumida por ésta como propia en base a los muy diversos méritos relevantes.
El Colegio de Abogados de Córdoba recordó en un comunicado que Rafael Sarazá causó alta en el mismo como ejerciente número 831 el 27 de octubre de 1955, en cuya situación se mantuvo hasta el día de su fallecimiento. Una trayectoria dentro de la cual la institución destacó numerosas aportaciones, como su participación como miembro de la Comisión creada en octubre de 1961 para la reforma de locales y de la biblioteca del Colegio. En diciembre de ese año fue elegido Bibliotecario, cargo en el que cesó estatutariamente en enero de 1967. En marzo de de 1970 fue designado Comisionado de la Junta de Evaluación Global Tributaria para el ejercicio anterior y en junio de 1972 Vocal del Comité de Libertad en el ejercicio Profesional.
Su actividad en el Colegio de Abogados de Córdoba continuó en marzo de 1976 con su elección en Junta General Extraordinaria como Vocal del Comité de Cultura. Doce años después, el 14 de junio de 1988, la Junta de Gobierno, a propuesta del Director de la Escuela de Práctica Jurídica, le expresó su felicitación por la relevante y desinteresada colaboración prestada como profesor de la misma, con encomiables celo y eficacia, una felicitación que consta también en los años académicos sucesivos. El 13 de marzo de 1990 Rafael Sarazá recibió el Premio Plácido Fernández Viagas, en su séptima edición, por su actuación en defensa de los valores constitucionales. En ese reconocimiento se desatacó “tanto su trayectoria en la aplicación de la legalidad como su dimensión cívica en la sociedad”.
El Colegio de Abogados de Córdoba recordó igualmente en su repaso a la hoja de servicios de Rafael Sarazá que desde 1983 fue profesor de la Escuela de Práctica Jurídica, donde impartió clases de Práctica del ejercicio de la Abogacía en los procedimientos penales. En junio de 1993 fue nombrado por el Consejo Rector de la Escuela de Práctica Jurídica Director de la misma. En noviembre de 1994 pasó a ser Vocal del Consejo General del Poder Judicial, a propuesta del Pleno del Congreso de los Diputados entre juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional. Por ello, con esta fecha entró en situación de colegiado no ejerciente. Fue en abril de 1996 cuando se reincorporó al ejercicio de la profesión y a la dirección efectiva de la Escuela de Práctica Jurídica, a la que había continuado prestando toda la asistencia que su cargo le permitía. Con este motivo, y por su labor desempeñada, se le rindió homenaje el 17 de mayo de dicho año.
Reelegido como Director de la Escuela de Práctica Jurídica por parte de su Consejo Rector en junio de 1996, Rafael Sarazá estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, concedida por el Rey a través del Real Decreto 638/1996, de 12 de abril. Desde 1996 a 1998 dirigió la revista Calle de Letrados, que edita el Colegio de Abogados de Córdoba, de la que ya había sido coordinador en su primera época.
También destacan en su expediente personal frecuentes mociones e iniciativas sobre temas profesionales, tales como los trabajos preparatorios del Congreso de la Abogacía de León (1970); la defensa de las libertades en el ejercicio profesional (1971); la reforma de la legislación de procedimiento laboral (1972); el trato de los abogados en las oficinas judiciales (1973); la situación de la justicia y ejercicio profesional (1986); o el acceso al turno de oficio de los diplomados de la escuela de práctica jurídica (1997).
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