Aucorsa amplía la 'gasinera' recién estrenada para que todos los autobuses puedan repostar a la vez

El pasado 17 de enero, la empresa municipal de autobuses Aucorsa estrenó su gasinera. Esta estación de suministro es el combustible necesario para que cada día circulen los más de 20 autobuses que ha adquirido la empresa de transporte municipal para ser más sostenible y menos contaminante. Pero ya se ha quedado pequeña ante lo que viene: el doble de autobuses impulsados por gas natural.

Aucorsa se ha visto obligada, apenas cuatro meses después de su estreno, a ampliar su gasinera. Este viernes, la compañía ha publicado el pliego para atraer a futuros contratistas que se encarguen de las obras de ampliación. Los trabajos tendrán un presupuesto de 157.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses. Eso sí, el contratista tendrá que licitar el proyecto, para lo que tendrá un plazo de 20 días.

En la memoria, Aucorsa reconoce que la gasinera se le ha quedado pequeña. Los autobuses de gas natural necesitan repostar durante toda la noche para tener el depósito repleto antes de prestar servicio durante toda la jornada. Actualmente, la estación tiene capacidad para atender a 20 vehículos, pero necesitaría, al menos, atender a otros 23 más que se deberían haber incorporado ya, pero que probablemente no puedan entrar en servicio hasta dentro de tres meses.

El proceso de renovación de la flota está rejuveneciendo la edad media de los vehículos de Aucorsa, que está ya en unos siete años de antigüedad. En el año 2017 la empresa también adquirió otros 18 nuevos buses, que hacen que la flota de Aucorsa haya sufrido en este mandato municipal la mayor renovación en su historia: 43 vehículos de los 116 con que cuenta actualmente. Aparte, en 2017 se incorporaron otros siete autobuses diésel, y diez más en 2015.

Aucorsa ya ha mandado al desguace los 20 autobuses que el gobierno local del PP compró al Ayuntamiento de Madrid en el mandato anterior. Estos 20 autobuses, conocidos entre la plantilla de Aucorsa como Los Madrileños, fueron adquiridos por 6.000 euros cada uno y son tristemente conocidos por haber protagonizado una oleada de incidentes. El más grave de ellos ocurrió cuando ardió completamente un vehículo en el año 2014, pero sin provocar heridos. Hubo dos más, aunque menores y sin que los buses ardieran completamente.