El arquitecto que buscó el corazón antiguo en el futuro
El Ayuntamiento homenajea con una placa en el Teatro de la Axerquía a José Rebollo Dicenta, arquitecto municipal desde mediados de los 50 hasta mediados de los 80
“El futuro debe tener un corazón antigüo”. Ésta era la frase más repetida del arquitecto municipal José Rebollo que en estos días habría cumplido cien años y al que el Ayuntamiento ha querido homenajear con una placa en una de sus grandes obras, el Teatro de la Axerquía. La frase la ha repetido esta mañana el hijo mayor de José Rebollo, Gabriel, también arquitecto, después de que el alcalde, José Antonio Nieto, descubriera la placa que rinde tributo a este arquitecto que desde mediados de los años 50 hasta los 80 fue el responsable de la remodelación de plazas, calles, paseos y edificios públicos a cargo del Ayuntamiento de Córdoba.
José Rebollo Dicenta, que falleció hace dos años, coincidió como arquitecto a mediados de los años 50 en la época del desarrollismo urbanístico de la ciudad. Diseñó el primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Córdoba y fue responsable de la construcción de los ejes de Conde de Vallellano o la avenida de Carlos III, la reforma de los Jardines del Alcázar, la construcción de la plaza de toros, el aeropuerto (construido por el Ayuntamiento en los años 50), el propio teatro de la Axerquía (inaugurado en los años 60) o la reforma de la plaza Séneca.
En su discurso, el alcalde destacó la “huella” que dejó este arquitecto que “sacrificó el prestigio profesional en post de la administración” a la que estuvo dedicado, y reivindicó la “deuda” que tenía el Ayuntamiento con su “legado”, ejecutado de una “manera sencilla, adecuada y justa” con la instalación de la placa que lo recuerda en el teatro de la Axerquía.
Gabriel Rebollo, su hijo, también arquitecto, agradeció el gesto al Ayuntamiento en nombre de su familia y destacó que su padre era “arquitecto al 100%”, ya que todo lo entendía bajo ese concepto. También detalló la “humildad” con la que desarrolló un trabajo que siempre mirando al pasado intentó dibujar una Córdoba del futuro. “Esas calles, plazas, jardines y paseos que proyectó son ahora el escenario de nuestras vidas”.
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